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¿Qué esconde Audax? Citadel eleva su ataque y la acción rebota por sorpresa

Pedro Ruiz| 16 de noviembre de 2021

Euforia. Los inversores de Audax Renovables estallaron este martes 16 de noviembre de júbilo a primera hora de la mañana. Y no era para menos. La cotización de la firma despegó como un cohete y se acercó por momentos a subidas del 13%. Un reflejo de las supuestas buenas cuentas del tercer trimestre presentadas por la compañía. Pero a media mañana el alborozo perdió fuelle, a medida que la subida se hacía menos consistente. A esas horas, también, la CNMV daba a conocer que Citadel, el fondo que acosa a la compañía, había incrementado su apuesta bajista.

El problema de esa sucesión de acontecimientos es que algo no termina de encajar. La subida a raíz de las cuentas de Audax es (como poco) desmedida. De hecho, incluso se puede decir que las cuentas no son buenas, al igual que no lo fueron las semestrales. Los accionistas se escudan para defender ese notable incremento en uno todavía mayor de los ingresos. En concreto, el grupo que preside el multimillonario, y ya mediático, José Elías, pasó de facturar entre enero y septiembre de 626 (en 2020) a 1.143 millones de euros, lo que supone un incremento del 83%.

Aunque quizás, la mejor noticia fue que en un momento delicado, por los altos costes, Audax logró incrementar el margen bruto en un 5%, al pasar de 81 a 86 millones de euros. Hasta ahí las noticias positivas. De hecho, el resto de partidas a medida que se desciende por la cuenta de pérdidas y ganancias son negativas. En primer lugar, porque pese a la mejora de los ingresos y del margen bruto el grupo registró una importante caída del Ebitda del 22%. Y lo que es todavía peor, el Ebit (que informa del beneficio operativo) se hundió un 41%.

 

CITADEL VUELVE A INFORMAR DE QUE HA AUMENTADO SU POSICIÓN BAJISTA

Finalmente, esas caídas drásticas provocaron pérdidas en el grupo de 1,8 millones de euros, frente a las ganancias superiores a los 8 millones de hace un año. Si bien los números rojos son inferiores a los registrados en junio, lo que quiere decir que el trimestre fue positivo, la caída en las cifras operativas no son un buen augurio. Nunca lo son. Mucho menos, cuando la compañía en cuestión tiene un alto nivel de deuda, dado que sus costes financieros podrían terminar por ahogar la viabilidad de la compañía. En otras palabras, la línea por la que anda Audax es muy fina.

De ahí que se puede entender que algunos fondos apuesten por la caída del valor en Bolsa. Al fin y al cabo, un susto en los mercados de deuda, en plena contracción, además, como la actual, implicaría un pequeño susto que se trasladaría a su cotización. Pero como se suele decir: ni tanto ni tan calvo. Las cuentas dejan dudas, es verdad, pero quizás no tantas como para que un gigante del tamaño de Citadel, unido a otros tres fondos, no haya parado de incrementar su ataque bajista semana tras semana.

Hasta el punto de que este mismo martes 16 de noviembre, el propio hedge fund remitía a la CNMV que de nuevo había incrementado su posición corta. En esta ocasión, Citadel elevó su apuesta bajista este pasado lunes 15 de noviembre hasta el 3,6% del capital social de Audax. Un recurso que ya parece casi rutinario. De hecho, se trata de la séptima notificación que envía al regulador en los últimos 30 días para señalar que ampliaba ese enviste bajista. En ese tiempo, el fondo oportunista ha incrementado el porcentaje de acciones que mantiene prestadas un 33%.

 

AUDAX SE DISPARA, ¿AVISO PARA LOS CORTOS?

Aunque esa obstinación es preocupante para los inversores de Audax, siempre lo es cuando se trata de Citadel. También es cierto que el ataque del fondo bajista ha perdido fuelle. De hecho, el incremento de su apuesta en contra de la compañía de renovables española en los últimos 30 días, que ha sido de 0,9 puntos básicos, contrasta con el despliegue efectuado unas semanas antes. Tanto en porcentaje como en volumen total. Así en apenas 11 días, entre el 4 y el día 15 de octubre, el vehículo de inversión que comanda el mediático Ken Griffin disparó su posición bajista un 50% para un total de 1,1 puntos básicos.

En otras palabras, parece que el ataque bajista está perdiendo fuelle. Quizás, la fuerte subida de este 16 de noviembre, que alcanzó el 10%, sea la señal de aviso de que Citadel y el resto de fondos bajistas empiezan a recular. Aunque parece difícil que sea de forma abultada. Al fin y al cabo, la mejoría de las cuentas no solo ha sido un espejismo, sino que pueden dejan las mismas dudas que las publicadas el 30 de septiembre. En especial, por el excesivo apalancamiento, deuda, la caída del efectivo (en 50 millones) y las tensiones del mercado tanto para construir parques como para la comercialización.

Por ello, junto a Citadel todavía aguantan el resto de hedge funds que han visto en Audax una presa fácil. Aunque sí han reducido sus posiciones aprovechando el hundimiento de las acciones de la compañía española en los primeros compases del tercer trimestre. El primero en hacerlo fue la firma de inversión canadiense Polar AM que aminoró su apuesta del 0,82 al 0,69%, tras conseguir unos buenos beneficios. Pero más significativo fue el camino seguido por D.E Shaw.

 

EL PRESIDENTE INTENTÓ FRENAR A LOS BAJISTAS Y A GOLDMAN SACHS

Así, el fondo con sede operativa en Londres primero redujo su participación del 1,09 al 0,9%, el 6 de octubre, después de que Audax se desplomase cerca de un 25%. Más tarde, el día 19, decidió a incrementar su apuesta bajista al mover el porcentaje apostado en contra de la compañía energética española del 0,9 al 1,17%. Un movimiento que no terminó de salir bien, al menos en rentabilidad frente a su última venta (ya que las acciones subieron, y que propició que el día 25 volviera a aminorar su envite y dejarlo en el 1,01%. Más alto que el 6 de octubre, pero más bajo que en marzo o mayo.

Lo anterior hace que la lectura global que queda en manos de los inversores sea complicada. Si bien es cierto que la situación de la compañía no es para tirar cohetes, pese al repunte de este martes, el ensañamiento de los bajistas (que pocas veces se equivocan) parece indicar que hay algo detrás. Aunque para convencer a los minoristas, también para evitar que Goldman Sachs controle demasiados títulos de Audax, su presidente ha estado comprando grandes paquetes de acciones en octubre para intentar apuntalar la recuperación de los títulos.

Elías compró a lo largo de las primeras semanas de octubre un total de seis millones de acciones. Una apuesta valiente que, sin embargo, no ha sido suficiente para que los títulos de Audax se recuperen. De hecho, estaban un 11% abajo en las últimas 20 sesiones. Una evolución que parece confirmar la apuesta de Citadel y sus compañeros, que mete más presión a los minoristas. Y ahora, que las cuentas no parecen haber disipado esas dudas y tras una subida vertical, la presión puede volverse insostenible.

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