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La burbuja de Amazon se desinfla: los motivos de su fracaso

Lidia Vega| 7 de noviembre de 2022

Amazon ya no sabe lo que hacer para levantar cabeza. El gigante tecnológico no para de perder fuerza por todas las vertientes de su negocio. La rama más importante, su nube, se está evaporando; las ventas online decrecen y, para colmo, su negocio de supermercados no acaban de despegar en ninguno de los mercados donde opera.

Hace unos días que Amazon presentó los resultados correspondientes al tercer trimestre. Estos datos han sido realmente decepcionantes. En estos tres últimos meses, la compañía estadounidense ha generado unos beneficios netos de 2.872 millones de dólares, un 9% menos que durante el mismo periodo del 2021. Además, dentro de la historia de la compañía, esta cifra representa un 55% menos que lo que se registró en el tercer trimestre de 2020, 6.331 millones, la cifra más baja.

Pero esta caída no ha sido algo puntual. Este 2022 está siendo un año negro para Amazon, que lleva cosechando pérdidas desde enero. En concreto, en el primer trimestre registró pérdidas de -3.844 millones de dólares y en el segundo trimestre de -2028 millones de dólares. Las pérdidas netas en estos primeros nueve meses del año son de -3.000 millones de dólares.

Esto se está traduciendo también en bolsa. Las acciones de Amazon se llegaron a desplomar casi un 20%. Esto hizo saltar las alarmas de la bolsa de Nueva York. El día de presentación de resultados, consiguió cerrarlo con una caída de más del 10%.

Pero, ¿cuáles son las razones de este desastre?

 

Amazon duda sobre sus ventas

Bien es sabido por todos que el principal negocio de Amazon es su nube. Por muy sorpresivo que sea, este competía cara a cara con la rama de comercio electrónico, a pesar de ser la más famosa.

El principal problema de la nube es que su crecimiento se está ralentizando. Aunque crece a un ritmo del 27,5% interanual, se trata del crecimiento más lento jamás registrado por el negocio de la nube de Amazon desde que la compañía comenzó a reportar resultados en 2014. Además, es un crecimiento mucho más lento del que tienen sus dos principales competidoras, Google y Microsoft.

A esto se le suma un frenazo en las ventas. Está claro que la situación de inflación mundial no iba a pasar desapercibida para Amazon. Los consumidores prefieren recortar en productos no alimentarios para intentar ahorrarse un dinero.

Las previsiones de ventas que dio Amazon durante su presentación de resultados no fueron muy optimistas. El gigante con sede en Seattle prevé unas ventas de entre 140.000 y 148.000 millones de dólares hasta final de año. Una cifra aún más baja que la que preveían los analistas, que habían cifrado sus ventas en los 155.000 millones.

Unos datos que son aún más alarmantes, teniendo en cuenta que en los últimos tres meses del año se encuentran fechas como el Black Friday y las navidades, donde los pedidos suelen aumentar considerablemente.

«No estamos seguros de cómo evolucionará el gasto de los consumidores durante la temporada navideña», señala el consejero delegado de Amazon, Andy Jassy, durante una conferencia con analistas. «Pero estamos preparados sea cual sea la situación».

Esta caída en las ventas también pone en peligro los enormes almacenes con los que se hizo en la pandemia y provocará el despido de cientos de trabajadores. Tras un 2020 perfecto para Amazon, con un confinamiento que despertó las ganas de comprar de la gente, ahora todo se está yendo al traste.

 

Rivian y Amazon Fresh juegan en su contra

Además de sus dos principales proyectos, el resto de negocios donde Amazon está metido tampoco están resultando muy prometedores. En especial, la línea enfocada a los supermercados y la de automóviles.

Rivian es uno de los principales culpables de este descalabro en las cuentas. Se trata de una empresa de fabricación de coches eléctricos estadounidense en la que Amazon comenzó a poner dinero en 2019.

Entre enero y marzo, las acciones de Rivian se desplomaron más de un 50%, lo que generó un agujero de 7.600 millones de dólares en las cuentas de Amazon. Hay que recordar que Rivian, que sueña con ser el principal rival de Tesla, salió a bolsa el 10 de noviembre de 2021, produciendo la mayor salida de ese año.

Según recoge Cinco Días, varios analistas apuntaron que la caída de más del 50% durante los primeros tres meses del año y que tanto ha repercutido en las cuentas de Amazon es precisamente consecuencia en gran parte de la enorme sobrevaloración que la empresa experimentó en su salida a bolsa.

Por otro lado se encuentra Amazon Fresh, lo que muchos han considerado el mayor fracaso en la historia de Amazon. El sueño de Jeff Bezos era ser capaz de imponerse a los supermercados. Para ello, en 2017 realizó una inversión de 13.700 millones de dólares y compró la cadena Whole Foods.

Sin embargo, seis años después de esa apuesta siguen sin obtener ningún tipo de recompensa. A pesar de contar con Amazon Go y Amazon Fresh, la empresa electrónica no sabe dar con la tecla adecuada que le permita ganar cuota de mercado, que actualmente es del 2,5% en EE.UU.

España es el mejor ejemplo del fracaso de Amazon con sus supermercados. En España, el servicio de Amazon Fresh es apenas residual y está a años luz de las cuotas de Mercadona, Carrefour o DIA.

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