Día 10: ‘Spanish Bombs’. Los mejores discos españoles de pop-rock de los 90.
Generalmente tendemos a hablar maravillas y catalogar como clásicos discos que generalmente vienen de Estados Unidos e Inglaterra, y lo son, pero pocas veces miramos más cerca, y nos equivocamos; en España hay excelentes discos, unos más conocidos que otros, pero que no desmerecen en nada a los que vienen de fuera.
En 1979, los británicos The Clash lanzaron su magnifico y reconocidísimo London Calling, un disco que merece ser escuchado de principio a fin varias veces. En él incluían Spanish Bombs, un tema que nada tenía que ver con la música, más bien hablaba de todo lo que estaba pasando en España por aquella época, pero el título me encanta para titular -y homenajearles de paso-, una serie de entradas al diario en las que hablaré de discos españoles que considero auténticos ‘bombazos’, cantados en castellano y que como se suele decir, no son recomendables, son imprescindibles.
En España hay auténticos ‘grupazos’, que han sacado auténticos ‘discazos’ y que muchas veces nos cuesta reconocerlos como tal.
Voy a centrarme en 4 décadas, los 80, los 90, los 2000 y los 2010, seleccionando en cada una de ellas discos que, sin tener la mayoría el éxito que merecían, hacen que la música se convierta en la compañía perfecta para cualquier momento y situación, y forman una parte muy importante de mi discografía, y de mi vida.
Como sabéis no me gusta tener un orden establecido y he pensado que esta serie va a comenzar por la época de los 90, muy prolífica en grupos y discos excelentes, y donde recordaremos o descubriremos 13 de los mejores discos de la música pop-rock de este país, que vinieron influenciados de los maravillosos 80 y que sirvieron de inspiración para lo que se publicó a partir del 2000.
No estarán todos los que son, pero los he ido seleccionando según me he ido acordando y disfrutándolos para la ocasión. Mi recomendación: unos buenos cascos, subir el volumen al máximo y disfrutar mientras seguro que nos sale algún que otro alarido intentando cantar alguno de los temas.
José Ignacio Lapido – Ladridos del Perro Mágico (1999)
El anuncio del fin de 091, allá por 1996, supuso una gran decepción y una gran pena para mi. El grupo que más me gustaba -y que más me inspiraba- se terminaba, y nadie sabía que vendría después.
José Ignacio García Lapido, para todos conocido como “Maestro”, era el autor de prácticamente la totalidad de las canciones del grupo. Tal y como dice “soy un escritor de canciones”. Para mí, es un poeta, quizás el más grande de la música de este país.
En 1999, lanzó su primer álbum, un disco muy personal, en el que mantiene las maravillosas letras que tanto aportaban a 091 y dónde quizás las influencias son más de un sonido de rock americano.
Acompañado de un gran escudero, Popi González, hijo del histórico Poncho de Los Ángeles, y también con alguna colaboración especial, como la de su hermano Víctor, el álbum consiguió saciar el ansia que teníamos en aquella época los seguidores de los cero; es verdad que no se encuentra cómodo con la voz en varios momentos, pero es que claro, sustituir a Pitos, es misión “casi” imposible.
El álbum, como todos los que ha hecho el maestro Lapido, ha envejecido magníficamente y diría que suena casi mejor 20 años después.
Le Mans – Le Mans (1994)
Le Mans es unos de esos grupos que formaron el llamado Donosti Sound, un movimiento musical que quizás comenzó con Aventuras de Kirlian, grupo en el que comenzaron todos los miembros de Le Mans: Jone, Ibon, Teresa y Peru, en el que incorporaron a Gorka como batería.
Lo primero que me llamó la atención de este disco, y de todos en los que Javier Aramburu participa, es su portada, tan sencilla como bonita, impactante y que desprende tranquilidad, logra hacer una introducción de lo que vas a escuchar cuando pongas el disco.
En un disco muy tranquilo, también podemos decir que está en ese punto ‘easy listening’ que hace que siempre que lo pongas haga bien, un triunfo seguro en ‘casi’ cualquier momento.
El disco tiene como curiosidad que tardó más de 2 años en ser publicado y quizás por eso tiene un aire muy Aventuras de Kirlian, pero también eso hace que sea un disco maravilloso, con temas que son ya clásicos, como Un Rayo de Sol o H.E.L.L.O.
Lagartija Nick – SU (1995)
Lagartija Nick, que suele ser un habitual en todas mis listas, y que, como curiosidad, sacan el nombre de un tema sensacional del grupo liderado por Peter Murphy, Bauhaus, no podía faltar a esta cita. Además quizás con su álbum más completo, aunque no apostaría nada, son tan buenos que me cuesta elegir un disco de ellos.
SU es el tercer álbum de la banda y la formación Antonio Arias, Juan Codorniú, Eric Jiménez y Mar Pareja, hacen un disco muy directo, duro, muy crudo, en el que las influencias de Love & Rockets (miembros de Bauhaus) o Jesus & Mary Chain quedan reflejadas desde el comienzo hasta el final.
Sensacional muestra de energía, de punk, de rock, de todo lo que los hermanos Arias han ido, siguen haciendo (a pesar del fallecimiento de Jesús) y enseñándonos a lo largo de toda su trayectoria. Si necesitas un poco de adrenalina, sube el volumen y a disfrutar.
“Rompe el orden, Es estimulante, Le interesa, la transformación, no el proceso, la transformación”. (Mi Chofer Psicodélico).
En 2009 se editó una edición especial en Doble CD que incluía un segundo disco de Demos absolutamente genial y hace poco se ha editado en vinilo, que ya es un auténtico lujo.
Surfin’ Bichos – El Amigo de las Tormentas (1993)
El Amigo de las Tormentas significó el cuarto de Surfin’ Bichos y no era un disco fácil, y a la postre, significó el fin de la banda.
Un disco que, a pesar de todo, a mi me parece magnífico y donde quizás se incluyen alguno de los mejores temas de Surfin´Bichos y en el que las influencias de bandas como Pixies, Sonic Youth o Dinosaur Jr. quedan muy evidentes según vas consumiendo el álbum.
No tuvo el éxito comercial deseado y merecido, y Fernando y la que por aquel entonces era su mujer -Isabel León, IS-, decidieron abandonar el grupo. Fernando montó Chucho, y Joaquín Pascual, Carlos Cuevas y José Manuel Mora montaron Mercromina.
El disco es especialmente guitarrero, muy noise pop, y mantiene un nivel fabuloso con unas letras que son como puñaladas que van directas al corazón.
“yo tenía un verdadero amor, pero fue fatal, ahora recuerdo aquellos días que no volverán” (El Diablo Adolescente).
Family – Un Soplo en el Corazón (1993)
Quizás uno de esos álbumes que, sin ser nada conocido por el gran público, sale en todas las listas como uno de los mejores discos de los años 90 y, la verdad es que es un disco maravilloso, repleto de canciones preciosas que hacen que te sientas un poco mejor cada vez que las escuchas.
Tal y como reza el álbum, en el que viene poquísima información del mismo, Family son Iñaki Gametxogoikoetxea y Javier Aramburu, y claro, uno de sus primeros atractivos es el diseño gráfico de Javier, tan minimalista como bonito, algo muy característico en él, que veremos muy a menudo en este diario y que es a lo que realmente se dedica ahora.
No sabemos si por desgracia o por suerte ya cuando sacas un disco así, lo normal es que el siguiente sea peor, porque a mejor es difícil ir, Un Soplo al Corazón es el primer y único álbum del dueto, pero el legado es más grande que el de muchos con discografías mucho más amplias.
Este álbum, que junto con el de Aventuras de Kirlian, son el origen del Donosti Sound, fue reeditado en un par de ocasiones; y la última, en 2013 en vinilo limitado, toda una joya. Aparte, ha tenido algún homenaje, como el de la revista rockdeluxe con grupos como Chucho, La Casa Azul o La Buena Vida.
Un disco por el que siempre vale la pena encender el equipo y disfrutar.
Héroes del Silencio – Senderos de Traición (1990)
Considerado por muchos como el mejor disco de rock en español de todos los tiempos, Senderos de Traición, sin lugar a dudas, marcó a toda una generación y puso a Héroes del Silencio en lo más alto de todas las listas nacionales e incluso les hizo traspasar fronteras y vender en Alemania lo que nunca hubieran pensado.
El disco, desde el inicio, era toda una declaración de intenciones. Producido por Phil Manzanera y mezclado en Londres, tenía todos los mimbres para ser todo un éxito.
Tras un muy buen primer disco, El Mar No Cesa (1988), el grupo da un paso adelante, tanto a nivel estético como a nivel sonoro, mucho más duros, más rockeros, más próximos a Guns n’ Roses que a The Smiths, que quizás era dónde se aproximaba ese primer álbum.
El comienzo con Entre Dos Tierras y Maldito Duende, a día de hoy dos de sus mayores hits, dejaba claro que iban muy en serio, a por todas, y vaya si lo consiguieron.
Un disco que sigue sonando fresco, que te transporta al pasado pero no porque haya envejecido mal, todo lo contrario, porque vuelves a cantar cada una de las canciones como si no hubiera pasado el tiempo.
La Buena Vida – Soidemersol (1997)
Otro de los maravillosos grupos implicados en el sonido Donosti, fueron La Buena Vida, una banda maravillosa liderada por Irantzu Valencia, y su preciosa voz, y Mikel Aguirre.
Con Soidemersol, o lo que es lo mismo, Los Remedios al revés, su tercer álbum, el grupo dio un paso adelante, quizás se sacudió la frescura de los primeros discos, pero ganó en personalidad, en calidad y profesionalidad.
Los arreglos orquestales de viento y cuerda dirigidos por del Louis Philippe, hacen que el disco sea redondo desde el fantástico tema inicial Buenas Cosas Mal Dispuestas hasta el último Caminito del Cielo.
Como no podía ser de otra manera, y viendo el precioso y minimalista diseño del disco, una vez más Javier Aramburu es el artífice de esta exquisita portada tipo bodegón.
Un disco que enamora desde el primer acorde y que te desarma cuando escuchas eso de “lo malo de la vida suele ser lo mejor….” Y que hace que se te salten las lágrimas recordando el fatal accidente de Pedro San Martín en 2011 que significó el fin del proyecto.
091 – Tormentas Imaginarias (1993)
Puedo decir que mi grupo favorito de siempre es 091. Todo lo que rodea a este ‘grupo maldito’ del rock español me atrae, y tanto lo que hicieron antes sus miembros, Al-dar o T.N.T, como lo que hicieron después Lapido, José Antonio “Pitos”, Antonio…. Me sigue pareciendo de lo mejor que dio y sigue dando este país.
Tormentas Imaginarias es un disco redondo, el sexto de la banda y penúltimo antes de separarse en 1996, dónde se nota la madurez de sus miembros entre los que ya se incluyen con tales a Víctor García Lapido y Jacinto Ríos.
El disco comienza con una de las mejores canciones del grupo, la pegadiza La Calle del Viento, que tantas veces he cantado en sus conciertos e incluye uno de los temas más conocidos, Otros Como Yo.
Este disco me provoca que cada vez que lo pincho lo tengo que oír entero, no hay tema que no me sepa y que me haga esperar escuchar el próximo.
En 2016 se reeditaron muchos de sus discos, con algunos cambios en las portadas originales, que no me acabaron de gustar ya que no son significativos y no creo que aporten nada nuevo, pero sí me gustó que para el concierto que hicieron en Granada en su Maniobra de Resurrección en mayo de ese año, sacaron una edición con el vinilo naranja que tuve la suerte de comprar justo antes de entrar a la Plaza de Toros y volverme loco con el estupendo concierto.
Mercromina – Acrobacia (1995)
Tras la salida de Fernando Alfaro de Surfin’ Bichos, Joaquín Pascual, Carlos Cuevas y José Manuel Mora siguieron tocando, ensayando y lo que parecía más un pasatiempo que otra cosa, se convirtió en un grupo maravilloso llamado Mercromina al que incorporaron como guitarrista a Carlos Sánchez.
En 1995 editaron Acrobacia, su primer disco, un álbum considerado de los mejores del año por la prensa especializada a pesar de no estar muy bien grabado y tener un sonido más como si fuera un demo.
En el disco se nota bastante la influencia de Surfin’ Bichos, como por ejemplo en Cacharros de Cocina, pero es verdad que logran superar la ausencia de la desgarradora voz de Fernando y es muy interesante escuchar el disco en el que por momentos olvidas que en realidad está cantando Joaquín Pascual.
“Hubieras sido tan feliz, en este mundo junto a mí, ahora ya nunca sabrás si estuvo bien, si estuvo mal”. (Encadenados).
Bunbury – Pequeño (1999)
Hablar de Bunbury no suele ser fácil. No todo el mundo, o mejor dicho, casi nadie le atribuye el valor que tiene seguir al pie del cañón, sacando muy buenos discos casi cada año.
Siempre digo lo mismo de él: le quieres o le odias y quizás eso hace de él que sea alguien especial, un tipo diferente que creo hace lo que quiere cuando quiere.
Tras la disolución de Héroes del Silencio y tras un disco electrónico, en 1999 editó Pequeño, un disco que musicalmente me encanta, un álbum muy intimista, con ritmos minimalistas, letras estupendas, con ciertas influencias árabes, mexicanas y con cuidadísimos arreglos circenses.
El disco fue todo un shock para sus seguidores, pero creo que fue un disco que se adelantó a su tiempo, hoy sigue sonando muy actual, y contó con la colaboración de Amaral, Shuarma y Phil Manzanera.
A raíz del disco se publicaron 5 Ep’s, El Extranjero, Infinito, El Viento a Favor, De Mayor y El Jinete que podría decirse que son 5 discos que completan Pequeño, ya que suman un total de 37 temas, con excelente material extra.
“De pequeño me enseñaron a querer ser mayor, de mayor voy a aprender a ser pequeño” (De Mayor).
Extremoduro – Agila (1996)
Hace unos días falleció Gonzalo Muñoz “Salo”, miembro fundador y esencia de Extremoduro, que aunque no participó en este álbum sí que influenció a la banda en todo momento.
Agila es el sexto álbum del grupo extremeño y quizás fue el álbum que consiguió llegar a más gente, considerado su mejor disco y contiene dos de sus temas más aclamados, So payaso y Correcaminos estate al loro, sin olvidarnos del tema central de la película de Alex de la Iglesia, El Día de la Bestia.
El disco esta muy influenciado por el anterior, Pedrá, un disco que se presentó como una única canción de más de 30 minutos en dónde aparece como integrante del grupo Uoho, de Platero y tú, y colabora Fito Cabrales y Ramone, que a su vez es el autor de ambas portadas, concretamente la de Agila es desgarradora, espectacular.
Un disco completo, que hay que saborear y apreciar, entendiendo la poesía, cruda y de la calle, de Robe Iniesta y dejándote invadir por el ritmo que imprime a cada uno de sus temas.
“No he vuelto a ser el mismo desde que se fue Gillespie, Zappa, Mercury, Camarón…” (Sucede).
La Habitación Roja – LHR (1998)
Este es un disco al que tengo mucho cariño. Descubrí a La Habitación Roja escuchando la radio, más de una vez escuché Mi Habitación, pero no conseguía saber quien era el grupo que la interpretaba y me gustaba muchísimo, hasta que finalmente creo que fue en Radio 3 cuando alguien presentó el disco y me quede atrapado en él.
Tengo la suerte de tener el CD firmado por Jorge. Recuerdo que iba a un concierto, un tanto privado de ellos, para unas 30/40 personas y pensé, me lo llevo y que me lo firme, creo que es de las pocas veces que he hecho el ‘friki’ de esta forma, pero hoy lo veo y recuerdo perfectamente el día.
El disco suena muy al movimiento independiente de la época, muy fresco, muy animado y apetecible en cualquier momento.
Los valencianos, que siguen al pie del cañón, lanzaron éste, su primer álbum, ya que su antecesor Popanrol era un EP de siete canciones, y rápidamente triunfaron, se auparon en todas las listas y es que el disco es un no parar de ‘temazos’ que te hacen cantarlos sin parar una vez que empiezas.
https://www.youtube.com/watch?v=-rqVXKIJ9PY
Los Planetas – Super 8 (1994)
Quizás el disco más icónico del panorama independiente de este país es el super 8, de Los Planetas, todo un símbolo y un alegato al indie en español que tan poco se destilaba en aquella época.
Sin duda podía haber elegido Una Semana en el Motor de un Autobús (1998), pero creo que este disco es el inicio de todo, el que generó el cambio y que consiguió que los grupos con sonidos principalmente influenciados por el pop-rock inglés, se atrevieran a cantar en castellano y aunque es verdad que tampoco se acaba de entender a Jota cuando canta, la realidad es que es una auténtica joya.
Y volvemos a encontrarnos con Javier Aramburu, y quizás una de las portadas mas tatuadas del rock español, infinidad de veces lo he visto y es que es tan bonito el diseño, que no me extraña.
El disco se editó con 10 temas, entre los que estaba el hit Qué Puedo Hacer, pero poco después salió un CD doble que incluía el single Nuevas Sensaciones que no era más que una forma de alargar tres temas el disco, ya que encajan a la perfección en el álbum. En 2010, se editaron sus 6 primeros discos en vinilo, cambiando totalmente la portada original, algo que no gustó a los fans, pero a mí personalmente no me disgustan, tienen un guiño muy chulo a las originales que, sin duda, prefiero.
Con Los Planetas he tenido siempre dudas, pero siempre me he visto atraído por una fuerza misteriosa a coleccionar sus discos y escucharlos mucho. Pero cuando me preguntan el porqué, nunca se muy bien que decir, a veces hasta los criticaría más que los defendería, pero acabo siempre pinchándolos y flipando con ellos.
Después de escuchar cada uno de los discos completos creo que me he reconciliado con el mundo. Qué maravilloso propósito, qué maravillosa recomendación. No he establecido ningún orden, ha sido según me ha salido. Pero te recomiendo que los escuches, como quieras, donde quieras y cuando quieras, pero hazlo, y estoy seguro de que todo será un poco más bonito alrededor.
#godsavethemusic
Y decían: «qué bonito» era vernos pasear
Queriéndonos infinito
Pensaban: «siempre será igual»
¿Cómo lo permitimos, qué es lo que hicimos tan mal?
¿Fue este orgullo desgraciado
Que no supimos tragar?
Y engáñame un poco al menos
Di que me quieres aún más
Que durante todo este tiempo
Lo has pasado fatal
Y que ninguno de esos idiotas te supieron hacer reír
Y que el único que te importa
Es este pobre infeliz
Bunbury – Infinito (1999)