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«El éxito no llega a los vagos que se cruzan de brazos, toca a la puerta de los que trabajan dejándose la piel»

Redaccion| 15 de marzo de 2018

Ernst Prost, director gerente de LIQUI MOLY, cuenta el secreto del éxito de su empresa.

LIQUI MOLY es una compañía especializada en la fabricación de productos químicos para automóviles. Fundada en 1957, en la actualidad da empleo a más de 800 personas en varios países, factura 532 millones de euros y supera los 52 millones de beneficio, que además comparte con sus trabajadores: han recibido una bonificación de 11.000 euros cada uno de ellos. «Esos 11.000 euros abultan más entre mis compañeros de la producción que entre mis directivos», explica Ernst Prost, director gerente de la compañía. «El éxito de la empresa es el éxito de cada uno de los compañeros. Es de justicia que todos los que han contribuido a ello participen del éxito».

Convivencia ideal, suculentas bonificaciones, crecimiento constante… Esto suena como el Paraíso en la Tierra.

Bueno, no tanto. Nos hemos construido nuestro paraíso, pero sólo puede existir si seguimos teniendo éxito. El dinero para las bonificaciones no llueve del cielo, sino que hay que ganarlo previamente.

Desde 2006, el volumen de ventas de LIQUI MOLY se ha multiplicado por tres, y esto precisamente en un sector que no llama la atención por crecer mucho. ¿Cómo se consigue?

Trabajando duro. Así de fácil. Y así de difícil. Dormirse en los laureles después de lograr éxito es algo inconcebible para nosotros. Queremos seguir avanzando, no queremos detenernos. Contratamos a más gente, desarrollamos nuevos productos, llegamos a nuevos mercados y aumentamos nuestra producción. Esta es nuestra rutina desde hace años. Nuestro crecimiento es orgánico. Nada de adquisiciones, nada de deudas. No necesitamos ningún apoyo. Nuestros fondos propios ascienden a 120 millones de euros y el balance general es de 160 millones de euros. Así no nos tumba nada.

Éxito trabajando duro, eso suena muy anticuado.

Puede que trabajar duro haya pasado de moda para algunos. Durante mis años de trabajo he aprendido que el éxito no les llega precisamente a los vagos que se cruzan de brazos y esperan a que les caiga la breva. El éxito toca a la puerta de los que trabajan dejándose la piel en ello, da igual que sean gerentes de empresas, comerciales o trabajadores en la línea de montaje. Si cada uno de los miembros de la empresa sigue ese ritmo, el éxito acabará llegando solo.

¿No teme que otras empresas copien su receta?

Sería bonito. Me alegraría mucho si todas las empresas pagaran sueldos y bonificaciones adecuadas que sus trabajadores se han ganado a pulso.

Las cifras de un gigante

LIQUI MOLY vende cerca de 4000 artículos en 120 países. En 2017 produjo más de 81.000 toneladas de lubricantes y 16,7 millones de latas de aditivos. La filosofía de la compañía y del propio Ernst Prost los han alzado como verdaderos ‘influencers’ del mundo empresarial por su forma diferente de entender los negocios, donde sitúan en el centro a los trabajadores sin olvidarse nunca del cliente y de la sostenibilidad de la propia empresa. Un complicado equilibrio que logran mantener gracias a una estrategia que no obvia ninguna pata para que todo esté perfectamente engrasado.

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