Cámaras que salvan vidas
Montadas en el salpicadero o en el volante, pueden detectar una situación de somnolencia o distracción del conductor, emitiendo un mensaje de alerta para evitar un accidente.
En uno de cada diez accidentes, las distracciones o la somnolencia son factores que provocan una colisión o salida de vía con graves consecuencias para los ocupantes del vehículo y otros que circulan alrededor. Desviar la vista de la carretera durante tres segundos a una velocidad de 50 kilómetros por hora supone recorrer una distancia de 42 metros sin que el conductor sea consciente de lo que sucede, y esto pasa a menudo cuando miramos la pantalla del móvil porque ha sonado la campana por un mensaje nuevo de WhatsApp o sintonizamos una emisora en la radio.
Estas cifras son preocupantes y los fabricantes de automóviles tratan de evitar que lleguemos a situaciones de peligro mediante avances tecnológicos como el sistema de alerta de cambio involuntario de carril, que avisa si el coche se sale de la trayectoria sin poner el intermitente o la frenada de emergencia, que puede llegar a intervenir en los frenos si detecta una situación de peligro por una colisión o atropello inminente.
Y a esto habrá que sumar una tecnología que utiliza cámaras para vigilar el comportamiento del conductor, evitando así situaciones de riesgo, tanto en la conducción tradicional como en el escenario de conducción autónoma, cada vez más cercano. Esta tecnología, que ya está desarrollada por Bosch y se encuentra en fase de pruebas antes de iniciar su producción en serie, será obligatoria en la Unión Europea para todos los coches nuevos a partir de 2023, estimando la Comisión Europea que en 2038 estos requisitos de seguridad pueden salvar más de 25.000 vidas y prevenir al menos 140.000 lesiones graves.
Al igual que sucede con las cámaras y radares que en los coches actuales vigilan lo que sucede alrededor, este sistema de vigilancia se ocupa de supervisar lo que está ocurriendo en el interior del automóvil -conductor y pasajeros-, y con la ayuda de la Inteligencia Artificial puede saber si apartamos la vista de la carretera o nos hemos quedado dormidos al volante. En el caso del coche autónomo, cuando el sistema detecta un problema y decide transferir la responsabilidad al conductor, debe comprobar que no está durmiendo, ni leyendo el periódico o escribiendo un mensaje en su teléfono móvil.
En el sistema desarrollado por Bosch, una cámara integrada en el volante detecta la pesadez de los párpados del conductor, cuándo está distraído y cuándo gira la cabeza hacia el acompañante o hacia los asientos traseros. La Inteligencia Artificial (IA) analiza las imágenes y saca las conclusiones correctas con esta información, advirtiendo a los conductores desatentos que deben tomar el volante o recomendando una pausa si ha notado que el conductor tiene sueño, llegando incluso a reducir la velocidad del vehículo si el fabricante así lo desea y lo permiten los requisitos legales.
Los ingenieros de Bosch han utilizado algoritmos inteligentes de procesamiento de imágenes y aprendizaje automático para enseñar al sistema a comprender lo que el conductor está haciendo realmente. Tomando el ejemplo de la somnolencia, el sistema se entrena utilizando grabaciones de situaciones reales de conducción y, sobre la base de las grabaciones de la posición de los párpados y la tasa de parpadeo, aprende cómo está realmente de cansado el conductor. Esto le permite emitir una alerta adecuada a la situación y utilizar los sistemas de asistencia al conductor para intervenir. Los sistemas de advertencia que hacen sonar la alerta en caso de distracción y somnolencia serán tan importantes en el futuro, que Euro NCAP, el Programa Europeo de Evaluación de Automóviles Nuevos, los incluirá en su hoja de ruta para la evaluación de la seguridad de los vehículos en 2025.
Además, el sistema de Bosch es capaz de vigilar al resto de pasajeros que viajan en el coche con una cámara montada sobre el espejo retrovisor interior, de manera que puede reconocer si los niños se han desabrochado el sistema de retención, si un pasajero pone los pies en el asiento de al lado o se ha inclinado demasiado hacia delante, impidiendo que el sistema de retención del cinturón funcione correctamente. También puede reconocer si un niño se ha quedado solo dentro del coche y enviar un mensaje de advertencia al teléfono de sus padres, o incluso avisar a los servicios de emergencia si la situación es grave.
Por José A. Prados