Algunos negocios sí están en auge
A pesar de la pandemia, hay negocios que están viviendo su época dorada. Se trata de negocios que tienen que ver con la maternidad. Y es que los avances tecnológicos han propiciado el surgimiento de clínicas que garantizan ecografías 5D a mujeres embarazadas con el objetivo de tener una visión aún más realista del bebé que esperan.
Se trata de ecografías emocionales o, al menos, así es como se han empezado a denominar en España. La técnica se basa en los ultrasonidos, al igual que las ecografías convencionales. La única diferencia es el empleo de tecnología moderna que permite obtener imágenes hiperrealistas del feto a tiempo real.
Muchas parejas que están esperando un hijo recurren a las ecografías 5D cuando la mujer ya tiene un avanzado estado de gestación. Y es que a través de ellas se puede ver ‘de cerca’ al bebé, conocer todos sus ángulos, distinguir sus facciones, sus gestos, reacciones e incluso la textura de su piel.
Es una prueba no diagnóstica cuyo fin principal es meramente lúdico. Es por eso por lo que los expertos advierten de la importancia de que las madres continúen con los controles médicos que les marque su ginecólogo. En la mayoría de casos, este servicio lo ofrecen hospitales privados, aunque en los últimos meses también han surgido franquicias que abogan por el componente emocional de este tipo de ecografías e invitan a los padres a vivir esta experiencia antes de tener en brazos a su bebé.
A pesar del auge de este negocio, ya hay organismos sanitarios de varios países, como la American Food and Drug Administration o los colegios de obstetricia canadiense, inglés y francés que advierten de que hay que tomar ciertas precauciones al realizar estas pruebas. Dichas entidades aseguran que el exceso de estas técnicas podría repercutir en la salud de los fetos, concretamente en su desarrollo cerebral, sobre todo si es inadecuado el uso de los ultrasonidos.
Es más, una investigación publicada por la revista revisada por pares JAMA (Journal of the American Medical Association) indica que existe cierta relación entre la penetración del ultrasonido prenatal y el trastorno del espectro autista, aunque indican que de momento no tienen evidencias científicas que lo demuestren.