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El arte de escuchar

Miguel Angel Gomez| 14 de enero de 2022

Recuerdo cuando, en 1989, llegó a nuestras pantallas No me chilles que no te veo, una ingeniosa y divertida película en la que Richard Pryor interpreta a un hombre ciego y Gene Wilder a un hombre sordo que se convierten en sospechosos de asesinato y que, para probar su inocencia, tienen que ayudarse mutuamente.

Algo más de tres décadas después, y salvando las distancias, esta tragicomedia se repite con demasiada asiduidad en nuestro Parlamento, pero también en los programas televisivos con mayores audiencias y, por ende, se ha trasladado a casi cualquier situación cotidiana.

Ha sido el actor Jesús Vidal el que nos ha dado la clave en estas páginas: “Hay personas que oyen, pero no escuchan… Estas son las que tienen una discapacidad mayor”, afirma quien fuera premiado con el Goya al Mejor Actor Revelación —en febrero de 2019— por su interpretación de Martín en Campeones. Esa maravilla de Javier Fesser sobre la discapacidad intelectual que a tantas personas conmovió y que clarificó el prisma con el que se mira la diversidad funcional.

Escuchar y gritar son dos maneras antagónicas de afrontar la vida, pero una de ellas se está imponiendo: vivimos en una sociedad en la que se habla (y se grita) mucho y se escucha poco. Una práctica bastante cuestionable cuando el silencio previo es imprescindible para poder hablar con inteligencia, y por lo difícil que es pensar mientras uno habla.

Una reivindicación en la que siempre incidió mucho la ya excanciller Angela Merkel, una de las lideresas más influyentes de nuestra historia más contemporánea. Ha sido una política rara avis que llegó a liderar su partido (CDU), después Alemania y finalmente Europa, desarrollando un modus operandi extraño en la política, basado en el sosiego y la escucha, sobre todo, de quien pensaba diferente. Pero una escucha auténtica, no ese sucedáneo que practican otros ‘líderes’ capaces solo de escucharse a sí mismos.

Al haberse marchado Merkel, el electorado alemán ha elegido al socialdemócrata Olaf Scholz como nuevo canciller; y por la influencia que esto tiene para el devenir de nuestro país en el marco de la Unión Europea, en este número hemos analizado las diferencias que presenta con respecto a su antecesora, más aún cuando Merkel pertenecía al partido conservador. Sorprendentemente, no hay muchas.

Merkel se ganó el respeto de sus homólogos, algunos tan arrogantes como Putin o Trump, pasando por alto sus ofensas, y viendo cómo los ataques hacia su persona se volvían contra los agresores como si de un búmeran se tratase.

Quizá el cénit se había alcanzado años atrás en la XVII Cumbre Iberoamericana de 2007, con aquel famoso “¿Por qué no te callas?” con el que el entonces rey de España, Juan Carlos I, reprendía al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tras las reiteradas interrupciones que este realizaba al que era presidente del Gobierno de España, Rodríguez Zapatero. Una frase que se convirtió rápidamente en un fenómeno social y de Internet, pero que ya evidenciaba la discapacidad que padecen muchos líderes políticos.

Para afinar el oído, hemos querido comenzar 2022 con Estrella, en mayúscula. El arte hecho mujer en una de las familias más relevantes de la música española. Estrella Morente, ampliamente galardonada por la industria musical, remarca la importancia de escuchar y de echar la vista atrás para aprender de los mejores.

Todo un arte que nos vendría muy bien ejercitar para dejar de emular a Gene Wilder.

 

Carta publicada en el Nº 33 de la revista Influencers

 

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