35 años de la caída del Muro de Berlín
Se cumplen 35 años de la caída del Muro de Berlín. Esta revuelta pacífica supuso un hito histórico: el telón de acero llegaba a su fin, desaparecía la frontera entre Alemania Oriental y Alemania Occidental y se terminaba la Guerra Fría. La capital alemana se prepara para celebrarlo por todo lo alto.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en dos: la Alemania Oriental (República Democrática Alemana o RDA), de ocupación soviética, y la Alemania Occidental (República Federal de Alemania o RFA), ocupada por los aliados. El 1 de julio de 1945 se levantaba entre ambas la frontera interalemana (en alemán, Innerdeutsche Grenze, Deutsch-Deutsche Grenze o, informalmente, Zonengrenze). Un total de 1.382 kilómetros de frontera terrestre que iba desde el mar Báltico hasta Checoslovaquia. Vallas, muros, alambradas, campos minados y zanjas eran patrulladas por casi 50.000 soldados en el este de Alemania, con órdenes de disparar y matar con la ayuda de armas automáticas, perros guardianes, alarmas, torres eléctricas y sistemas de vigilancia. Al otro lado, decenas de miles de tropas de la Alemania Occidental, EE.UU. y Reino Unido. Unas 140 personas murieron tratando de cruzar la frontera durante sus 45 años de existencia.
El 13 de agosto de 1961 se construía la parte más famosa de dicha frontera (a pesar de que no representaba ni el 10%): el Muro de Berlín, que separaba las partes este y oeste de la ciudad, convirtiéndo se en el mayor símbolo de la Guerra Fría. Tuvieron que pasar casi tres décadas para que fuese derribado. En 1989, las circunstancias sociales y políticas lo hicieron por fin posible. El 9 de noviembre Günter Schabowski, el jefe del partido en Berlín oriental, anunciaba en una confusa rueda de prensa que las fronteras de la RDA estaban abiertas de forma inmediata, incluyendo el muro. Los berlineses orientales comenzaron a apiñarse allí ipso facto, exigiendo a los soldados que se les dejase pasar, tal y “como dijo Schabowski que podemos”. Aquello desató una revolución pacífica en la que finalmente se abrieron los seis puntos de cruce. Los ossis cruzaban ansiosos a la parte occidental, donde los wessis les daban la bienvenida con flores y champán. La multitud terminó saltando sobre el muro, en mitad de un júbilo catártico que ya se había demorado demasiado. El muro caía por fin, y con él la Guerra Fría. La reunificación entre ambas Alemanias tuvo lugar menos de once meses después.
“Mi primera pregunta fue: ‘Entonces, ¿por fin me regalaréis una Barbie?’” (Joyce Bernitt)
LOS RECUERDOS DE LA CAÍDA
Joyce Bernitt tiene actualmente 45 años. Apenas cumplía 10 cuando cayó el muro. Así recuerda aquel día histórico: “Estaba de visita en casa de mi abuela, en la avenida Karl-Marx, en Berlín oriental. Mientras caía el muro estábamos en el cine, con lo que no nos dimos cuenta de nada. Al salir del cine vimos mucha gente en la calle, además de mucho tráfico. Nos fuimos a dormir. Al día siguiente llamó mi madre, la cual me comentó que el muro estaba abierto”. A pesar de ser todavía una niña, Joyce asegura que “ya en esta edad teníamos constancia de lo que era el muro. Mi primera pregunta fue: ‘Entonces, ¿por fin me regalaréis una Barbie?’. Eso se debía a que, aun viviendo en Berlín oriental, nos llegaba la transmisión de la televisión del oeste, la cual mirábamos en secreto (estaba prohibido). Lo que más me gustaba ver eran los anuncios”.
Como en tantas otras familias, en la de Joyce se vivió todo aquello entre la emoción y la cautela: “En un primer momento, incredulidad, y la pregunta: ‘¿Cómo seguirá todo?’. Lo siguiente fue contactar con familiares del lado oeste, a quienes nunca habíamos visto en persona, para planificar cuanto antes una visita”. Y es que estas familias estuvieron separadas hasta que por fin cayó el muro: “El único contacto hasta entonces eran cartas y los famosos paquetes del oeste, que familiares enviaban al este con productos que eran imposibles de conseguir como café, medias, chocolate y detergente”.
LA CELEBRACIÓN DEL 35 ANIVERSARIO
Este año, coincidiendo con la conmemoración del próximo 9 de noviembre, se celebrará el 35º aniversario de la caída del Muro bajo el lema “Libertad como fundamento de una sociedad abierta y diversa”. Carlo Carbone, manager de relaciones con medios de Visit Berlin (portal oficial de viajes a la ciudad), nos explica que en la capital alemana están “muy convencidos del símbolo que significa aquel momento histórico. Creemos que celebrar este acontecimiento es enviar un mensaje al mundo de que los muros deben ser derribados. Y de que las revoluciones son posibles de forma pacífica, como ocurrió en Alemania oriental y Berlín durante el final de la década de los 80”.
Para los interesados en la historia de Berlín y su separación, Carlo destaca tres lugares para visitar: “El monumento al Muro en la Bernauer Straße, el museo de la Stasi (policía secreta de la RDA) y el Tränenpalast (palacio de las lágrimas) situado en la estación de Friedrichstraße, estación de trasbordo para los viajeros de oeste a este”.
La conmemoración va a contar con todo tipo de actividades: actos de celebración, exposiciones por toda la 50 ciudad, talleres, visitas guiadas… Entre todas ellas, cabe resaltar la que tendrá lugar el propio 9 de noviembre, cuando miles de carteles, letreros y pancartas se expondrán a lo largo del antiguo trazado del Muro. “La compañía municipal Kulturprojekte Berlin es la responsable de la creación, organización y coordinación de los grandes eventos culturales en Berlín. Ellos fueron los que ya en el pasado desarrollaron las míticas acciones para el 25 aniversario, con el muro de linternas alrededor del antiguo recorrido del muro”, apunta Carbone. El aniversario no solo está enfocado a la población berlinesa. Carlo asegura que la caída del Muro “afectó de igual medida tanto a los habitantes de Berlín como a los alemanes en general. Pero no se debe subestimar la gran influencia que tuvo para el desarrollo del proyecto europeo y su ampliación pocos años después”. Por ello, para su celebración esperan “invitados y visitantes del territorio europeo occidental y oriental, además del partner y actor más importante del siglo XX para Alemania, EE.UU., de donde durante muchas décadas hubo una gran presencia militar y civil tanto en Berlín como en Alemania”.