El confinamiento ha puesto en valor un concepto que viene para quedarse: el autocuidado personal. Si ahora mismo nuestra higiene e inmunidad deben estar a prueba de bomba no es solo por nosotros mismos. Cuidarse, quererse, tratar de sentirse bien, son verbos que forman parte de la responsabilidad social.
Nadie dijo que esto sería fácil. Y a un día tranquilo, regado por la satisfacción de buenos momentos familiares o del placer de hacer algo para lo que no se tenía tiempo antes del confinamiento, le sigue otro de ansiedad, angustia y preocupación. “El ser humano tiene mecanismos de defensa para enfrentarse a situaciones estresantes y ansiógenas como la que estamos viviendo. Es lógico que desarrollemos respuestas de ansiedad, miedo y estrés. No tenemos que juzgarnos. Estos sentimientos tienen una función adaptativa” -nos dice la psicóloga María Castillo Tijada codirectora del Espacio Psicólogos.
Esos estados anímicos van a aparecer, hay que contar con ello. En este centro donde siguen atendiendo a los pacientes en sesiones telefónicas, lo saben muy bien. La otra codirectora de Espacio Psicólogos, Inmaculada Villena, nos cuenta: “Está afectando al estado emocional de muchas personas de formas diferentes: depresión y ansiedad por la deriva de la economía; angustia por el contacto con la enfermedad y por el temor a la muerte de seres queridos; miedo al contagio, sobre todo en personas hipocondríacas; dificultades para enfrentarse a la soledad en el estado de confinamiento…”.
Cómo salir de la negatividad
En un momento tan especial y nuevo para todos es importante dejar a un lado la culpa, sobre todo esa que genera el hecho de no estar aprovechando el tiempo para hacer lo que creemos que deberíamos hacer. “Pero sí podemos hacer algo para delimitar la intensidad y duración de los estados negativos”, nos dice Castillo. ¿Cómo? Para Marcelo Mendes, (psicoterapauta, profesor en la RCU María Cristina de la Universidad Complutense, y director de Unipsi Psicología), “la clave está en las tres eses:
- Serenidad (aceptar la situación y reconocer que aunque nos mantenga en casa encerrados, está fuera de nuestra zona de confort);
- Sentido (que se obtiene haciendo cosas de las que siempre hemos querido hacer, pero poniéndonos objetivos a muy corto plazo y pequeños); y
- Solidaridad (en este momento es importante pasar de la omnipresencia del yo a la mirada al otro)”.
Y ¿cómo obtener la capacidad de ir consiguiendo que las tres “eses” rijan nuestra actitud? Inmaculada Villena recomienda evitar algunas cosas: “el exceso de información, el abuso del sofá, el abandono. Hay que ducharse y vestirse cada día, procurar seguir una rutina, llamar a los amigos y familiares, hacer algo de gimnasia… y reírse. El humor es el mejor salvavidas”. María Castillo añade que es muy importante hacer pequeñas cosas para sentirse bien, cuidarse, darse placeres: “y no confundir esto con el individualismo porque si solucionas tus problemas, estás participando en la solución del problema global. Necesitamos gente feliz”.
Autocuidado y Belleza
¿Qué importancia tiene el autocuidado en el confinamiento? Para Mendes “el autocuidado es fundamental en tiempos de confinamiento y de libertad, pero más ahora ya que somos más susceptibles a que un estado de ánimo negativo pueda imponerse por sorpresa en cualquier momento”. María Castillo lo explica así: “Somos cuerpo y mente: un conjunto. El cuidado físico nos hace tomar conciencia de nuestra propia identidad, haciéndonos responsables de nosotros mismos”. La psicoterapeuta recomienda rutinas de placer y cuidado como esta: “Por ejemplo podemos tomarnos tiempo para darnos un baño, aplicar en el cuerpo un exfoliante con un automasaje y poniendo en ello todos nuestros sentidos: olfato, tacto, calor, placer… Este ritual ayuda a descansar la mente”.
Pero, ojo, autocuidado no significa caer en una nueva exigencia que añada nuevos motivos de ansiedad. Sabemos que es recomendable hacer un poco de gimnasia al día y seguir con los cuidados cosméticos y de higiene habituales. Y podemos aprovechar para incrementar los primeros con, por ejemplo, aplicación de mascarillas. Pero, señala Villena, “hay mucha gente que está viviendo con verdadera angustia la posibilidad de engordar, librando verdaderas batallas con uno mismo y consejos aparentemente positivos como “come sano”, “haz deporte”, “cuídate”, se convierten en una obsesión y en una meta inalcanzable cuando se tiene ansiedad”.
Es importante recordar que cuando hablamos de autocuidado estamos pensando en rutinas de placer que refuerzan el bienestar y la fuerza, y que, aunque mejoran la imagen, no fomentan la obsesión que puede llevar a muchos a pensar “que, si engordan tres kilos durante el confinamiento, son un fracaso”, -nos dice de nuevo Villena, -“hay que aprender a pensar que no pasa nada si a uno se le va la mano y come algo prohibido. Son tiempos difíciles para todos. Hagámonoslo lo más fácil posible y no nos castiguemos”. De hecho, una palmera de chocolate es, aunque ninguna revista lo diga pero esto lo aseguro yo, una gran herramienta de belleza a corto plazo.
Un reencuento con la lentitud
Si algo tiene de ventaja esta situación es la de poder quitarse de en medio la sensación de prisa que nos acompaña a diario en la vida rutinaria. Sobre todo en las grandes ciudades. María Castillo cree que aquí se encuentra uno de los mejores regalos que aporta el momento histórico que vivimos. “Recupera el gusto por la lentitud. Tómate tu tiempo para todo: desde hacer la cama hasta escuchar a un amigo. Disfruta de poder hacer las cosas bien, sin correr”. Villena añade a esto que además ahora hay tiempo para hacer, al menos una vez al día, “algo que te guste de verdad: leer, ver películas o series, pintar, charlar con tu gente por teléfono…”.
En resumen
Para terminar y resumir, estos son los consejos prácticos que, probablemente, te ayudarán a sentirte mucho mejor en la cuarentena.
Los SÍes
-Cuida tu cuerpo. Date, como recomienda María Castillo, un baño relajante, mientras exfolias tu piel, y siente el placer del automasaje y el olor.
-Habla todos los días con algún amigo o familiar para interesarte por su estado. Todos estamos tocados por la situación, no eres el único. Preocúpate por los demás.
–Date placeres mentales: lee, ponte películas, series o lo que te guste. Ahora puedes perder el tiempo jugando al tetris sin sentirte culpable.
-Sigue tu rutina habitual de cuidado facial y capilar: cremas, peinado…. Pero aprovecha para ponerte mascarillas en cara y pelo. Déjatelas puestas mientras haces otras cosas. Ahora puedes.
-Hacer ejercicio físico debe ser fácil y divertido. Si no estás acostumbrado empieza con rutinas de 10 minutos como esta. Ya llegarás a hacer los 30 minutos recomendados por la OMS.
–Aprovecha el rayo de sol que entre en tu casa. Como dice Inmaculada Villena “en esta situación no se debe desperdiciar un día soleado, aunque sea asomándote a la ventana”.
-Ahora puedes hacer esas cosas que te apetecen desde siempre. O continuar con las que dejaste de lado por falta de tiempo. Pero, recuerda el consejo de Mendes, “ponte objetivos pequeños”.
–Tómate el humor en serio y ríete al menos una vez al día. Si no hay manera, puedes ponerte esa serie o esa película que consigue que sueltes la carcajada.
–No te exijas ser perfecto. No te lo pienses mucho si te apetece un alimento prohibido.
Los NOes
-Olvida eso de pasar las horas en el sofá. El cuerpo necesita moverse.
-No te quedes en pijama todo el día. Dúchate y vístete como si fueras a salir.
–No te exijas estar siempre fuerte, ni cumplir a rajatabla con una dieta o un plan, ni escribir una novela. Son tiempos complicados.
–No te sobreinformes. Una vez al día es más que suficiente para saber cómo va la situación. La exposición alta a la información deriva fácilmente en ansiedad.
Por Coché Echarren
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