Benicio del Toro: “En Hollywood, la mayoría de las historias no están hechas para las minorías”
Benicio del Toro ha comparecido esta mañana ante los medios de comunicación en Madrid. El famoso actor puertorriqueño recogerá mañana el Premio de Honor de los X Premios Platino.
Benicio del Toro nacía en San Germán, Puerto Rico, allá por 1967. “Eres muy joven todavía”, le ha dicho Enrique Cerezo, tras presentarle como “uno de los grandes talentos de Hollywood, y un gran talento iberoamericano”. Lo hacía esta mañana en el Hotel Intercontinental de la Castellana (Madrid), en calidad de presidente de EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales).
Allí, el actor puertorriqueño ha comparecido ante los medios de comunicación, tanto españoles como iberoamericanos y estadounidenses, a quienes ha señalado que “es un honor estar celebrando nuestra hispanidad”. Todo como parte de la celebración de los X Premios Platino, que este año vuelven a celebrarse en Madrid, y que mañana le harán entrega del Premio de Honor.
HUEVOS DE ORO
Del Toro ha recordado su participación en Huevos de oro, la película española que dirigió Bigas Luna hace justo treinta años: “Lo pasé muy bien con uno de mis actores favoritos, Javier Bardem”. El filme se estaba rodando en Miami, donde trabó su amistad con el actor español.
Benicio estaba grabando otra película en Pennsylvania, donde se mudó junto a su familia a los 13 años, pero se “escapó” para rodar sus escenas para Luna: “No podía coger sol, porque tenía que volver para seguir filmando. Llevaba todo el rato un sombrero mexicano”.
“A mi viejo le encantaba la película”, ha señalado, apuntado que por aquel entonces su familia “no estaba muy contenta con que quisiera ser actor. Ahora han cambiado de opinión”.
UNA CARRERA DE CINE
Tras graduarse, Benicio comenzó a estudiar comercio en la Universidad de California, en San Diego, centro educativo que decidió abandonar para acudir a la prestigiosa academia de interpretación de Stella Adler. Ya a finales de la década de 1980, Del Toro comenzó a aparecer en pequeños papeles en series de televisión, realizando papeles en títulos como Miami Vice o la miniserie Drug Wars: The Camarena Story.
Sobre por qué decidirse por la interpretación entre todas las artes, ha explicado: “No toco ningún instrumento. Pintar y escribir es solitario, y en mi juventud no era muy solitario. Por eso le cogí el gusto a la actuación. Es como todas las artes, puedes mejorar, tiene su ciencia”.
Empezó a despegar en la década de los noventa. Debutó en la gran pantalla de la mano de Tim Burton con Big Top Pee-wee. Apareció en filmes tan destacados como 007: Licencia para matar (con la que se convirtió en el actor más joven en interpretar a un villano de James Bond), Sospechosos habituales de Bryan Singer (con la que consiguió un premio Independen Spirit), Basquiat de Julian Schnabel (con la que ganaría su segundo premio Independent Spirit), o Miedo y asco en Las Vegas (la adaptación que Terry Gilliam se marcó de la novela homónima de Hunter S. Thompson).
NUEVO MILENIO
El año 2000 sería clave para Del Toro, estrenando dos de sus películas más recordadas: Snatch. Cerdos y diamantes, popular película de Guy Ritchie, y, especialmente, Traffic, de Steven Soderbergh, que le valió el premio Oscar al mejor actor de reparto, el premio al mejor actor de Festival de Berlín, el Globo de Oro a la mejor interpretación de reparto o el premio del Sindicato de Actores.
El siglo continuó con papeles en títulos tan destacados como Sin City, de Robert Rodríguez, o 21 gramos, primera producción estadounidense del mexicano Alejandro González Iñárritu, con la que también fue nominado al Oscar. Volvería a colaborar con Steven Soderbergh para dar la vida al Ché Guevara por partida doble: Ché, el argentino, y Ché: Guerrilla (trabajos con los que consiguió la Palma de Oro a la mejor actuación en el Festival de Cannes).
LOS ÚLTIMOS TAQUILLAZOS DE BENICIO DEL TORO
En la década de 2010 ha aparecido en taquillazos como Thor: El mundo oscuro, Guardianes de la Galaxia, Star Wars: Los últimos jedi o Vengadores: Infinity War . También en películas más de autor como Escobar: Paraíso perdido (Andrea Di Stefano), Puro vicio (Paul Thomas Anderson), Un día perfecto (Fernando León de Aranoa) o Sicario (Denis Villeneuve).
“Como actor he tenido la oportunidad de trabajar con directores excelentes y actores fantásticos. Uno va absorbiendo, como Bob Esponja”. Algo que le ha llevado a hacer sus primeras incursiones como productor, y hasta a plantearse empezar a dirigir.
Uno de esos directores que le han marcado es Oliver Stone, con quien rodó Salvajes (2012). Ha reconocido que tiene un “talento innato. Nos hace sentir muy valientes. Es muy valiente, muy político. Cuando trabajé con él acabé admirándolo más”.
Sobre si ha aprendido de los errores del pasado, el actor ha admitido que “hay cosas que uno hace de joven por un tipo de energía que no está bien organizada”. No obstante, “estar mirando hacia atrás y martillarse a uno mismo es duro” por lo que no pierde el sueño “con decisiones que se tomaron. Ya está hecho”.
INTERPRETAR A UNA MINORÍA
En cuanto al encasillamiento que tuvo al principio de su carrera, cuando siempre le tocaba hacer papeles de latino, Benicio del Toro ha señalado: “Los estereotipos existen porque no se profundiza en los personajes que representan a las minorías”. “Yo empiezo mi carrera y me piden que me cambie el nombre. En Hollywood, la mayoría de las historias no están hechas para las minorías”, ha añadido.
“En algún momento decidí que, si iba a interpretar estereotipos, les iba a dar profundidad a esos personajes. Convencí a los directores de alguna manera, al estilo de Béla Lugosi”, ha sentenciado.