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Dr. López-Nava: «La obesidad es una pandemia»

Miguel Angel Gomez| 9 de julio de 2024

Se estima que, en los países desarrollados, el porcentaje de las personas obesas ronda el 30% de la población. Una afección que, por diversos motivos, está en la mayor parte de los casos sin tratar. Alarmados por esta situación, hemos ‘pasado consulta’ con el profesor Gontrand López-Nava, una voz autorizada en la materia que, además de dirigir la Unidad de Endoscopia Bariátrica en el Hospital Universitario HM Sanchinarro, siendo médico especialista en aparato digestivo y endoscopia, es doctor cum laude en Medicina y Cirugía y profesor de la Sociedad Americana de Endoscopia ASGE. Tras una de sus intervenciones, el doctor López-Nava nos recibe en su despacho para ayudarnos a entender la dimensión de esta enfermedad tan generalizada.

¿En qué situación se encuentra la sociedad española en términos de obesidad y cuál es su pronóstico de aquí a diez o quince años? 

La obesidad es una pandemia. Nos encontramos con una enfermedad mortal, crónica y progresiva, llamada obesidad, en cifras epidémicas. El exceso de peso produce mortalidad precoz y enfermedades con cifras que se han duplicado y triplicado en diez años, sin que exista un punto de inflexión a partir del cual tiendan a bajar desde entonces. Sin embargo ocurre que, como la obesidad produce enfermedades muy conocidas, sobre ellas sí se actúa, llámese hipertensión arterial (cuya causa número uno es la obesidad), diabetes (también tiene por causa número uno la obesidad), enfermedades cardiovasculares (su causa número uno, y adelantando ya al tabaco, también es la obesidad), etc. 

«España es líder, en Europa, en términos de obesidad infantil«

Poniendo el foco en los más jóvenes, ¿cómo estamos en términos de obesidad? 

España es líder, en Europa, en términos de obesidad infantil. La obesidad se ha triplicado también en el mundo infantil, y todos esos niños que son obesos van a ser los adultos que engrosarán la curva dentro de cinco o diez años. 

¿Qué estamos haciendo peor aquí que en otros países europeos? 

Los niños españoles comen peor que, por ejemplo, los niños alemanes, y tienen además un peor acceso al deporte. Eso lo saben los padres, los políticos y los médicos. Al haberse triplicado en diez años, es evidente que no es un problema genético, porque la genética no cambia en diez años. Fíjate que México: ha pasado a ser líder mundial en obesidad infantil en diez años al adoptar todos los malos hábitos de Estados Unidos (que era líder hasta entonces); se ve entonces que la obesidad es exógena y es obvio que comemos demasiado. 

¿En qué momento la obesidad se empieza a considerar enfermedad? 

La obesidad empieza a tener cifras de enfermedad a partir de un exceso de 15 kilos. Lo que pasa es que a una persona que le sobran 15 kilos no le llamamos obeso, pero eso es obesidad. Hay una curva que indica que, a mayor sobrepeso, el incremento de la probabilidad de fallecimiento crece de forma exponencial, ya sea por infarto o, incluso, por accidente de tráfico (los obesos tienen mayor apnea del sueño, menor movilidad, etc.). 

¿Y cuál sería el límite a partir del cual una persona pasa de tener sobrepeso a ser obesa? 

Es una pregunta a la que se podría contestar de forma técnica, porque hay unas fórmulas para hacerlo (el índice de masa corporal está muy extendido, por ejemplo), pero también se puede responder en kilos. Si un varón mide 1,70, su peso ideal es 70 kg. Centímetro, kilo. En una mujer es un poquito menos, quizá su peso ideal en este ejemplo sería de 65 kg. Pues, si tomando esta referencia te sobran 12 kilos, ya empiezas a tener comorbilidades asociadas a la obesidad. Entre otras, duelen las articulaciones y se toma más ibuprofeno, por lo que se producen más úlceras. El obeso tiene más úlceras que el que no lo es, precisamente, por este motivo. Pero además duerme peor, y a partir de ahí todo lo que he contado antes… que es exponencial: no es lo mismo que te sobren 12 que 24 kilos. Y no hay que olvidar que a todos los que les sobran 24 kilos en algún momento les sobraron 12, pero es que, reitero, la obesidad es una enfermedad crónica y progresiva. Se necesita ayuda, pero como en nuestra sociedad es peyorativo ir al médico para adelgazar, porque creemos que lo que tendrían que hacer es cerrar el pico, no se dejan ayudar a cumplir con una dieta. 

«La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva»

Una persona obesa ¿a qué tratamientos puede optar? 

Cualquier lector piensa que si la dieta no ha funcionado lo siguiente es una cirugía que, al ser famosa porque falleció gente, provoca un rechazo enorme en el paciente, aunque sea efectiva. Como el puente entre una dieta y una cirugía tradicional es demasiado largo, el 95% de los pacientes obesos para los que una cirugía estaría indicada no lo cruza. Y esta cifra se da en todos los países. El gran problema de la obesidad es que la mayoría de los pacientes están sin tratamiento. Y no hace falta que para hacer una dieta venga al médico, ya que se publican en cualquier revista preocupada por la salud, en internet, existen aplicaciones… El acceso a la dieta no es el problema. El problema es cumplir la, y para eso hay que luchar contra el gran enemigo de una dieta, que es el hambre y la saciedad, para lo cual se necesita ayuda. 

¿Es que entre la dieta y la cirugía no hay nada? 

Ahora sí. Están saliendo fármacos y existen endoscopias. El fármaco es una herramienta que ayuda, pero no hace avanzar al paciente en el tratamiento. Puede ser efectivo, pero no elimina la enfermedad. Las endoscopias son técnicas a través de la boca, sin cortes ni cicatrices, seguras y a las que la gente no tiene miedo porque, al haberse generalizado las colonoscopias, ya hay menos aprensión. Por tanto, son técnicas mediante las cuales los pacientes que se hacen una reducción de estómago se van en el mismo día o al día siguiente y pueden hacer deporte. ¿Cuál es el problema entonces? Que cuestan dinero.

¿Y por qué no se hacen en la Seguridad Social?

Yo publiqué el primer caso de Europa en el año 2012. Se hace desde entonces en todos los países de Europa y en muchos del mundo, pero solo en la medicina privada. Para responder a tu pregunta: ¿Y si resulta que el sistema público se ha gastado 4.000 euros en ti y luego no cumples la dieta? Y, si estamos hablando de un millón de personas solo en la Comunidad de Madrid, ¿quién mete en los presupuestos 4.000 millones de euros para solucionar la obesidad en esta comunidad? Pues ahí está el problema.

¿Qué ocurre si, después de la intervención, el pacien te no cumple con la dieta prescrita? 

Pues que la ayuda no habrá sido suficiente. Yo se lo aviso y se lo hago firmar en el consentimiento informado. Hacemos una triple ayuda: intervenimos el estómago, quitando el hambre e impactando en la saciedad; utilizamos psicólogos para desviar la ansiedad de la conducta alimentaria, y les enseñamos a comer con la ayuda de nuestros nutricionistas. Pero si luego sucede algo por lo que deja de seguir la dieta y recupera peso, el éxito solo estará en que ese peso se añadirá sobre el que tenía después de todo lo que había perdido, no sobre el exceso que tenía antes de la intervención. No obstante, el éxito terapéutico no es solo la pérdida de peso, que es importante, sino también desviar la ansiedad hacia otras cosas o adquirir otras formas de comer, otras prioridades, otros horarios… Ahora, ve tú a un hospital público y coordina todos estos servicios que estamos comentando… 

¿En qué casos se recomienda una reducción de estómago y en qué otros se recomienda poner el balón gástrico? 

Pues hay pocas diferencias en cuanto a efectividad. Las dos técnicas se hacen a través de la boca y el paciente se va el mismo día o al día siguiente porque son muy poco invasivas. Mientras que un tratamiento contra la obesidad dura dos años de psicólogo y de nutrición, el balón se quita, de media, a los nueve meses. Como nuestro estómago, cuando se encuentra vacío, se distiende como llamada para comer, mientras que tiene el balón dentro va jugando con él y retrasa el momento del hambre y, además, se tiene menos apetito. A los nueve meses se suele quitar y la verdad es que el paciente nota demasiado que se ha quedado sin ayuda. Si hemos sido capaces en nueve meses de cambiar todos sus hábitos en torno a la comida, no hay un rebote como tal al quitar el balón, porque el paciente debe haberse acostumbrado a comer diferentes cosas y antes de que ese hambre sea ingobernable. El balón es la primera técnica que tuvimos, desde principios de los años 2000, pero nos gusta menos que otros adelantos mucho mejores porque es un cuerpo extraño que uno o dos de cada cien no lo toleran y hay que quitarlo. Pero, habiendo puesto ya más de diez mil balones, sé que es una herramienta segura, efectiva y que son muy poquitas cosas las que puede provocar en comparación con la obesidad. 

Y si hay técnicas mejores, en concreto para la reducción de estómago, ¿por qué no se hacen en lugar de la técnica del balón gástrico? 

Porque es más caro. En concreto, cuesta el doble. Y como el problema no es la efectividad, ya que el balón es suficientemente efectivo (aunque la reducción lo sea un poquito más), hay gente que solo se puede permitir el balón. Si fuera igual el precio, ya no haríamos balones. Yo, si me sobraran 12 kilos, me haría una reducción de estómago (método Apollo), que se hace con unos hilos que el día de mañana se van y vuelves a tener tu estómago normal. 

¿Qué opina sobre el uso que se está haciendo de la metformina para perder peso? 

La metformina es un antidiabético muy mal usado para adelgazar porque, aunque es un fármaco cuyos efectos secundarios pueden provocar pérdida de peso, esa no es su indicación. Y ahora estamos viviendo un boom de fármacos antidiabéticos patrocinados que hacen que, si antes a la gente le daba miedo tomar la metformina, que era una pastilla, ahora se pinche. También se ha dado en ocasiones hormona tiroidea para adelgazar, incluso derivados de la anfetamina, que no pueden usarse para adelgazar. 

¿Se refiere a Saxenda, Ozempic, Wegovy…? 

Claro. Es que una inyección va por la sangre y, si lees el prospecto, te avisa de que puede producir cosas en la retina, en el páncreas, en el tiroides, etc. Todos los que se pinchan esto, y todos los médicos que lo recetan, no saben cómo está la retina, el páncreas o el tiroides. 

¿Qué innovación o novedoso tratamiento verá la luz próximamente para los casos de obesidad? 

Pues aunque los fármacos controlados por el médico ayudan, lo más novedoso es que para el estómago se están imponiendo las opciones endoscópicas (entrando por la boca) frente a las quirúrgicas. Se entra por un orificio natural y, además de no dejar cicatrices, es repetible. Y no le da miedo al paciente. 

¿Cuál es el futuro en la obesidad para usted? 

Trabajar diferentes especialidades (psicología, nutrición y farmacología), utilizar la técnica de la endoscopia, que es muy poco invasiva y tiene una eficacia probada, y explicar a la población que, si hay equis kilos de más, hay que buscar solución. Esta pandemia mata más que el covid y la mayoría de los enfermos están sin tratar, habiendo técnicas para hacerlo de forma efectiva en pleno siglo XXI. Para finalizar, el mensaje que yo trasladaría es que el hecho de que te sobrepeso es peligroso, pero hay ayuda.

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