Adam Jezierski: “De mayor quiero ser Javier Cámara”
Empezó en el cine por casualidad. Se exhibió en Física o Química en los años mozos de Úrsula Corberó, Maxi Iglesias, Angye Fernández, Andrea Duro o Javier Calvo. Tras una adolescencia improvisada detrás de las cámaras, a los 18 años era un chaval de barrio con fogonazos de estrella, de las que paseaban por Madrid entre “me firmas un autógrafo”, “¿nos podemos hacer una foto?”, “te-quieros” furtivos y más de una carpeta forrada con su primer plano.
A sus 31 primaveras, Adam Jezierski acaba de ser nominado por segunda vez a Mejor Actor de Reparto en los Premios Feroz por su papel de Víctor Sanz en la saga Vota Juan (2019), Vamos Juan (2020) y Venga Juan (2021). Los críticos cinematográficos de la prensa española le han vuelto a echar el ojo a este secundario que está bordando la comedia y que hoy cumple sus 18 años en el mundo del cine y la televisión con una madurez muy por encima de la media.
Puesta de largo, pues, en una trayectoria potente que empezó a sus trece primaveras (2003), en un momento inesperado de su vida. Jezierski, nacido en Polonia, llevaba seis años en Madrid. Un día, en su instituto, la profesora de teatro le ofreció declamar unos versos en polaco en una obra de teatro en homenaje a Antonio Machado. Lo hizo adecuadamente, y la docente le fue dando alas: otro papel secundario, y otro, y uno protagonista…
GUZMÁN Y SÁNCHEZ ARÉVALO: DOS TRAMPOLINES
En un giro inesperado del guion, en una ocasión acude de público el actor y director Daniel Guzmán, que busca jóvenes intérpretes para un cortometraje. Adam se gana el papel y pone así su primer pie en el paraíso del celuloide con Sueños: “Una azotea de Madrid, un día de verano, unos huevos de gallina, una bici del 74, unos policías de uniforme, una realidad de mentira, dos amigos de verdad, y los sueños de siempre”, historia con la que Guzmán ganó el Goya al Mejor Cortometraje de Ficción en la ceremonia de 2004.
Al director de Sueños Adam le agradece “haber visto algo especial en mí a los doce años. Le estoy eternamente agradecido a Daniel Guzmán, porque sin él no habría sucedido nada. Yo no tenía a nadie cerca que se dedicara al cine. Muy probablemente, este camino habría terminado en las tablas del instituto”.
La carrera de Jezierski empezó en despegue vertical. Es conocido, especialmente, por su papel de Gorka en 52 capítulos de Física o Química, una serie generacional donde coincide con primeros espadas actuales como Úrsula Corberó –“una compañera fantástica y muy divertida. Nació siendo una estrella, y eso ya lo sabíamos desde Física o Química”, señala el actor- o Javier Calvo, “siempre talentoso y con ganas de comerse el mundo”, uno de los directores noveles con más proyección del audiovisual español, junto a Javier Ambrossi.
La carrera de Jezierski empezó en despegue vertical. Es conocido, especialmente, por su papel de Gorka en 52 capítulos de Física o Química
Repasamos con Jezierski una filmografía madura y, a la vez, como en un punto de inflexión hacia un mar sin orillas. Entre los hitos cinematográficos de su cartilla destaca Gordos (2009), aquella pieza mítica de Daniel Sánchez Arévalo donde se dan cita actores en prime time desde entonces, como Antonio de la Torre, Raúl Arévalo, Leticia Herrero, Roberto Enríquez, Verónica Sánchez o Pilar Castro.
A Sánchez Arévalo, Adam le agradece su primer papel cinematográfico dramático. “Aunque después me haya costado salir de la comedia, aprendí de él qué es un director que disfruta dirigiendo actores. A mis 18 años me trató con una delicadeza y una profesionalidad exquisitas”. Del resto del reparto de Gordos -nominada a ocho Goyas aquel año, de los que solo Raúl Arévalo se llevó el Mejor Actor de Reparto: “es el mejor actor con el que he trabajado y al que más admiro”- subraya la sencillez de Antonio de la Torre, “que me pareció alucinante y muy bonita”.
Desde entonces, Jezierski ha ido pasando con papeles notables por Tensión sexual no resuelta (2010), junto a Pilar Rubio, Miguel Ángel Muñoz, Santiago Segura –“crecí viendo Torrente compulsivamente. Coincidir con él fue un sueño”-, Fele Martínez o Amaia Salamanca; por Cruzando al límite, Animales domésticos, Verbo, Ángel o demonio, y el final de Física o Química (2011), y por Tormenta, emitida en 2013. También participó en la adaptación para Telecinco de Cheers.
Desde 2012 y hasta 2014, participó en la comedia Con el culo al aire siendo el hijo del churrero. Desde agosto de 2015 y hasta diciembre de 2016 rodó en Gym Tony y aquel año hizo de sí mismo en Paquita Salas.
Van pasando los años y Adam va sumando papeles de reparto a su currículo. Entre medias, descubre que lo que fue un juego en la adolescencia y en la primera juventud, se perfila como su trabajo. Se mantiene el entusiasmo de sus primeros pinitos, pero se palpa la madurez en este estadio de su carrera.
LA TRILOGÍA COMICO-POLÍTICA ‘MADE IN SPAIN’
En 2019 aparece Vota Juan, miniserie dirigida por Juan Cavestany, Diego San José, Víctor García León y David Serrano, y emitida en TNT en la que Javier Cámara acapara los focos y la crítica política en formato comedia con un guion muy cuidado. En el reparto, sobresale Jezierski, junto a María Pujalte, Nuria Mencía, Joaquín Climent, Mona Martínez, Yaël Belicha, Esty Quesada, Pedro Ángel Roca, Algis Arlauskas, Mario Gas, Natalia Dicenta o Sandra Collantes.
En 2020 se estrenó la segunda temporada –Vamos Juan-, que ganó el Premio Feroz a la Mejor Comedia de la televisión española. Entonces, Adam fue nominado a Mejor Actor de Reparto de una serie por su papel de Víctor Sanz, un asesor político de primera línea especialmente creíble. Es uno de los papeles que más remarca la idea madre del guion de la serie: “hasta qué punto es fácil llegar a lo más alto de la vida pública siendo imbécil, porque no hay nadie alrededor que te diga que eres imbécil”.
Ahora acaba de estrenarse la tercera entrega –Venga Juan– y Jezierski también ha sido nominado a Mejor actor de reparto en los Feroz, que se entregan el próximo 29 de enero. “Sinceramente, más que los premios, que agradezco enormemente, a estas alturas de mi carrera lo que me interesa es hacer buenos trabajos. De los premios ni se come, ni se vive. Es muy difícil encontrarte con guiones tan redondos como este para una serie como esta, en la que estoy rodeado de gente talentosa”.
Entre los compañeros de nominación de los Feroz convive con Enric Arquer –“es un actorazo. Me encanta su trabajo”- y con Karra Elejalde, Miguel Reyán y Alberto San Juan: “los tres son ministros de la actuación”. Los cuatro aspirantes a Mejor Actor de Reparto ya tienen, al menos, un Premio Goya.
Admite Adam que Javier Cámara le tiene en estado de shock profesional: “Es un maestro. Trabajo a su lado tomando apuntes. Aprendo todo lo que puedo. Tiene un talento prodigioso y es un apasionado contagioso de este oficio. Es un gran compañero. Desde el segundo día de rodaje ya se sabe el nombre de todo el personal técnico y es, siempre, el que pone más ganas. De mayor quiero ser Javier Cámara”, concluye.
En el reparto de esta trilogía que aborda las raspas de la política española, Jezierski pone en un pedestal, también, a María Pujalte: “Una gran actriz y la mejor persona que he conocido en mi vida. Irradia una bondad increíble. Es una compañera diez”.
MIEDO ESCÉNICO Y EL SUEÑO DE SER PADRE
Está contento. Tiene mil ilusiones por segundo. Habla a la velocidad de un entusiasta vitalista empedernido, y eso que hoy le hemos pillado de mudanza. Contagia pasión por un oficio al que llegó por casualidad, se instaló como si fuese un juego, subió, bajó, y ahora rueda en este estadio de serena ebullición que viven en sus carnes quienes han dado en la tecla, y, además, lo hacen bien.
Pero en esas subidas y bajadas propias de un trabajo entre focos, cámaras y acción, también ha habido tinieblas. “Entre los 24 y los 26 años tuve frecuentes ataques de pánico. Sentía angustia al exponerme”. Pudo ser un juguete roto criado antes de tiempo en el seno del séptimo arte, pero ha salido adelante, porque ha sabido digerir el éxito y gestionar la dispersión.
Entre los 24 y los 26 años tuve frecuentes ataques de pánico. Sentía angustia al exponerme
Adam está ahora en Amar es para siempre. Además de aspirar a un largometraje con peso, mece una ilusión potente debajo del brazo: ser padre. Entre otras cosas, por eso señala: “Pasar la adolescencia y la juventud haciéndote persona en este mundo bonito, complejo y sufrido no es lo más aconsejable. Yo crecí demasiado deprisa. Es más: ahora me planteo que haría si mi hijo me dijera el día de mañana que quiere ser actor”.
Está feliz: “Me dedico a lo que quiero y personalmente vivo sintiéndome querido. Soy un afortunado. Soy un hombre feliz por naturaleza. He aprendido a no preocuparme por el futuro y vivir al día”. En la puesta de largo de la carrera de Adam Jezierski, el paso de la infancia a la madurez está ya a las puertas de las vitrinas y de los guiones curtidos, porque las audiencias ya le dieron hace tiempo su sí, quiero.