Artur Hayes, fundador de BitMEX: el tiburón de las criptos al que persigue el FBI
Artur Hayes es uno de los iconos de las criptomonedas. Un puesto que no debe tanto a los ceros en su cuenta, en un mundo de millonarios, como a su filosofía. Así, uno de los tres cofundadores de BitMEX, una de las grandes plataformas de intercambio de criptomonedas del mundo, le gusta vivir deprisa. También sin pedir permiso o, incluso, de manera ostentosa. Muchas de sus respuestas son descuidadamente provocativas hasta el punto de ponerse una diana en la espalda. Esa vida le ha llevado a ser una megaestrella del mundo cripto, pero también a ser perseguido por el FBI.
Y es que cada cierto tiempo aparece un tipo de persona que transita por la vida sin levantar el pie del acelerador. “Vive como si fueras a morir hoy”, decía otra estrella fugaz como James Dean. Pero no es nuevo, de hecho, se remonta muchos siglos atrás. Así, por ejemplo, del gran Alejandro Magno se dice que tras romper (que no desenredar) el nudo gordiano el oráculo pronosticó que su vida sería, precisamente, como “una estrella fugaz que durante un corto periodo de tiempo lograría hacer brillar todo el firmamento”. Y así sería, aunque nunca conociera la derrota en combate.
Hayes recuerda a ese estilo de vida. En 2014, al poco de arrancar el proyecto BitMEX “algunos días no teníamos intercambios”, recuerda el afroamericano, “nadie compró ni vendió». Una ruina cuando son las pequeñas comisiones por transacciones las que debían pagar las facturas. Un año después, se vio obligado, incluso, a llevar la atención al cliente. Pero tres años más tarde, el directivo se desplazaba en Lamborghini y mandó construir un acuario gigantesco en la sede de la firma en Hong Kong que contenía tiburones. Para entonces, Hayes parecía imparable.
HAYES, UNA VIDA DE LUJO
La sede elegida, además, no era una más. BitMEX eligió el piso 45 del Cheung Kong Center, la propiedad inmobiliaria más cara de Hong Kong. Una enorme construcción en la que también estaban firmas como Goldman Sachs, Barclays, Bloomberg y Bank of America. También en ese momento se había convertido en el centro de atención de los amantes de las criptomonedas por su estilo y declaraciones irreverentes. En una ocasión se le pregunto por qué BitMEX tenía su domicilio legal en las Seychelles en 2019, señaló que sobornar a los reguladores estadounidenses cuesta más y que el precio del archipiélago había sido «un coco».
Pero también lo sería para el FBI. Así, cuando fue investigado un año después, el jefe del conocido equipo de élite advirtió que él y sus compañeros que «pronto sabrían que el precio de sus presuntos crímenes no se pagará con frutas tropicales». Y es que BitMEX, y por extensión Hayes, fueron acusados de ‘ayudar’, o al menos no hacer todos los esfuerzos que debía, para conseguir que la plataforma no se utilizara para el lavado de dinero. Lo más curioso, es que durante casi un año estuvo fugado de la justicia, hasta que este pasado verano se entregó. Todo podría acabar con una simple multa.
Hasta entonces, Hayes ha llevado una vida de superestrella. Por un lado, sus gustos por los lujos extremos como los coches de alta gama y los relojes grandes, brillantes y sobretodo caros. Por otro, por su físico cuidado. El multimillonario presenta una figura musculosa que hace valer gracias a su gusto por las camisetas ajustadas. Una silueta que nunca se esperaría de un millonario de nuevo cuño en criptomonedas. Pero también le gusta hacer valer su activa vida y, sin reparos, le encanta mostrar sus vacaciones de ski en Hokkaido, sus elististas partidas de squash o sus reflexiones personales sobre el sentido de la vida.
EL ORIGEN DE BITMEX: EL CONTRABANDO DE BITCOINS
Quizás todo aquello proviene de que sus orígenes profesionales son muy diferentes a los de otros nombres influyentes de la industria. A diferencia de otros Hayes no es un programador ni su pasado arrancó en una startup hipster de Silicon Valley, sino de la banca de inversión. Aunque no en Nueva York, sino en la jungla financiera de Hong Kong. Así, tras asistir a la Wharton School of Business recaló primero en Deutsche Bank donde trabajó como creador de mercado para fondos cotizados en Bolsa, o ETF, que son valores híbridos que, al igual que los fondos mutuos, diversifican el riesgo de un inversor pero pueden negociarse como acciones.
Más tarde, recaló en Citibank también con ese cometido. Finalmente, en 2013 se vio en la calle. Y, como suele decirse, una decepción se convirtió en una oportunidad. Tras leer libros y blogs acerca del bitcoin empezó a introducirse en el mundo. Aunque obviamente lo haría de una forma peculiar. Básicamente, se dedicaba a comprar bitcoins en el extranjero y los cambiaba por efectivo en China. A las operaciones le sacaba una prima, antes de volver a cruzar la frontera con mochilas llenas de efectivo. Lo anterior, da una idea de porqué a pocos sorprendió las acusaciones en 2019 de lavado de dinero de BitMEX.
De hecho, la firma nació de un desafortunado encontronazo cuando una estafa casi le priva de mucho dinero. En ese momento comprendió que el bitcoin solo tenía una falla: un sistema de transacciones (para comprar y vender) estable y confiable. Tras sondear el mercado dio con Ben Delo y Sam Reed, los otros cofundadores de la compañía. Aun así los comienzos no fueron sencillos como queda comprobado incluso con las palabras del propio Hayes. Todo cambiaría en el directivo dio con la clave para relanzar su negocio: operar con opciones y con un apalancamiento (deuda) enorme.
BITMEX, HAYES Y COMO HACER EXPLOTAR LAS CRIPTOMONEDAS
BitMEX se convirtió en el pionero de las operaciones de derivados con criptomonedas. En pocas palabras, se trata de contratos que permiten a los especuladores apostar por el rendimiento futuro de los activos digitales. Pese a que cuando se fundó la compañía y se pusieron en marcha, allá por 2014, no eran muy conocidos con el tiempo se han convertido en el verdadero combustible de los mercados. Hasta el punto, de que desde hace ya bastante tiempo la operativa con opciones supera con creces a la compraventa de criptomonedas ‘físicas’ e incluso a las propias acciones.
Su uso, por ejemplo, está detrás de algunos fenómenos bursátiles como los de GameStop. Aunque no fue suficiente entonces. Pero Hayes dio con la fórmula: disparar el apalancamiento hasta un vertiginoso 100 a uno. Una relación que se traduce en que un cliente con 10,000 dólares en su cuenta BitMEX podría ejecutar sin problemas una operación por valor de 1 millón de dólares. El atractivo del intercambio radicaba en el hecho de que las personas podían ganar mucho dinero con poco capital. Aunque también podía hacerle perder grandes cantidades. De hecho, en la gran crisis bancaria los reguladores se escandalizaron de las apuestas apalancadas de los bancos y no superan el 30 a uno.
Las opciones, la gasolina, y el apalancamiento, el turbo, hicieron explotar el mercado cripto. También la popularidad de BitMEX y sus creadores, incluido el propio Hayes. Una meteórica carrera que parecía haber acabado con el hostigamiento del FBI, pero nada más lejos de la realidad. Pese a que dejó su cargo de director ejecutivo sus opiniones son respetadas, sus seguidores siguen confiando en sus intuiciones y sigue empeñado en vivir lo más rápido posible. Si con los años alguien termina contando la historia del afroamericano, quizás muchos encuentren similitudes con Jordan Belfort (El Lobo de Wall Street). Aunque probablemente un mejor apodo sería el del Tiburon de las Criptomonedas.