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Ana Botín empeñada en borrar a España de la ecuación de Banco Santander

Pedro Ruiz| 3 de febrero de 2022

Banco Santander presentó unos resultados anuales del 2021 que hacían ver que había dejado atrás la pandemia. Un alegato basado en que los beneficios obtenidos superaron los de 2019. Una conclusión que la propia presidenta de la entidad, Ana Botín, quiso transmitir a periodistas y analistas. Pero la comparecencia de la ejecutiva y los datos presentados constataron algo más importante: España ya no solo juega un papel marginal dentro del grupo, sino que los planes del banco (y de la ejecutiva) en la región apuntan a que lo sea todavía más en un futuro.

Ana Botín y España mantienen una relación difícil. A la ejecutiva le pasa una cosa curiosa y es que, mientras su padre —Emilio Botín— siempre hablaba de España en el extranjero, su hija no para de hablar del extranjero cuando está en España. Además, que tampoco se la ha visto radiar una españolidad profunda. Un requisito que no es necesario, pero que contrasta, por ejemplo, con su devoción por Estados Unidos, del que asegura que “le encanta”.

En el caso del idioma, esa relación es todavía más patente y a veces extraña. Aquellos que la conocen, o tienen un trato más estrecho, explican que el castellano apenas lo utiliza y que prefiere comunicarse en inglés. Una rueda de prensa normal sirve también a esa causa. De hecho, es recurrente verla preguntar al consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, por términos que no recuerda o conoce en español.

 

ESPAÑA ES EL PAÍS MENOS RENTABLE PARA EL BANCO SANTANDER

Una explicación puede estar en los muchos años que ha estado fuera del país. De hecho, abandonó España muy joven para iniciar su educación en algunas de las escuelas más prestigiosas del mundo. Lo anterior, parece que también explica su preferencia por el inglés, la lengua dominante allá donde iba. Por último, Estados Unidos es el país donde más tiempo ha vivido. Al final, las circunstancias han impuesto unas preferencias en la vida de Botín que la alejan de España. Quizás, esa también sea la explicación, si en lugar de hablar de la presidenta se habla directamente del Banco Santander. Y es que otras partes del mundo han resultado ser mucho más rentables.

 

Banco santander
Una oficina del Banco Santander.

 

En realidad, casi cualquier país es más rentable que España. Así, mientras que la rentabilidad medida como beneficios entre el capital tangible, el ya popular ROE ajustado o ROTE, del grupo se elevó hasta el 12,7% en España apenas alcanzó el 6,33%. Una cifra que es la mitad, por ejemplo, del rendimiento obtenido en Estados Unidos y que incluso está por debajo del mercado de referencia en el que se encuadra: Europa, o como se dice desde el grupo, One Europa, que ha sido del 7,4%. Pero esos problemas van mucho más allá.

España también es el país, si se obvia su pequeña participación en Portugal, en el que la entidad cántabra menos obtiene por cada euro prestado, con 1,66 euros adicionales. Esa cifra está muy lejos de las referencias europeas, donde el retorno es de 2 euros por cada uno prestado, y a años luz del resto: 7,42 euros en Norteamérica y 12,4 en Sudamérica. Esa circunstancia ha provocado, por ejemplo, que los ingresos por intereses del Banco Santander en 2021 todavía estén por debajo de la cifra que se encontró la propia Botín cuando llegó al poder en 2014.

 

CON ANA BOTÍN AL MANDO LAS COMISIONES HAN SUBIDO UN 47%

Además, no solo es el mercado menos rentable para prestar, sino que también es en el que peor le pagan. De hecho, la morosidad española es la más alta y duplica, por ejemplo, a la de América del Norte. Al final, la suma de todos esos factores ha llevado a que el negocio del Banco Santander en España se haya ido diluyendo con fuerza dentro del grupo. Así, los beneficios obtenidos en la región en 2021, 957 millones, representaron solo el 11% del total del grupo. Ese peso, o porcentaje, es hasta un 25,6% más pequeño que el tenía en 2015, cuando Botín cumplió su primer año como presidenta.

Esa fuerte caída se produce, además, a pesar de tres factores importantes. El primero, es que el grupo incorporó a su balance español el del Banco Popular, que cuando se ejecutó (en 2017) era una de las entidades más grandes del país. El segundo es la dura política de comisiones que ha perseguido para, o bien obtener unos ingresos directos, o bien obligar a sus clientes a pagar por distintos servicios. Al final, el resultado de esa agresiva política es que desde ese 2015 los recursos extraídos a sus clientes se han disparado un 47%, desde los 1.688 millones a superar los 2.400 en 2021.

 

Ana Botín, presidenta Banco Santander
Ana Botín, Presidenta del Banco Santander.

 

El último es el recorte que ha ejecutado el grupo en forma de oficinas y empleados. Solo en el último año, entre 2020 y 2021, las cifras son desalentadoras con cerca de 4.000 despidos, prácticamente la mitad de todos los acometidos en Europa, y un tercio de las sucursales. Pero si se pone la lupa, desde la llegada de Botín la cifra es todavía más impactante. Y es que bajo el mandato de la presidencia, y bajo la atenta mirada de Álvarez, el Santander en España ha despachado prácticamente a todo el Banco Popular, trabajadores y oficinas.

 

BANCO SANTANDER: LA ETERNA QUEJA DE “NO GANA DINERO EN ESPAÑA”

Pero ni con los recortes ni con la agresiva política de comisiones seguida la entidad ha logrado obtener más beneficios. En concreto, cerró 2015 con unas ganancias netas de 977 millones, mientras que en 2021 se quedaron 20 millones por debajo. Unas cifras que se antojan pequeñas. De hecho, una de las pocas cosas que tienen en común padre e hija Botín es que creen que Banco Santander “no gana dinero en España”. El primero lo dijo en 2013, en mitad de la crisis. La segunda lo expresó a través de Álvarez durante una comparecencia en el Congreso en 2018.

Y tampoco su estrategia parece estar logrando lo que reclaman sus ejecutivos: fidelizar clientes. De hecho, entre 2020 y 2021 el grupo solo ha sido capaz de añadir a su causa a 300.000 clientes, pese a ese incremento de tarifas, lo que se antoja una cifra pequeña. Además, los datos muestran la pérdida en España de cuota de mercado. En concreto, la cuota en el mercado de crédito es del 17,4% y en el de los depósitos del 18,4%, ambas cifras están por debajo del 17,6% y el 18,9% que mantenía en 2019 respectivamente.

En definitiva, parece inevitable que España se diluya todavía más en el Banco Santander. Al final, se convertirá (si no lo es ya) en un simple apartado dentro del organigrama Europa mucho más grande. De hecho, todas las inversiones del grupo avanzan a consolidar esa posición. Hace no mucho, Ana Botín afirmó que España iba a “salirse del mapa”, pero quizás la presidenta no lo dijo en sentido figurado, sino en uno muy literal, y ese ‘mapa’ era el del Banco Santander.

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