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Los secretos que esconde Alcaraz y que han propulsado su carrera

Pedro Ruiz| 9 de mayo de 2022

Carlos Alcaraz es historia del tenis. El murciano cerró este pasado domingo un Mutua Madrid Open de vértigo, que no solo le alzó como campeón del torneo. También le convirtió en el primer jugador que es capaz de ganar a tres Top 5 en un mismo campeonato. Una actuación memorable que ha permitido dejar entrever algunos de los secretos que esconde el ahora número seis del mundo. Y que le han convertido en un jugador total.

La llegada de un jugador joven a cualquier disciplina deportiva tiene un efecto inmediato sobre la mente de los apasionados a dicho deporte: la comparación. Con el paso del tiempo, ese mantra se va olvidando y solo queda la esencia del deportista en cuestión. Pero lo primero es inevitable. Al fin y al cabo, son los propios jugadores jóvenes, incluso en sus etapas iniciales, los que lo propician intentando asemejarse a sus ídolos. Michael Jordan creció embriagado de ver vídeos y partidos de Julius Earving (el llamado Doctor J). El parecido de su juego resonaba en los aficionados en sus primeras temporadas, aunque más tarde nadie lo recordaría.

Alcaraz es un reflejo de esa mentalidad. Y ese primer nombre al que imitar no era otro que Roger Federer, como reconocía en una entrevista a los 12 años. Al fin y al cabo, el suizo era el gran maestro del tenis en los primeros años que el murciano empezaría a ver dicho deporte. Así, durante la época en la que el español tenía entre 3 y 7 años (cuando se genera un gran impacto) Federer conquistó hasta diez Grand Slams. Por su parte, cada vez más importante Rafael Nadal lograba ocho.

 

LO QUE TIENE ALCARAZ DE ROGER FEDERER

Así, Alcaraz con Federer como gran referente desarrolló una técnica exquisita. Hasta el punto, de que los expertos que analizan al tenista murciano lo colocan como un elemento clave en su juego. En especial, en el golpe de derecha (más en concreto el invertido) al que lo colocan entre los mejores, sino ya el mejor. Y en ese golpe hay mucho aprendido del suizo. “Tiene muy buenas posiciones y apoyos para generar potencia, siempre llega bien, se pone bien detrás de la pelota, saca muy bien la mano. En el momento del golpeo se puede comparar con la de Roger Federer”, explicaba recientemente Roberto Carretero en un artículo técnico sobre los golpes del joven español.

Pero no solo la derecha se asemeja al golpeo de Federer, el murciano va mucho más allá. Otro elemento clave es su saque para el que tiene un repertorio enorme. Y se trata de un elemento muy importante por dos motivos. El primero es porque rompe con esa ‘falta’ que siempre han tenido los buenos jugadores de tierra españoles como el propio Nadal o David Ferrer. El segundo, es que la pequeña estatura de Alcaraz dificulta enormemente la ejecución de esa parte del juego. Aunque el joven español es capaz de hacerlo muy bien, gracias a la técnica depurada que ha logrado.

Por último, también se puede ver reflejado en Federer a la hora de aprovechar ese buen saque. A diferencia, de nuevo, de otros tenistas de tierra Alcaraz no duda en utilizar el recurso de saque y red. Incluso presionar subiendo a la red en mitad de un punto sobre dicha superficie. El repertorio técnico acaba en su particular predilección por las dejadas. Una jugada de una enorme dificultad técnica que ejecuta de forma tan sencilla y limpia que lo hace parecer fácil. Además, con ello, logra romper la dinámica de los puntos, al volverlos impredecibles, y castigar a los rivales con carreras intensas.

 

APRENDIENDO DE NADAL: RESILIENCIA, EMOTIVIDAD Y CONEXIÓN

La suma de ese repertorio de juego es el que ha propulsado el tenis de Alcaraz. En algunas fases de sus partidos en Madrid se valió de ellas para cambiar el rumbo y lograr la victoria. Por ejemplo, la solidez en el saque le valió para doblegar a un Novak Djokovic con los ojos inyectados en sangre. Pero por suerte, el murciano es mucho más que ese talento (innato y copiado a partes iguales). Al fin y al cabo, el tenis necesita de algo más que talento para dominarlo. Aquí entra la otra parte de la historia: a medida que crecen, los jóvenes jugadores dejan de parecerse tanto a sus ídolos porque incorporan mejoras.

Aquí entra otra de las similitudes que Carretero ve en Alcaraz: “También tiene un poco de la derecha de Rafa Nadal cuando tiene que defender”. Así, si Federer era el maestro atacando, el mallorquín lo es de la defensa y el contrataque. Y el murciano también lo ha ido incorporando a su juego. En un año, desde su última aparición en Madrid, ha ganado agilidad y potencia convirtiéndose también en un muro para sus rivales. De hecho, ha protagonizado muchas de las jugadas del torneo por su capacidad de desplazamiento lateral por toda la pista. Un buen ejemplo es el último punto del partido contra el español.

Por último, Alcaraz ha entendido a la perfección los tiempos que corren. Quizás también al ver a Nadal. La lucha y la entrega en cada punto también es una forma de ganarse al público. Sus gestos ostentosos de victoria en muchos puntos son más prolongados que los del mallorquín o incluso los de Djokovic, eso también habla del carisma del joven jugador y su facilidad para conectar con los espectadores. Incluso, hasta el punto de fallar más de la cuenta (le pasó con Nadal y Djokovic), pero eso es parte del juego.

El Alcaraz que nació idolatrando a Federer ya no existe. Aunque de esa etapa quedan las mejores virtudes. Ahora, también ha introducido ADN Nadal en sus golpes y, en especial, en su actitud. Eso también implica saber atacar el momento adecuado. De momento, el murciano no estará en Roma para ir con todo a por Roland Garros, su torneo favorito. Aunque todas esas comparaciones pronto se quedarán en nada y simplemente será un todo que se denominará: el dominio Alcaraz.

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