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China lanza su increíble ‘Gran Marcha’: un plan para trasladar su población a otro planeta

Raul Paz| 13 de abril de 2022

El devastador ataque de Rusia sobre Ucrania llevó a occidente a elevar hasta niveles nunca visto las sanciones contra su economía. También contra los oligarcas rusos. Una guerra, aunque de otro tipo, para la que Vladímir Putin había estado trabajando durante los últimos años. Aun así, la región nunca ha logrado aislarse totalmente de occidente, por lo que el mazazo fue muy duro. Mientras, China ha ido tomando buena nota sobre la experiencia rusa, lo que funciona y lo que no. Aunque por si no encuentra respuesta está trabajando en un ‘Plan B’: mudarse de planeta.

La idea suena más a una utopía encerrada en la cabeza de algún cineasta de Hollywood que a un plan de las autoridades chinas. Pero la realidad, muchas veces, supera la ficción. Y es que los científicos chinos están trabajando en una serie de proyectos espaciales que les permita primero reconocer y después colonizar un planeta cercano con características similares a las de la tierra. Un plan que no es inmediato, aunque tampoco parece excesivamente lejano. De hecho, su gran enemigo por la conquista del espacio, Estados Unidos, trabaja en una hoja de ruta similar con Elon Musk a la cabeza.

Ese último proyecto que ha lanzado China se conoce como Tierra 2.0 y arrancará oficialmente a lo largo del mes. Entonces, sus científicos detallarán los planes de la misión. En principio, la idea es estudiar y analizar de cerca algunos de los más de 5.000 exoplanetas que se han ido descubriendo en la Vía Láctea para encontrar lo que se conoce como Tierra 2.0, que debería tener las condiciones adecuadas para que exista agua líquida, y posiblemente vida.

 

MÁS ALLÁ DEL SISTEMA SOLAR 

La misión llevará al satélite lanzado por el gigante asiático más allá del Sistema Solar en busca de esos cuerpos rocosos que orbitan en torno a una enana roja, como se conoce a las estrellas similares al Sol. Al fin y al cabo, con los actuales métodos que se tienen en la Tierra es muy difícil hacer esos hallazgos con la suficiente seguridad. “Con la tecnología y los telescopios actuales, es extremadamente difícil encontrar la señal de pequeños planetas similares a la Tierra cuando sus estrellas anfitrionas son un millón de veces más pesadas y mil millones de veces más brillantes”, explicaba recientemente Jessie Christiansen, astrofísica del Instituto de Ciencias de Exoplanetas de la NASA en California, a la revista Nature.

Pese a la expectación creada todavía quedan muchos pasos por dar. El primer punto importante para la misión será en junio, cuando los planes que se presenten próximamente deban pasar la revisión de un panel de expertos. Una vez conseguido satisfactoriamente el proyecto recibirá los fondos necesarios de la Academia de Ciencias de China. Por último, el gran momento llegará a finales de 2026 cuando la nave espacial se lance al espacio en un gran cohete en la que se ha llamado “La Gran Marcha”.

 

CHINA PREPARA HASTA 7 TELESCOPIOS PARA OBSERVAR 1,2 MILLONES DE ESTRELLAS

Con el nombre de satélite Eart 2.0, la aeronave está diseñado para transportar siete telescopios que observarán el cielo durante cuatro años. Seis de los telescopios trabajarán juntos para estudiar las constelaciones Cygnus-Lyra, la misma porción de cielo que recorrió el telescopio Kepler. “El campo de Kepler es una fruta madura, porque tenemos muy buenos datos de allí”, explicó Jian Ge, el astrónomo que lidera la misión Tierra 2.0 en el Observatorio Astronómico de Shanghái de la Academia de Ciencias de China.

Pero ¿cómo se puede ir un paso más allá de lo que se tiene hasta ahora? Una de las claves reside en que los telescopios buscarán pequeños cambios de brillos en una estrella. Eso implicará que un planeta en orbita lo está atravesando en línea recta entre la nave y la estrella. Además, el uso de múltiples telescopios pequeños juntos brinda a los científicos un campo de visión más amplio que un solo telescopio grande como el Kepler.

Los 6 telescopios de Earth 2.0 mirarán juntos alrededor de 1,2 millones de estrellas a través de un parche de cielo de 500 grados cuadrados, que es aproximadamente 5 veces más ancho que la vista de Kepler. Al mismo tiempo, el satélite podrá observar estrellas más tenues y distantes que el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA, que sondea estrellas brillantes cerca de la Tierra.

 

CHINA A LA CAZA TAMBIÉN DE ‘PLANETAS REBELDES’

Por último, el séptimo instrumento del satélite será un telescopio de microlente gravitacional que debería ayudar a encontrar planetas rebeldes, esto son objetos celestes que deambulan libremente y no orbitan ninguna estrella. También debería ayudar a encontrar exoplanetas que están lejos de su estrella como ocurre con Neptuno. Detectará cambios en la luz de las estrellas cuando la gravedad de un planeta o una estrella distorsione la luz de una estrella de fondo por la que pasa.

El telescopio apuntará al centro de la Vía Láctea, donde se encuentra un gran número de estrellas. Si se lanza con éxito, este sería el primer telescopio de microlente gravitacional que opera desde el espacio. Con ello, China pretende no solo no quedarse atrás en la conquista del espacio, dónde ya ha realizado distintas misiones con éxito como las de enviar robots a la Luna, aterrizarlos en Marte o construir su propia estación espacial. Los siguientes pasos pueden ser todavía más revolucionarios.

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