Carolina Durante: La apasionada música del desencanto
Sienta bien ponerse a Carolina Durante por la mañana en Spotify. Si el día se presenta turbio, sus descargas de adrenalina te estimulan para lanzarte a la calle y encarar lo que venga. Y eso que las letras de su ‘frontman’ Diego Ibáñez tienen la misma dosis de humor que de negritud, y un sarcasmo ambivalente nada optimista. Pero canta lo que hay. Es la voz de la ‘generación vacía’ que grita su pasión en tiempos gélidos y desconectados pese a la compañía ficticia que simulan las redes sociales.
De soledad, desamor y decepción generacional hablan a gritos unas letras que se hacen himnos coreados por miles de fans del grupo que más ha crecido en apenas dos años, y el efecto de sus irónicos mensajes es el polo opuesto de la depresión. Casi todos reconocemos su Cayetano, la sátira más divertida escrita en años sobre el prototipo del pijo. También fue sonado El himno titular, donde Diego desataba su pasión futbolera advirtiendo de entrada: “No me gusta que me guste el fútbol, pero qué le voy a hacer”.
Crecieron escuchando a Nikis, Punsetes y Planetas y ahora son sus colegas. Su aventura comenzó en 2017 con Diego Ibáñez y Mario del Valle (guitarra) saliendo de un concierto con la decisión de montar su propia banda. Se reunieron con un teclista que duró muy poco y un batería, Durán, que solo llegó a tocar en su primer concierto, pero les dejó una impronta imborrable. Enseguida les salieron temas propios que les llenaban de orgullo, pero aquel Durán implacable les bajaba los humos. “Sonamos como sonamos ahora por él, que tenía las ideas muy claras. Plantó en el cerebro de Mario el germen del ‘shoegaze’ y, si no fuera por Durán, Mario no usaría tantos pedales”, dice Diego.
Al lanzar La noche de los muertos vivientes, en diciembre del 17, ya estaba completa la formación actual de Carolina Durante con Martín Vallhonrat en el bajo y Juan Pedrayes, que venía de Axolotes Mexicanos, a la batería. Martín iba para actor cuando el proyecto se cruzó en su camino y como dice el batería “si no fuera por Martín, estaríamos jodidos porque aporta sensatez. A veces se nos va la pinza, pensamos que una idea es tope guay y él te dice que no puede ser dándote mazo de razones porque es muy listo…”. Cuando Diego tiene dudas le pregunta a Mario, pero está de acuerdo en que “Martín es el que manifiesta de una manera más clara que eso es una mierda. Los otros tres vamos por un lado en gustos y Martín rema en otra dirección, pero eso mola y también ayuda que tengamos temas muy diferentes. Si él no estuviera en el grupo, seríamos aún más pop”. Martín, hijo del fotógrafo Javier Vallhonrat, pesa también mucho en la parte audiovisual de la banda, y su hermano Pablo dirigió el magnífico vídeo de Cayetano.
Todos coinciden en la importancia de Pedrayes. “Es un lujo tener encima del escenario un batera como Juan que no se va de tempo nunca y lo tiene todo en la cabeza. Es el músico más pro que tenemos, el que más sabe de música, de producción y de cómo grabar para que las cosas queden bien hechas. Además, es un currante. No solo producimos con él todas nuestras maquetas, sino que sigue con los Axolotes Mexicanos y produce a Confeti de Odio, a Marcos y Molduras, a Lisa Simpson… es el que más tiempo dedica a la música de todos nosotros”.
El mundo según Carolina Durante
Su veloz ascenso al estrellato les mete presión en lo profesional (a Diego ahora le cuesta más dar por bueno un tema) pero en lo personal aseguran no ser de los que ‘flipan’ con la atención recibida. “Hay gente que recibe atención y cambia, pero a nosotros lo que nos gusta es tocar juntos. A veces pienso que somos algo sosos”, dice el cantante. “No es que seamos sosos, es que nos mola currar, ensayar, estar componiendo en casa de Juan, como siempre… ¡Si tuvimos que grabar el álbum entre concierto y concierto, sin haber podido ni tocar las canciones antes juntos en el local!”, dice Martín.
El poprock cortante y directo de Carolina Durante relata el mundo que viven en primera persona. Diego es el hombre de los extremos y considera las redes sociales tan imprescindibles por estar en una banda como insoportables, y para Martín el nivel de comunicación que promueven es “como volver al instituto, a eso de tener muy claro cada uno quiénes son los suyos, los que no, qué imagen quiero dar, cómo mostrarme, una tensión, una desconfianza, exaltar la amistad y que luego no es tanto…”
>>Podrás leer la entrevista completa en el número de marzo-abril 2020 de la revista Influencers.
Texto: Juan Carlos de Laiglesia
Foto: Ricardo Rubio