Bunbury, el héroe de leyenda que no flaqueó jamás
Enrique Bunbury regresa a la actualidad discográfica con Posible, su nuevo disco de estudio. El músico zaragozano se ha convertido en uno de nuestros cantantes más internacionales gracias a un imparable y testarudo trabajo que no ha cesado desde que alcanzase la fama al frente de Héroes del Silencio.
Nació como Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy en Zaragoza allá por 1967. Pero todo el mundo le conocería bajo el apellido artístico que tomaría prestado a uno de los personajes de La importancia de llamarse Ernesto (Oscar Wilde): Bunbury.
Al frente de su legendaria banda, Héroes del Silencio, ya alcanzó el éxito a nivel internacional. Solo editaron cuatro discos de estudio entre su arranque (1984) y su inevitable disolución: El mar no cesa (1988), Senderos de traición (1990), El espíritu del vino (1993) y Avalancha (1995). Todos ellos están incluidos en la lista de los 250 mejores de todos los tiempos del rock iberoamericano elaborada por la revista estadounidense Al borde.
A ellos hay que sumar los numerosos recopilatorios, discos de rarezas y álbumes en directo que vinieron (y siguen cayendo de vez en cuando) para saciar la demanda de su público fiel. Se estima que han vendido más de seis millones de copias (sin contar los innumerables discos piratas), y la revista Rolling Stone los encumbró en 2012 como el segundo mejor grupo de rock español de la historia, solo por detrás de El último de la fila.
Pero al desgaste de las eternas giras (que les llevarían por Europa y América en varias ocasiones) se unieron los choques de egos y las ganas de probar otras cosas, y en 1996 la banda se disolvió. Ya lo habían avisado en uno de sus últimos temas: “No hay nada para siempre”.
Sediento de experimentación y de romper con lo anterior (tanto musical como estéticamente), Bunbury debutó en solitario con Radical Sonora (1997). Toda una declaración de intenciones desde el propio título donde no dudó en introducir música electrónica y todo tipo de estilos e instrumentos alejados del rock, dando como resultado un disco sobreproducido e inaccesible que generó duras críticas entre su público anterior.
No fue hasta el segundo trabajo que se encontró a sí mismo. En Pequeño (1999) supo definir mucho mejor su nuevo rumbo, que no renunciaba al rock pero abrazaba igual una ranchera que un tango o una odisea pop. Sus letras abandonaron el cripticismo y la épica precedentes para dar paso a unos textos más personales y reflexivos, siempre bajo la poesía autoexigente marca de la casa.
Igual de exigente para los músicos que le han acompañado desde entonces: El Huracán Ambulante (1997-2005) y Los Santos Inocentes (2008 hasta la actualidad). Entre medias, les dio a sus fans más nostálgicos la única concesión a un regreso de Héroes del Silencio: la gira de reunión y despedida de 2007.
A Enrique siempre le ha interesado más el futuro que el pasado. No ha renunciado a ningún experimento, sin importarle lo que se dijese de él. Seguramente sea esa la clave de su éxito, junto a su innato talento y su incesante trabajo. Al fin y al cabo, siempre fue de esos artistas sin término medio: o le amas o le odias. En 2004, el diario El Mundo le metió en su lista de músicos españoles más influyentes.
Posible es su décimo álbum de estudio, a los que también hay que sumar casi la misma cantidad de discos de estudio y recopilatorios. Podremos escucharlo a partir del próximo 17 de abril.
Texto: Jesús Casañas
Foto destacada: FACEBOOK.COM/BUNBURYOFICIAL