Los sedimentos encontrados en piscifactorías chinas están llenos de bacterias resistentes a los antibióticos. La mayoría de estas bacterias aparecen cuando los encargados de las piscifactorías administran enormes dosis de antibióticos a los peces. Como con los humanos, el uso extensivo de estos medicamentos propicia la aparición de ciertas bacterias con una inmunidad hacia los antibióticos que puede resultar muy peligrosa, ya que dificulta la lucha contra el microbio.
Pero el problema va más allá. Un grupo de la Universidad Tecnológica de Daiwan, en China, ha encontrado sedimentos con bacterias resistentes a los antibióticos en piscifactorías que no los administraban a los peces. Por lo tanto, las bacterias debían estar obteniendo la resistencia de otra forma.
El equipo pronto llegó a la conclusión de que el problema provenía de la alimentación de los peces. Tras un estudio de los principales preparados a base de pescado, encontraron ciertos productos con grandes concentraciones de antibióticos. Uno de los preparados, producido en Rusia, contenía 54 nanogramos de antibiótico por gramo, la concentración más alta encontrada por el equipo chino.
El siguiente paso era encontrar si las bacterias de las piscifactorías obtenían su inmunidad a través de la comida. Mezclando los preparados con presencia de antibióticos con el medio de las piscifactorías encontraron que los genes clave en la resistencia a antibióticos se multiplicaron por 10 en las muestras ante la presencia de comida con concentraciones altas de antibióticos.
Esto es un problema por muchos motivos. En primer lugar, las piscifactorías son un motor económico considerable en muchos países, entre ellos, España. Si las bacterias resistentes proliferan en el medio de cría de los peces, una epidemia podría devastar la producción, con consecuencias terribles para la industria del mar. Por otro lado, está por ver cuál es el efecto de la presencia de estas bacterias en la cadena alimenticia humana.
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