La compra de Whole Foods por 13.400 millones de dólares es la mayor adquisición que ha hecho Amazon hasta la fecha. Los supermercados de comida orgánica favoritos de la gente bien de EEUU (uno de cada 3 estadounidenses con ingresos superiores a 100.000 dólares tienen una tienda a menos de 5 km de su casa y personalidades adineradas, como la infanta Cristina, realizan su compra ahí) pasan a formar parte del imperio de Amazon. Sus 430 tiendas físicas y 91.000 trabajadores ahora engrosan la lista de activos de Bezos.
Whole Foods, hasta solo hace unos días propiedad de su excéntrico CEO, se especializaba en vender productos orgánicos, tendencia que arrasa en el mundo occidental. Pero, ¿qué pasará con Whole Foods? Eso es algo que solo sabe Jeff Bezos. De momento no se sabe si la marca será sustituida o mantenida, aunque parece que a corto plazo las cosas seguirán como hasta ahora. La adquisición, que se suma a un amalgama de empresas de los sectores más diversos ( Móviles, sector espacial, inteligencia artificial, producción cinematográfica…), ha sorprendido a todos los expertos económicos y de negocios, ya que ha sido un movimiento completamente inesperado.
Lo que es seguro es que otras empresas de este sector (vease Walmart, que de momento aguanta en el primer puesto del sector de ventas) han empezado a ver su reino amenazado por un Bezos imparable. Amazon, centrada en la compra desde casa, planea llevar la guerra a todo tipo de comercio tradicional, y si eso implica la adquisición de 430 físicas (o puntos de distribución en un futuro), no hay problema.
Solo el tiempo dirá si el desembolso de una suma de dinero superior al PIB de más de 80 países da sus frutos. Pero visto el imparable ascenso del gigante multitarea, Amazon, parece inútil dudar de que esta estrategia es solo otro brillante paso en la (hasta ahora infalible) estrategia de Jeff Bezos.
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