Qué son los ‘finfluencers’ y por qué podrías terminar arruinado si decides hacerles caso
Las redes sociales han lanzado al estrellato a muchos tipos de influencers, un término que engloba, ya en la actualidad, a perfiles muy diversos. Están los influencers de moda, deporte, viajes… y ahora empiezan a pujar con fuerza los ‘finfluencers’.
Un finfluencer es un influencer financiero. Un personaje digital (supuestamente) experto en finanzas e inversiones que utiliza las redes sociales para contar al mundo cómo ganar dinero de forma fácil y rápida. Se caracterizan por mostrar un estilo de vida de alto poder adquisitivo, donde los deportivos, mansiones, viajes en jet privado y comidas en los mejores restaurantes son una constante. Marca de la casa… y el gancho para lo que viene después: contarte cómo tú también podrás llevar ese ritmo de vida.
EL MODUS OPERANDI DE LOS FINFLUENCERS
Por lo general, estos ‘influencers’, la mayoría jóvenes, ofrecen cursos de formación y plataformas estructuradas en grupos privados en Telegram donde desgranan las claves de su éxito financiero. Conceptos básicos de inversión en bolsa, criptomonedas, Forex u otros productos de inversión, estrategias, técnicas. Existe un componente formativo real, en algunos casos con buena calidad y, en otros, simples recopilaciones de conceptos básicos que se pueden encontrar en cualquier libro o vídeo de YouTube. La joya de la corona de estos finfluencers no es la formación en sí, sino sus estrategias secretas/exclusivas de inversión. Lo que nadie más que ellos saben para ganar dinero en bolsa o invirtiendo en criptomonedas.
Es en este punto donde las cosas se desmadran: para acceder a esos ‘secretos’ se necesita desembolsar una elevada suma de dinero. Estructurado como un curso, no suelen bajar de 1.500 a 2.000 euros, en pago único y con acceso de por vida, incluso a actualizaciones. A cambio, aseguran que ahorrarás tiempo, pues condensan la formación para ir al grano, y dinero, ya que ese curso recoge ‘años de experiencia’ invirtiendo y evita los típicos errores de principiante.
¿MIENTEN LOS INFLUENCERS FINANCIEROS?
Lo cierto es que estos cursos no siempre son humo. Este medio ha contactado con algún exalumno de algunas de las formaciones más populares del momento y reconocen que las estrategias que venden pueden funcionar. El problema es que invertir en bolsa o criptomonedas es poco menos que jugar en un casino: por muchas estrategias que se hayan trazado, en realidad no hacen más que reducir la posibilidad de perder dinero. Pero la bolsa es imprevisible y, por supuesto, las pérdidas se pueden dar.
Además, estas estrategias funcionan si se invierte una gran cantidad de dinero, ya que casi siempre se basan en day-trading, que implica realizar compras y ventas de acciones en el mismo día con la intención de aprovechar las pequeñas oscilaciones de precio que se dan durante la jornada.
Pongamos un ejemplo para ilustrarlo: si compramos una acción a 100 euros y, en cuestión de media hora, el precio sube a 102 euros, si únicamente hemos comprado ‘una’ acción, habremos ganado dos euros. Una cantidad irrisoria que, desde luego, no daría para comprar un Ferrari y una mansión. Si, por el contrario, invertimos 100.000 euros, habremos ganado 2.000 euros en media hora. Que una acción varíe su precio un par de euros en un día es mucho más que frecuente. Bastará repetir este movimiento varias veces para generar el suelo de un año en una tarde.
ES NECESARIO UN GRAN CAPITAL PARA LLEVAR LA VIDA QUE ELLOS LLEVAN
El problema es que, para llegar a ese punto, el usuario o cliente de estos cursos debe tener esos 100.000 euros disponibles de antemano. Y, lo que es más importante, debe estar dispuesto a perderlos, porque en cualquier inversión de este tipo podría perderse hasta el último céntimo. Es poco probable, pero no imposible, sobre todo si no se tienen los conocimientos adecuados sobre el funcionamiento de los mercados, no se utilizan correctamente herramientas como el stop loss (que permite cubrirse ante eventuales caídas de la cotización) y, sobre todo, se deja llevar por la avaricia o el miedo.
Es cierto que estos cursos o grupos privados suelen contemplar estas variables y enseñan a lidiar con ellas, pero la probabilidad de que hayamos pagado un elevado precio por una formación que no se ajusta a nuestra capacidad de sacarle rendimiento es alta. Si a eso añadimos que el usuario quiera saltarse pasos y opere apalancado, en corto o sin seguir una estrategia (incluso aquella por la que ha pagado), los finfluencers, ciertamente, pueden convertirse no en el camino más corto para una vida de lujo y riqueza, sino en una de deudas, pobreza y desesperación.
EL VERDADERO PELIGRO DE LOS FINFLUENCERS
El mundo de los influencers financieros está en pleno proceso de construcción, por lo que en estos momentos hay mucho ruido. Hay que recordar que la fiebre de la inversión en bolsa y criptoactivos se remonta al confinamiento de 2020, donde las horas de tiempo libre llevaron a muchos jóvenes (y no tan jóvenes) a comenzar a operar desde su smartphone. Es extremadamente fácil empezar a invertir en bolsa o criptomonedas gracias a plataformas como Degiro o Coinbase. Y, además, no existe un importe mínimo para comenzar a hacerlo. Si a eso se suma que muchos jóvenes se dejan llevar por las publicaciones, sugerencias o recomendaciones de los finfluencers, el resultado puede ser explosivo.
De hecho, muchos de estos gurús financieros comparten de forma gratuita sus operaciones, pero a toro pasado. La información en tiempo real la reservan para los grupos privados de Telegram, donde se puede acceder previo pago de una cuota mensual, en muchos casos. El problema es que conocer la operación bursátil varios minutos u horas después en realidad no sirve para nada. Salvo para entrar o salir del mercado a destiempo (cuando ha pasado la oportunidad).
En paralelo, las Autoridades ya están tomando cartas en el asunto, en parte para proteger a los mercados financieros… y a quienes se forran con ellos. Y es que las grandes bolsas de jóvenes armados con un smartphone y un foro constituyen un ejército financiero que, como ya se vio en el caso de GameStop -donde centenares de pequeños inversores impulsaron las acciones de la cadena de tiendas de videojuegos hasta límites insospechados-, supone dar ‘al pueblo’ un poder bursátil hasta ahora reservado a unos pocos elegidos.
Confluyen muchos intereses en una práctica que está cambiando las reglas del juego, y que muchos finfluencers también utilizan para manipular el mercado a su favor. A veces, anuncian una operación para promover un movimiento de compra o venta donde ellos están o no invertidos… y aprovechar ese movimiento brusco en su propio beneficio. Los seguidores de los finfluencers son mucho más que consumidores de un curso que financia una vida de lujo para el gurú: también son bots en un juego financiero que hay que saber jugar para ganar de verdad.