Estados Unidos exige un conductor en los vehículos autónomos
El Congreso cierra la puerta a coches totalmente autónomos por el momento.
Muchos conductores sueñan con dejar de serlo y poder realizar un viaje en coche como si fuera en un avión: leyendo una revista, viendo una película o durmiendo. El avance de la Inteligencia Artificial, el empeño de los principales fabricantes y la promesa de que en 2020 ya podremos acceder a estos vehículos ponen la miel en los labios a quienes desean despojarse del volante y los pedales para siempre. Pero el Congreso de los Estados Unidos acaba de dar una pincelada de realidad a este panorama: exigirá que un conductor esté en todo momento disponible para tomar el control del vehículo en caso de emergencia, lo que obligará a mantener pedales y volante durante algún tiempo más. Los legisladores, además, han establecido el requisito de una licencia especial para quienes deseen conducir estos vehículos, por lo que los usuarios sin carné de conducir no podrán utilizarlos.
La mayoría de los países trabaja ya en legislaciones que permitan encajar los vehículos autónomos en sus calles y carreteras. El principal escollo es lo novedoso de estas tecnologías, actualmente en fase de pruebas en casi todos los casos, unido a la dificultad para garantizar la seguridad en un entorno en el que convivirán máquinas y humanos. Las legislaciones están favoreciendo el desarrollo y prueba de estas tecnologías, pero se muestran cautas a la hora de liberalizar la circulación de estos vehículos, que requieren por ahora permisos especiales y su uso bajo supervisión de un conductor. En ocasiones, además, en áreas restringidas. La velocidad con la que los fabricantes están creando nuevas versiones de vehículos autónomos (que son cada vez más autónomos), ha llevado a muchos países a acelerar la puesta a punto de sus normativas.
Recientemente, el Congreso, a petición del PP y con 317 votos a favor y 3 abstenciones, instó al Gobierno a facilitar el desarrollo de la industria de los vehículos autónomos, así como a asegurar un marco legal que permita su uso en condiciones de seguridad. La DGT tiene en marcha el ‘Plan Estratégico del Vehículo del Siglo XXI’ para adecuar la seguridad vial a este nuevo actor. El país, donde la industria del automóvil roza el 9% del PIB, quiere liderar el producto que revolucionará para siempre las carreteras.