El plan desesperado de H&M para no tener que echar el cierre
H&M no está pasando por su mejor momento. Aunque este año ha elevado su facturación un 6,37% sobre la de el año anterior, hasta los 424 millones de euros en España, aún se encuentra lejos de los más de 660 millones a los que ascendían sus ventas antes del covid. Sin embargo, estos no son los únicos problemas para el grupo sueco.
Una situación económica que no va a mejorar después de que H&M haya concluido definitivamente con su negocio en Rusia y Bielorrusia. Después de que en agosto la compañía textil sueca decidiese volver a abrir sus diez tiendas en territorio ruso, finalmente ha tomado la decisión de salir definitivamente del país.
Aunque volvieron, la realidad es que en julio Hennes and Mauritz ya había tomado la decisión de dejar de operar en Rusia y puso a la venta todo su negocio aquí. El primer paso de esta salida se vio el 30 de noviembre, cuando uno de los mayores grupos textiles de Europa decidió cerrar su mayor tienda en el país, la que está situada en la calle Tverskaya de Moscú.
Según los medios rusos, un 40% del total de las tiendas de la cadena en Rusia tienen contrato de arrendamiento hasta el 2050, mientras que un 50%, cuentan con contratos, al menos, hasta 2030. Además, explican que la mercancía de sus almacenes va a permitir que puedan seguir vendiendo hasta treinta semanas.
De esta manera, el nuevo dueño de estos locales adquiriría los derechos de arrendamiento de alrededor de 170 tiendas en 65 ciudades del país, un centro distribuidor de 57.700 metros cuadrados y 210 millones de dólares en reservas de mercancías.
H&M anuncia el despido de 1.500 trabajadores
Uno de los motivos principales por los que H&M ha perdido ingresos en España se debe al cierre de más de una veintena de tiendas. Estos cierres vinieron acompañados de una oleada de despidos. En concreto, la compañía sueca echó a 766 trabajadores. Sin embargo, sus cuentas a nivel general siguen sin ser buenas, lo que ha propiciado que H&M vuelva a tomar la misma decisión que ya se vivió en nuestro país.
Hace tan solo unas semanas que H&M anunció el despido de cerca de 1.500 trabajadores en todo el mundo. Esta decisión forma parte de un plan de ahorro que ya anunció la cadena sueca, con la que pretende atesorar cerca de 185 millones de euros anuales. Con estas salidas, H&M asumirá un coste de 76 millones de euros por la reestructuración.
Desde el grupo señalan que «el grupo H&M ha puesto en marcha un programa global para reducir costes y mejorar aún más la eficiencia de su modelo de negocio. El programa está relacionado con los costes administrativos y generales, y también implica la reducción de la fuerza laboral en alrededor de 1.500 puestos».
«El programa de costes y eficiencia que hemos iniciado implica revisar nuestra organización y somos muy conscientes del hecho de que colegas nuestros se verán afectados por esto», explica la directora ejecutiva Helena Helmersson en un comunicado. «Apoyaremos a nuestros compañeros en la búsqueda de la mejor solución».
Esta decisión es una medida desesperada para lograr mantenerse como el segundo minorista de ropa textil, solo por detrás de Inditex. Hasta el momento se desconoce qué tiendas y países serán los que se ven afectados. Pero, siguiendo el ejemplo español, no parece que esta acción le vaya a traer grandes alegrías.
El grupo sueco, que cuenta con una plantilla superior a los 100.000 trabajadores, posee 4.664 tiendas en 77 países y está presente además en 57 mercados por internet.
Las prendas ‘eco’ de H&M puede que no sean tan sostenibles
Lejos de poder respirar, a H&M le ha surgido otro problema en EE.UU. En un momento marcado por una bajada en las compras, y en medio de un cambio en la tendencia de consumo de los usuarios, que se decantan por las prendas más respetuosas con el medioambiente, un grupo de consumidores ha presentado una demanda ante los tribunales de Misuri por las prendas Conscious Choice.
Estas prendas, con un precio más alto pero con una supuesta menor huella medioambiental, son las que han despertado las críticas de los usuarios. Este grupo señala que estas prendas se realizan con poliéster procedente del reciclado de plásticos, en concreto, proceden de botellas de polietileno. Algo que, según los demandantes, consideran problemático.
Según expone elDiario.es, las botellas de plástico para hacer prendas textiles aboca a que estas sean de menos calidad y no puedan recuperarse después de su uso, como sí sucede con otro tipo de fibras recicladas y reciclables, por lo que esas prendas acaban directamente en vertederos. Según los demandantes, «la ropa debe convertirse en ropa nueva, y los envases, en envases».
Su último argumento es que el uso de plástico en moda no reduce el desprendimiento de microplásticos, que acaban de la misma manera en océanos, aire o alimentos. Por el momento la demanda no ha ido a más. Habrá que esperar para ver si se convierte en una acción colectiva que requiera indemnización o si se queda en agua de borrajas.
No es la primera vez que estas prendas sostenibles de H&M presentan dudas. El medio estadounidense Quartz también denunció que las puntuaciones de sostenibilidad de las prendas pueden resultar engañosas. Algo que apoyó la Autoridad de Consumo de Noruega.
Todos estos problemas tendrá que solventar H&M a partir del próximo año si quiere tener un 2023 tranquilo. Por el momento, la cadena sueca va a darle la bienvenida al próximo año con una situación bastante turbulenta. Cuando se comuniquen los despidos, puede que la situación se complique aún más, arrebatándole esa posición tan privilegiada que Primark y Uniqlo amenazan con arrebatarle.