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Los documentos ocultos que ponen contra las cuerdas a Facebook

Pedro Ruiz| 9 de octubre de 2021

Frances Haugen, extrabajadora de Facebook, tiene contra las cuerdas a Mark Zuckerberg y su imperio. Así, Haugen está dispuesta a hablar sobre las manipulaciones, dañinas muchas de ellas, en los algoritmos que rigen las redes sociales del gigante. Una voluntad que la ha llevado ante el Senado de EE.UU. para denunciarlos. Pero hay más. También ha entregado a los reguladores en forma de documentos internos, muchos clasificados, como prueba de la “ruina moral” de Facebook. Un tesoro que demuestra el daño irreparable que causa a sus usuarios, especialmente, a los más jóvenes.

El paso al frente de Haugen supone un importante acicate de cara a limitar el exceso de poder de las tecnológicas. En primer lugar, porque como extrabajadora puede ofrecer una mejor visión que cualquier comisión política o del regulador que investigue a Facebook. Aunque todavía más importantes son los cientos de documentos que ha entregado tanto a los propios reguladores como a los periodistas del Wall Street Journal. Así, mientras unos pueden trabajar para proponer cambiar disposiciones actuales en materia de legislación contras las tecnológicas, otros pueden hacer ver esos peligros de manera mediática.

Además, la extrabajadora ha conseguido algo que normalmente es imposible: poner de acuerdo a los políticos. De hecho, Haugen visitó este pasado martes 5 de octubre el Senado de los Estados Unidos para denunciar las malas prácticas de Facebook de las que tiene conocimiento. En concreto, estuvo durante más de tres horas declarando frente a un subcomité de la cámara americana. Durante su paso por uno de los órganos políticos estadounidenses logró unir a los senadores de uno y otro partido para ajustar cuentas con Zuckerberg, de nuevo, y tomar medidas realmente eficaces para frenar su abuso de poder.

 

¿ES FACEBOOK INTOCABLE?

Quizás ese ha sido uno de los grandes problemas, y es que los gigantes tecnológicos se han creído intocables. Además, siempre han actuado como tal. La visita de Haugen al Senado no ha sido la única comparecencia relacionada con Facebook. De hecho, hace un par de años el propio fundador de la compañía se presentaba en Washington para pedir perdón por el escándalo de Cambridge Analítica. Un caso que implicó el robo, y la utilización torticera, de cientos de datos personales de millones de usuarios del conglomerado digital. Pero, aparte de una multa económica, no se logró nada más.

Así, el propio Zuckerberg se disculpó con la boca pequeña como si no fuera más que una obra de teatro. De hecho, durante los meses que se ejecutó la investigación de lo sucedido, tanto por los reguladores como por otros actores, Facebook nunca colaboró activamente. Para la firma tecnológica solo había sido un contratiempo sin importancia que había que cerrar sin hacer demasiado ruido. Y que, por supuesto, tampoco cambió demasiado su forma de actuar. Por su parte, los políticos tampoco vieron necesario cambiar la regulación o la legislación para ofrecer una mayor seguridad.

Pero ahora podría ser diferente. La razón es que las palabras de Haugen y los documentos atestiguan un daño profundo ocasionado a los adolescentes. Ya no se trata de una recolección de datos furtiva o la desinformación viral de según para que bando, sino de la salud de toda una generación. Un hecho que trasciende los intereses partidistas de cada bando. Un primer paso será el de proteger a los niños, Facebook quería lanzar una red social para menores de 13 años, cuya ley data de 1998. Más tarde probablemente se buscaran consensos más amplios y, finalmente, se extenderán a todo el mundo.

 

INSTAGRAM ES POTENCIALMENTE DAÑINO PARA LOS JÓVENES VULNERABLES

Facebook está por primera vez, de verdad, acorralado. Hasta ahora, el gigante tecnológico solo se había enfrentado a la perspicacia de los reguladores, algunas pruebas concluyentes y un clima de sospechas por sus efectos dañinos. Pero tras la intervención de Haugen también hay mucho material tangible de, primero, su toxicidad para sus usuarios y, segundo, de sus ponzoñosas intervenciones deliberadas para multiplicar sus efectos. Curiosamente, el epicentro de todo este cúmulo de problemas no es Facebook como tal, cuyo pecado principal es la desinformación viral, sino Instagram.

Comprada por apenas 1.000 millones de dólares, Instagram ahora es la joya de la corona que tiene Facebook. Hasta sus redes llegan miles de millones de jóvenes de todo el mundo con la intención de compartir fotografías, historias o vídeos más largos. También la posibilidad de seguir a sus ídolos, los llamados ‘instagrammers’. Pero también es un decorado que dispara las probabilidades de los adolescentes sufran depresión, trastornos alimentarios e, incluso, que aumenta notablemente los intentos de suicidios entre ellos. Un desconcierto emocional que, además, la propia red social favorecía a través de colocar más material adictivo que elevaba la ansiedad de estos usuarios.

Lo anterior está sacado de uno de esos documentos que Haugen ha ido filtrando. Así, los informes de diversas investigaciones internas muestran que Instagram hace que uno de cada cinco adolescentes estadounidenses se sienta peor consigo mismo. También se han revelado otros aspectos importantes sobre la evolución del negocio de la compañía. En concreto, se revelaron proyecciones internas de que una caída en la interacción de los adolescentes podría llevar a una disminución general del 45% en los usuarios estadounidenses en los próximos dos años.

 

LAS DENUNCIAS CONTRA LOS ABUSOS DE LAS TECNOLÓGICAS PROLIFERAN

Por último, Haugen también puede ayudar a que otros muchos (ex)trabajadores den el paso y denuncien los abusos de las firmas que les han pagado las nóminas. “Eres una héroe estadounidense del siglo XXI”, llegó a comentar enérgicamente Ed Markey, senador demócrata de Massachussetts, tras la intervención de la exempleada de Facebook. El efecto podría parecer aislado, pero como se ha demostrado en el sector bancario (principalmente con el suizo) o el farmacéutico, una vez alguien da el paso, mucha gente termina siguiéndolo.

De hecho, ese fenómeno ya está ocurriendo. Whistleblower Aid, una firma legal que ha ayudado en el caso de Haugen, dice que ha recibido más llamadas desde que se hicieron públicas sus revelaciones. “Un caso como este abre las compuertas y desencadenará cientos de casos más”, predice Steve Kohn, un abogado, a The Economist. A su vez, el marco legal cada vez ayuda más. La Ley Dodd-Frank, de 2010, brinda mayores protecciones a los denunciantes al evitar represalias por parte de los empleadores y al ofrecer recompensas monetarias a los casos exitosos.

En definitiva, Facebook está entrando en un terreno pantanoso del que cada vez es más difícil salir. La compañía se ha defendido en los últimos días, pero tiene en contra a los políticos y la opinión pública. El verdadero problema es que puede ser una rémora demasiado pesada de cara a los planes futuros de la compañía como ya lo ha sido su red para menores. El pasado 4 de octubre un apagón fundió a negro a la compañía y sus servicios, ahora cada vez más gente se pregunta si el mundo sería un lugar mejor de seguir así.

 

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