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CRISTINA SAAVEDRA, de La Sexta a Global Humanitaria

R3pyme| 5 de julio de 2018
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“Gusta más ‘aparentar ser solidario’ que serlo. Las palabras y mensajes en las redes no alimentan, ni curan, ni se convierten en ladrillos para escuelas”

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Comenzó su andadura profesional en la televisión de Galicia, pero enseguida dio el salto al ámbito nacional. Además de ser el rostro de los informativos de la Sexta desde 2006, la periodista Cristina Saavedra (A Coruña, 1975) se ocupa de los proyectos de la ONG Global Humanitaria en Costa de Marfil. Una faceta menos conocida de la presentadora, que ha hecho del continente africano su segundo hogar. Allí se olvida de todo y lucha por los derechos de los más necesitados, sobre todo mujeres y niños. Ni maquillaje, ni cámaras, ni tiempo que perder. Queda mucho por hacer. Y por decir. Y Cristina, ya lo ha demostrado, no es de las que se quedan calladas.

Durante un viaje a Sierra Leona, en 2004, conoció a una persona que trabajaba en una ONG y que después se convertiría en su mano derecha. Al año siguiente viajó a Costa de Marfil. Las situaciones tan duras y las injusticias que allí presenció no le permitieron quedarse de brazos cruzados, así que directamente le propuso a la dirección de Global Humanitaria montar algo allí. Era 2006, dos años atrás había visitado sus proyectos en Perú y la periodista tenía ganas de hacer algo más que aportar una cuota mensual. La ONG enseguida le ofreció dirigir los proyectos en Costa de Marfil » y así, de manera muy resumida, empezó todo, Viajando a terreno y con la experiencia de mi compañera María empecé el aprendizaje».

Desde entonces dirige un equipo que trabaja en Costa de Marfil a donde viaja a menudo para identificar proyectos. «Valoramos su viabilidad y, si hay dinero, ejecutamos. Trabajo con mujeres y niños en los sectores de educación y salud, sobre todo».

¿Cómo conseguís financiación? ¿Hay ayudas públicas?

La financiación ha caído mucho desde la crisis y no es nada sencillo. Una escuela es un proyecto “caro” para nuestro pequeño presupuesto. Construimos una en Bodouakro para 300 niños y ahora estoy a punto de empezar otra en Dioulabougou para otros tantos. Pero a lo largo de todos estos años hemos puesto en marcha numerosos proyectos. Las ayudas públicas hace mucho que se olvidaron de Costa de Marfil, aunque es justo decir que este año nos hemos llevado una alegría enorme con la subvención del Cabildo canario con la que levantaremos la escuela de Dioulabougou. Las donaciones privadas -Joan Manuel Serrat acaba de hacernos una para un proyecto de alfabetización de mujeres en Petit Korhogo- y sobre todo la aportación mensual de los padrinos son las que nos ayudan a mantener abierto el proyecto en Costa de Marfil.

¿Somos solidarios?

Creo que gusta más aparentarlo que serlo. Las palabras y mensajes en las redes no alimentan, ni curan, ni se convierten en ladrillos para escuelas. Ojalá los miles de retuit de un tuit se tradujeran en euros. Pero no. Y en el otro lado, los que arriman el hombro en silencio o sin mucho ruido, que no son tantos, pero son los importantes.

¿Cómo se lucha contra la explotación infantil?

Según Saavedra, la explotación infantil solo se combate con educación y buenas políticas. «Así de sencillo y de complejo»

¿Estamos, en el “primer” mundo, sobreprotegiendo a nuestros hijos?

Es relativo eso de «primer mundo», ¿primeros en qué? ¿en poder económico? Será eso. No, no hay primer mundo, ni segundo, ni tercero, ni cuarto, ni quinto. Hay uno, pero no conseguimos verlo como un todo. Suele gustar más ver otras redondeces, como el ombligo. Y sobre la educación de los hijos…cada uno de ustedes sabrá en qué los quiere convertir.

Cristina no es de las que callan, su perfil en las diferentes redes sociales está lleno de reivindicaciones sobre diferentes causas, como la de Proactiva Open Arms, la ONG española que rescata emigrantes en el Mediterráneo y en las costas griegas. «El ser humano se retrata y no hay un único modelo. La comunicación mucho más fluida en estos tiempos nos permite ver mejor lo que somos capaces de hacer, lo bueno y lo malo. Es un espejo universal que en este caso proyecta el más repugnante de los reflejos. Esta es nuestra sociedad, en ella vivimos, y protestamos poco. Y nos movemos menos. Estamos demasiado anestesiados y volvemos demasiado la mirada hacia dentro ante las adversidades. Muévanse, protesten, salgan a las calles, presionen, utilicen las herramientas para provocar cambios. Pero nos tenemos que creer antes que lo podemos hacer. Es repugnante, indecente y denunciable lo que la UE está haciendo con las personas migrantes.»

>>¿Cómo compaginas tu trabajo en Global Humanitaria con tu otro trabajo, el de presentadora de informativos?Cómo periodista ¿Qué noticia ha sido la más difícil de dar? ¿A quién te gustaría entrevistar?

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