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Bill Gates, de patrón de Microsoft a amo de las vacunas

Influencers| 19 de enero de 2021

El cofundador de la compañía de software es blanco de una gigantesca teoría de la conspiración que relaciona su nombre con la supuesta finalidad del covid-19: controlarnos a todos mediante un chip integrado en las vacunas que pondrán fin a la pandemia. Un planteamiento que se aleja de una realidad mucho más sencilla: Bill Gates lleva años utilizando su incalculable fortuna para promover la asistencia sanitaria allí donde sea necesaria. Y está utilizando las vacunas para ello.

Bill Gates (Seattle, Estados Unidos, 1955) es de sobra conocido desde hace décadas por su papel en el desarrollo de la informática. Su invento, Windows, es laureado y criticado a partes iguales, lo cual no es óbice para que casi el 90% de los ordenadores de todo el planeta funcionen bajo este sistema operativo, según Net MarketShare. Su principal rival, el macOS de Apple, se queda en el 9,68% de cuota de mercado.

En paralelo a esta inusitada penetración de su producto -y gracias a ella-, Bill Gates ha copado durante años la lista de las personas más ricas del mundo que elabora Forbes. Hasta hace apenas tres años, cuando Jeff Bezos, fundador de Amazon, superó a Gates en el podio que ha sido de su propiedad durante largos años (pasó dos décadas siendo el más rico de los Estados Unidos). Ahora, Bill Gates ocupa el segundo puesto, con una fortuna estimada en más de 100.000 millones de dólares, pero que él mismo y su mujer, Melinda Gates, se encargan de drenar a base de obras benéficas.

Si Bill Gates es una de las diez mayores fortunas de la historia, también es la persona que más dinero ha donado jamás. Se calcula que desde el año 2000 ha entregado alrededor de 30.000 millones de dólares a diferentes actividades filantrópicas que canaliza a través de la Fundación Bill y Melinda Gates.

Una de las más grandes del mundo, y que está centrada principalmente en la promoción de la salud. Y si hay algo que ha ocupado especialmente a la Fundación del matrimonio Gates… son las vacunas.

 

Bill Gates y las vacunas: una relación duradera

La relación de Bill Gates y las vacunas viene de antiguo. La fundación del magnate es una de las más activas del planeta en la inmunización como forma de evitar enfermedades como la polio, la tuberculosis o la malaria. De hecho, esta última enfermedad es uno de los objetivos del matrimonio Gates desde hace años: quieren erradicarla. Para ello, cuentan con una inmensa fortuna, influencia ganada a pulso en lo que se refiere a la filantropía y la ayuda de entidades y voluntarios que trabajan en diversos lugares del planeta para mejorar las condiciones sanitarias de sus habitantes más desfavorecidos.

Con este bagaje a la espalda, el estallido de la pandemia de SARS-CoV-2, a finales de 2019 y principios de 2020, llevó a Bill Gates a apostar de nuevo por una vacuna como método más eficaz para acabar con la enfermedad que empezaba a segar vidas. Y lo hizo porque su Fundación… ya lo hacía: uno de los pilares de la Fundación Bill y Melinda Gates es mejorar el desarrollo de estos medicamentos, acelerar su distribución y crear nuevos productos para enfermedades que hasta ahora no tienen posible vacuna. No es, por ello, de extrañar que ante un virus desconocido el multimillonario pusiera de nuevo su fortuna al servicio de los demás.

Si se mira el papel concreto de Bill Gates respecto a las ya anunciadas vacunas contra la covid-19, hay que remontarse a febrero de 2020. En pleno crecimiento descontrolado de los contagios ante la pasividad de casi todo Occidente, Susan Desmond-Hellman, exconsejera delegada de la Fundación Bill y Melinda Gates, ficha por la farmacéutica Pfizer y entra en su Consejo de Administración. Al poco tiempo, la farmacéutica estadounidense se asocia con la startup alemana BioNTech, cuyos fundadores, el matrimonio de científicos formado por Ugur Sahin y Özlem Türeci, son responsables de la inédita tecnología que hay detrás de la vacuna de Pfizer, una de las primeras en materializarse. Hay quien dice que el hecho de que la Fundación Bill y Melinda Gates colaborase en el pasado con BioNTech para desarrollar vacunas contra las enfermedades objetivo del magnate y su mujer pudo tener algo que ver en la alianza entre la startup alemana y la farmacéutica estadounidense.

En cualquier caso, Bill Gates y su mujer están financiando directamente el desarrollo de hasta siete vacunas, y han aportado 250 millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud para compensar los fondos que dejará de recibir este organismo si se consuma la retirada de Estados Unidos, poco probable en la era Biden. Su otra relación directa con la vacuna es el apoyo a la iniciativa GAVI, que busca que las vacunas también lleguen a los países en vías de desarrollo. Ha puesto 100 millones de dólares de su bolsillo para contribuir, junto al Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del planeta, a que no haya dos velocidades en la salida de esta inédita crisis sanitaria.

Al margen de eso, Bill Gates sí tiene algo más que ver con la pandemia: avisó de ella hace tiempo. Concretamente, en 2015, cuando alertó de que una pandemia de gripe podría matar a hasta 30 millones de personas en apenas medio año. Propuso reforzar los sistemas de salud pública y vigilancia epidemiológica, así como el acceso a vacunas capaces de contener estos virus. Cinco años después, Gates lidera una parte de la lucha contra la pandemia que ha cumplido el peor de los pronósticos que barajaban los científicos desde hacía décadas. Y, no contento con ello, a finales de 2020 volvió a poner fecha a otra pandemia, la próxima: dentro de entre tres y veinte años. ¿La buena noticia? Cree que lo que hemos aprendido -a base de golpes- durante 2020 ayudará irremediablemente a que la próxima pandemia, que casi toda la comunidad científica da por hecho, no nos pase por encima como una apisonadora.

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