Los avances tecnológicos nos están acercando a importantes respuestas inciertas. Convergen varias informaciones serias sobre el tema controvertido más acuciante de la humanidad: ¿estamos solos?
El 19 de octubre de 2017, el astrónomo Robert Weryk vio algo nada común: era una estilla de roca con forma de puro de pocos cientos de metros de largo, cayendo hacia nuestro sistema solar. Su forma era bastante extraordinaria, pero lo más excepcional se comprobó poco después: venía de fuera de nuestro sistema. La raza humana había encontrado su primer viajero interestelar. Se le denominó ‘Oumuamua’, lo que en hawaiano significa ‘explorador’. El debate sobre la naturaleza de Oumuamua se extendió como pólvora, incluso fuera del ámbito de la astronomía, entró en la imaginación popular. Esto sucedía justo cuando la humanidad se prepara para una serie de exploraciones espaciales en cadena, muchas tripuladas. ¿Es este cigarro espacial más que un simple objeto inanimado?
En el verano de 2018, el astrónomo Marco Micheli publicó en la prestigiosa Nature una investigación minuciosa con conclusiones sorprendentes: Oumuamua se estaba acelerando, había algo no gravitacional en marcha. Los mejores radiotelescopios del mundo se enfocaron en el objeto, pero sus exploraciones no lograron nada concluyente. Hasta la fecha se han publicado más de 200 artículos serios sobre el visitante interestelar, antes de que se alejara de nuestro sistema. Alguno señalaba algo bastante esotérico: “Oumuamua es una pepita de materia oscura”. ¿Sabremos la verdad algún día?
Aunque el cigarro misterioso ha desaparecido hace tiempo, es posible que no pase mucho antes de que sepamos más, pues empezamos a tener una capacidad sin precedentes para escanear el cielo en busca de otros objetos rebeldes. Por ejemplo, el Observatorio Vera C. Rubin en Chile es una versión muy avanzada y futurista de escudriñar el cielo y abrirá sus ojos alrededor de 2022-2023. Estamos abriendo una nueva frontera de conocimiento apasionante.
Un cigarro de varios metros que llega del espacio exterior y la Administración norteamericana se toma más en serio a los ovnis
Esto casi coincide con el sorprendente anuncio, que acaba de publicar el New York Times, de que se presentará próximamente al Congreso de EE.UU. un informe oficial del Pentágono y la inteligencia del país sobre “fenómenos aéreos no identificados” observados por pilotos del Ejército en los últimos años. Por supuesto en ningún momento se afirma que exista la menor prueba de que estos ovnis sean de procedencia extraterrestre, pero el mero hecho del informe, con algún vídeo muy espectacular, ya es un paso inusitado, tras décadas de secretos, ignorancia y calificaciones despectivas, sorna y desdén. Alguna gente muy importante de la primera potencia del mundo ha decidido que el oscurantismo ya no tiene sentido. De repente, se ha desatado una enorme expectación. Por algo será.
Pero vamos a ir un poco más allá, siempre sobre la base de datos de alta calidad, destacando que los avances tecnológicos, que han entrado en un ritmo exponencial, son la base de un mundo futuro que empieza a ser presente. Según el último y más reciente consenso científico, el universo tiene 13.770 millones de años. La edad de la Tierra es de apenas 4.543 millones de años. Somos muy jóvenes en relación a nuestro universo. Puede haber una infinidad de civilizaciones extraordinariamente avanzadas, han tenido tiempo de sobra. La famosa paradoja de Fermi se está achicando.
Una sólida simulación muestra las posibilidades de civilizaciones superavanzadas
Una investigación publicada en The American Astronomical Society muestra una simulación muy elaborada sobre una posible civilización tecnológica solitaria, que vive en una hipotética galaxia similar a la Vía Láctea. Su proceso de expansión es al principio muy lento, pero se acelera una vez que entra el poder de crecimiento exponencial. Su expansión en toda la galaxia llevaría más o menos mil millones de años. Parece mucho, pero es solo entre el 7% y el 9% de la edad total de la Vía Láctea. Además, la simulación muestra una civilización en transición del estado de Kardashev II, que aprovecha el poder de sistemas estelares enteros, a una civilización Kardashev III, que ha aprovechado la producción de energía de toda la galaxia. ¿Me siguen?
Mi admirado y difunto Carl Sagan pensó que era posible que las civilizaciones alienígenas pudieran generar oleadas de colonización, pero pensó que llevaría un exceso de tiempo en llegar a Kardashev III, si es que llega a hacerlo. Este estudio que cito demuestra que no es tanto. Estamos hablando de un supuesto de naves que no superan los 10 kilómetros por segundo, lo que es comparable a las sondas humanas como las naves espaciales Voyager y New Horizons. ¡Una estimación muy conservadora!
El proyecto SETI (búsqueda de inteligencia extraterrestre) nos puede alumbrar el camino. Hasta ahora y por muchas razones, no nos habíamos tomado en serio a los extraterrestres. Independientemente de si hay extraterrestres ahí fuera o no, es hora de ponernos más serios. No se pierdan la continuación.
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