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¿Existe una alianza entre Google y Meta para repartirse la publicidad digital?

Miguel Ángel Ossorio Vega| 28 de abril de 2022

Jedi Blue’ es el nombre de la supuesta alianza de Google y Meta para repartirse la publicidad digital y dejar fuera a sus competidores. ¿Qué hay de cierto en este acuerdo? Revisamos lo que se sabe y las implicaciones de un movimiento que ya ha despertado suspicacias en la Unión Europea.

Empecemos por el principio: Google y Meta -antes Facebook- son, probablemente, las compañías con mayor poder en el sector de la publicidad digital. No en vano, la primera facturó más de 43.000 millones de dólares por la venta de espacios publicitarios en Google Ads… solo durante el último trimestre de 2021. Aunque las operaciones de Alphabet van más lejos de la publicidad, el 80 % de sus ingresos proceden de ello. En 2021 facturó más de 229.000 millones de euros y tuvo beneficios superiores a los 67.000 millones. Recordemos: ocho de cada diez euros se los debe a la publicidad.

Por su parte, Meta no se queda mucho más atrás. La compañía fundada por Mark Zuckerberg facturó cerca de 118.000 millones de dólares en 2021. La mayoría de ese dinero procede de la venta de publicidad en sus diferentes plataformas, sobre todo Facebook e Instagram. Meta, sin embargo, trabaja denodadamente por diversificar sus vías de ingresos y reconvertirse en una compañía tecnológica que se quite la mala imagen que le han generado los excesos de Facebook.

 

QUÉ ES JEDI BLUE DE GOOGLE Y FACEBOOK

Sin embargo, esa mala imagen podría acompañar de nuevo a estos colosos digitales si se demuestra que Jedi Blue es real. El acuerdo consistiría en otorgar preferencia a Meta en las pujas de palabras clave en las plataformas de Google. De este modo, Meta obtendría los mejores precios por las mejores palabras, las más demandadas, dejando fuera a los competidores que no pueden pagar más dinero por ellas. Un acuerdo que iría en contra de la libre competencia, y que la Unión Europea ya investiga para verificar si realmente existe.

El acuerdo se remontaría a 2018, y permitiría a Meta (entonces Facebook) posicionar mejor su red publicitaria apoyándose en Google. Estos, a su vez, estarían debilitando a Meta, al posicionar aún mejor su plataforma publicitaria trabajando con el único rival (con permiso de Amazon) capaz de hacerles sombra en el negocio de la publicidad digital. Lo que investiga la Comisión Europea, así como las autoridades del Reino Unido, es si este supuesto acuerdo podría estar perjudicando a los editores de noticias, que dependen tanto de Google como de Facebook para difundir a gran escala sus contenidos.

 

ACUERDOS ENTRE GOOGLE Y META QUE VIENEN DE LEJOS

Las sospechas sobre supuestos acuerdos entre Google y Facebook no son nuevas. En 2020, diez estados de los Estados Unidos demandaron a ambas compañías por un posible acuerdo similar entre ambas compañías, cuyo objetivo sería, de nuevo, reforzar su propia y respectiva posición en el mercado publicitario frente a otros competidores. Pero la historia parece que viene de lejos, en ambos sentidos. Por una parte, ya en 2015 habrían firmado un acuerdo por el cual Facebook cedió contenidos de WhatsApp a Google, con el objetivo de que utilizara esos contenidos (personales y procedentes de los usuarios de WhatsApp) para venderles posteriormente publicidad. Algo que no ha terminado de demostrarse.

Otro supuesto acuerdo, este de 2017, habría frenado las aspiraciones de Facebook para crear o potenciar su plataforma de venta de publicidad para no competir con Google. ¿Cómo? Ofreciendo ‘paso preferente’ a Facebook en la plataforma de Google. Exactamente lo mismo que se investiga ahora.

Lo cierto es que, en su defensa, ambas compañías no solo no han negado la existencia de Jedi Blue, sino que lo han confirmado, aunque han especificado que se trata de un acuerdo que, lejos de restringir la competencia, la potencia ofreciendo un mejor trato a quienes quieran hacer uso de Open Bidding, la plataforma de pujas de Google.

 

¿TROCEAR A FACEBOOK?

Estos rumores lo único que hacen es alimentar un fuego que arde con intensidad desde hace años en el seno de la Comisión Europea. La comisaria europea de competencia, la danesa Margrethe Vestager, se ha convertido en la Sherlock Holmes de las tecnológicas por sus potenciales prácticas anticompetitivas. Tanto Google como Facebook ya han pasado por caja, abonando cientos de millones de euros en multas impuestas por estos menesteres. Lo mismo que han tenido que hacer Apple o Microsoft.

Lejos de frenarse ahí, el verdadero debate ha surgido, curiosamente, al otro lado del charco: ¿Hay que trocear a las compañías tecnológicas? Todo apunta a Meta, que con las sucesivas compras ha conseguido un monopolio en el segmento de las redes sociales muy difícil de batir. Se ha llegado a pedir abiertamente que se obligue a Meta a deshacerse de alguna de sus plataformas más populares. La cosa, por ahora, no ha ido a mayores, y quizás por eso Zuckerberg se esmera por reconvertir su compañía en una tecnológica diversificada en la que haya más vías de ingresos y las redes sociales sean solo una de ellas.

A la espera de ver la evolución de estos culebrones, la historia podría dar un giro de guion y posicionar a medio plazo a Amazon con un competidor verdaderamente relevante en el sector de la publicidad digital. No en vano, la compañía de Jeff Bezos espera facturar más de 30.000 millones de dólares vendiendo anuncios ya en 2024. Quizás los supuestos acuerdos de Google y Facebook no sean más que la desesperada respuesta a la llegada de una apisonadora que no tendrá piedad.

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