«Hay empresas que gestionan influencers como si fueran un equipo de fútbol»
Entrevistamos a Fortfast, youtuber, físico y emprendedor que nos da claves de esta nueva industria.
José Manuel Climent, Fortfast, es un polifacético granadino de 23 años que desde hace cuatro mantiene un popular canal en YouTube en el que entrevista a personas que capta por la calle para hablar de problemas sociales que generan debate. Una temática que comenzó tras descubrir que ningún otro canal generaba este tipo de vídeos, que sin embargo reclamaba la gente. «Quise estudiar cómo YouTube posicionaba dentro de la plataforma, y me di cuenta de que había búsquedas que no tenían resultado, al contrario que en Google», explica a Revista Influencers en una entrevista exclusiva que está disponible en el número 9 (marzo 2018). «Eran vídeos de corte social. El primer vídeo que hice tuvo 200.000 visitas, teniendo yo cero suscriptores. Seguí con ese contenido para ver cómo adaptarme al medio para seguir esta tendencia exponencial».
Fortfast, a diferencia de otros influencers, ha pasado por la universidad. «Estudié Física y me interesé mucho por la Data Science. Cogía bibliografía de distintos másteres y me asesoraba con profesores para entender qué estaba pasando en todo esto. Me di cuenta de que se podía trabajar. Los modelos funcionaban y podían predecir ciertas cosas con más o menos incertidumbre», explica. Y entonces decidió dar el salto y, mientras su canal seguía creciendo con sus a veces disparatados vídeos, «monté una empresa, Yugen, con un grupo de físicos y data scientists titulados para elaborar predicciones dentro del mercado de influencers». Este doble papel le ha permitido observar la industria desde distintas ópticas. «Hay empresas que gestionan influencers como si fuesen un equipo de fútbol para vendérselos a agencias de publicidad o marcas. Son meros gestores que no tienen ni idea de nada. Me daba rabia estar intentando saber por qué estaba ahí mientras esa gente se intentaba aprovechar de la coyuntura para sacar beneficio económico, así que hace tres años me desvinculé de cualquier tipo de agencia. Representarme a mí mismo ha sido un proceso de aprendizaje más duro, te obliga a amoldarte y aprender, pero también ha sido más rápido porque no he tenido que delegar ni depender de nadie», explica para revista Influencers.
Aunque pensemos que los youtubers simplemente se dedican a jugar a videojuegos mientras graban las partidas, y que cobran verdaderas millonadas por ello, este oficio encierra en realidad un trabajo artístico y la enorme complejidad de entender a una audiencia tan volátil como es la digital. Proporcionar cada semana un contenido de calidad para ese público que logre enganchar es la clave para sobrevivir en un medio que «no es natural», YouTube. «El universo de YouTube es artificial y lo lleva una empresa que si decide empezar a potenciar un contenido en lugar de otro, este último caerá. Eso pasa continuamente, ves canales que suben, se estancan y bajan. Casi todos, de hecho», explica, demostrando que sus investigaciones sobre esta plataforma darían para una tesis, algo que le permite defenderse del propio sistema.
Aunque sus vídeos sean más o menos atemporales y siempre puedan aportar algo nuevo, al estar muy ligados a la actualidad, Fortfast sabe que YouTube podría ser algo pasajero. Por eso ya prepara el crecimiento de Yugen y por eso acaba de autoeditar su primer libro, «Reflexiones del tío que se hizo famoso grabando en botellones», donde disecciona la sociedad actual basándose en sus experiencias mientras preguntaba a jóvenes cuándo había reinado Juan Carlos I y le contestaban que en el siglo XII. Puede que Fortfast también tenga un punto filosófico, pero por encima de todo es un retratista de nuestra época. Y lo hace con las herramientas del momento: ciencia, tecnología, emprendimiento, redes sociales y la visión del mundo que solo un millennial puede aportar.
>> La entrevista completa a Forfast se puede leer en el número 9 de la revista Influencers (marzo 2018). Ya a la venta en quioscos y puntos de venta seleccionados.