Banco Santander, a la caza del ‘incauto’: así atrapó a sus clientes en su fondo estrella
Banco Santander aprovechó el 2021 para atiborrar a sus fondos Gestión Global de incautos. Una proeza que podría definirse como hercúlea. Al fin y al cabo, la rentabilidad exhibida era pequeña y estaba muy por debajo del índice de referencia. Aun así el banco logró su objetivo y convirtió al Gestión Global Equilibrado en el más grande de España. Una lección que recuerda que nunca hay que subestimar lo fácil (y rentable) que puede resultar persuadir a los ingenuos, como los define la RAE. También es una buena muestra de en qué se han convertido las sucursales.
Y es que una gran parte de ese tesoro logrado por la entidad que preside Ana Botín empieza en las sucursales. Además, a la vieja usanza: telefonazo, conversación de confianza, firma y, finalmente, desastre. Así relata uno de los clientes, con nulo conocimiento de los mercados financieros, su adhesión al fondo a Influencers: “Me han llamado del banco para meter el dinero en un fondo que se llama Santander Gestión Equilibrado (…) dicen que suele dar un beneficio del 7% anual y un nivel de peligrosidad de 3”.
Obviamente, la persona de confianza era (en este caso) la directora de la sucursal. Y, también evidentemente, la llamada incluía algo de redondeo por parte de la entidad. Al alza para la rentabilidad, a cinco años no llega al 4% y a diez años se queda en el 4,7%; y a la baja en el riesgo, que en realidad es de 4 sobre 7. Ciertamente, por seguir con las obviedades, el producto debía venderse sin pudor. Así, el cliente llegó a explicar que no se sentía cómodo porque reconocía tener “malas experiencias” en otras comercializaciones de fondos. Nada nuevo para cualquiera que haya comprado acciones españolas.
BANCO SANTANDER Y LA MULETILLA MÁS FAMOSA
Pero lo mejor fue la respuesta del banco, en este caso, de la directora: “Con el dinero que tienes en la cuenta (una corriente del banco), es perder dinero”. Probablemente nadie se sorprenda; al menos, aquellos más dados a seguir el mundo de la inversión. Al fin y al cabo, debe ser la muletilla más utilizada desde que el Cordobés se retiró de los ruedos. Pero para la gente sin conocimientos del tema, los llamados incautos, tiene cierta lógica cuando se les acribilla a comisiones. El problema es que los trabajadores del Santander, en este caso, no explicaron la realidad verdadera.
De hecho, la frase traducida al ‘santanderino’, no al habla de la ciudad, sino a los términos de negocio de la entidad cántabra (que por cierto tiene letra propia en el Word, Santander Headline-Regular para los más curiosos), se entiende mucho mejor: ‘El problema (querido cliente) es que los ahorros que tienes en la cuenta nos cuestan dinero mantenerlo y no los necesitamos. Sin embargo, si lo metes en uno de nuestros fondos, nosotros podemos ganar dinero cobrándote una comisión. Además, si es en uno gestionado a granel, todavía nos sale más rentable’.
Así, se entiende mucho mejor el contexto general del sector bancario y el enorme crecimiento de los activos que mantienen en gestión. Además, es la única verdad. En primer lugar, porque la muletilla del “es perder dinero” tiene trampa. De hecho, en la actualidad está perdiendo mucho más dinero del que pagará en comisiones el cliente, sus hijos y sus nietos. Aunque de eso hablaremos más adelante. Y en segundo lugar, porque el único que va a ganar sí o sí es el Banco Santander a través de las comisiones, que además no son pequeñas. Hasta el punto de que son entre cuatro y cinco veces más que un fondo pasivo.
GESTIONA GLOBAL EQUILIBRADO ESTÁ MUY ALEJADO DE LA INVERSIÓN ACTIVA QUE VENDE
Además, sin ofrecer tampoco una apuesta decidida por la gestión activa. Quizás, eso es lo peor. En términos generales, cada fondo se gestiona bajo una temática en la que los gestores son expertos. Los vehículos de inversión value más típicos españoles se centran en valores energéticos —AzValor—, o más industriales —Cobas—; incluso los hay con una apuesta decidida por la tecnología, —Numantia—. Pero también los hay de crecimiento, conocidos como growth, que buscan empresas que están creciendo de forma muy rápida. Incluso, dentro de ellos los hay todavía más agresivos como los Deep Value o el conocido Ark Innovation de Cathie Wood.
Y tampoco tienen que ser los más rentables. Los primeros de la lista tuvieron unos años muy difíciles entre 2018 y 2020. Los segundos están cayendo ahora con fuerza. Pero la clave es que se pagan unas comisiones por un estilo de inversión diferenciado. En el caso del Global Gestión Equilibrada del Banco Santander, u otros de cualquier entidad con un volumen desmesurado (que ya de por sí tienen problemas, como se verá también), simplemente está construido en su mayoría por ETF de índices. Una forma muy válida, pero que tampoco se puede considerar realmente como activa, que es lo que se cobra.
En concreto, sus primeras posiciones, que suman más de un 15%, son distintos ETF ligados únicamente al S&P 500. Además, a través de diversas divisas. A su vez, se le añade otro porcentaje importante de valores de renta fija, como bonos del Tesoro de EE.UU., que permiten reducir el riesgo del producto para que pueda llegar a todos los públicos. Asimismo, le dan algo de preponderancia al sector tecnológico, con mayor peso, para rascar unos puntos al alza en rentabilidad. En definitiva, que difícilmente puede pasar por inversión activa un fondo con cerca de 250 posiciones.
UN DESENLACE FATÍDICO ESPERADO PARA LOS CLIENTES DE BANCO SANTANDER
Al final, ese complejo organigrama de juntar muchas cosas para que se pueda vender mejor, termina por acabar con su verdadero ser: generar valor, rentabilidad, para los clientes que están pagando por ese fondo. En primer lugar, porque a medida que un fondo empieza a gestionar más y más dinero, sin un tope, la rentabilidad va decreciendo. De hecho, la historia bien documentada de la inversión suele refrendar que hay un punto marginal en el crecimiento del patrimonio de un vehículo de inversión. Un ley de la que no ha escapado ni el inversor más diestro de la historia como es Warren Buffett. Por ello, los verdaderos fondos de autor se cierran al llegar a una cantidad. Pero si Banco Santander hace eso se acaba el negocio.
Unas limitaciones a las que hay que añadir el hundimiento del mercado en los últimos días. De hecho, hasta el 19 de enero la rentabilidad en el año ya era de casi un 3% negativa, pero con las bruscas caídas de las últimas sesiones el agujero es más grande. Hasta el punto de que el mismo cliente que había creído en su directora de la sucursal del Banco Santander ahora se pregunta: “¿Qué hago?”. El último acto, en el que los incautos ven como la cifra en verde, torna al rojo y empieza la caída libre. El desenlace será su salida del fondo (el peor error que se puede hacer) y acumula una nueva “mala experiencia” con la Bolsa.
EL EJEMPLO PARADIGMÁTICO DEL FONDO DE BANCO SANTANDER
Aunque cuando vuelvan las buenas nuevas habrá, de nuevo, otro telefonazo de la sucursal. Al final, la historia de nuestro peculiar cliente, totalmente real, sirve de ejemplo fantástico de la situación en el sector. En primer lugar, la cultura financiera media en España es ínfima, lo que permita que muchos actores se beneficien. En segundo lugar, las sucursales no dudan en poner todo su empeño para colocarte un producto financiero.
Por último, los consumidores hartos de engaños repudian los mercados como si fueran los causantes. Además, de una forma que termina siendo muy dañina para ellos. Por un lado, se salen del fondo en el peor momento en el que se debe hacer, que es cuando están en pérdidas, tras un shock del mercado. Hay que recordar que muchos de ellos han llegado cuando los mismos estaban alcistas, o en máximos, por lo que la pérdida es considerable. Por otro, porque terminan echándose a los brazos del ladrillo y, en el peor de los casos, entregar su futuro al quebrado sistema público de pensiones.