Consiguen implantar pensamientos directamente en el cerebro de primates.
El cerebro humano es una máquina complicada, de eso no cabe duda. Para que un pensamiento surja se requiere la utilización y la interacción de complejos mecanismos. Estamos expuestos a una gran cantidad de información sensorial, y actuar en base a esa información es algo que nace de la interacción de las zonas sensoriales de nuestro cerebro (conectadas a nuestros ojos, oídos, etc…) y la corteza motora. La visión de un objeto provoca una reacción en la corteza visual, y de ahí, se envía a la corteza motora, donde se planea como vas a reaccionar ante ese objeto. Un grupo de científicos han conseguido saltarse parte del procedimiento para implantar información directamente en la corteza motora.
El grupo, perteneciente a la Universidad de Rochester, trató de ignorar a la corteza visual, prescindiendo de los estímulos visuales para realizar ciertas acciones sobre objetos «sin verlos».
Los investigadores han tenido éxito parcial en monos de laboratorio. En el experimento, colocaron electrodos sobre el cerebro de dos monos para enviar directamente la señal a la zona deseada. Los monos estaban previamente entrenados para realizar ciertas tareas (accionar una palanca o activar un botón) al encenderse unas luces de colores. El equipo consiguió que los monos realizasen las mismas tareas sin el estímulo visual, tan solo enviando la información directamente a la corteza motora.
El equipo aspira a utilizar esta tecnología para ayudar a gente que ha sufrido daños cerebrales graves que hayan afectado al camino entre la corteza visual y la motora. Aunque de momento solo se han enviado «pensamientos» sencillos, se espera que en un futuro cercano se pueda mejorar la calidad de vida de la gente que haya sufrido daño cerebral en estas áreas.