Descifrando a Ford: ¿por qué su transformación es mayor de lo que se piensa?
“La mayor transformación en la vida de la compañía”. La frase suena imponente para cualquier compañía, pero cuando el que lo asevera es Jim Farley, el consejero delegado de Ford, una firma que prácticamente es la precursora del automóvil, todavía lo es mucho más. Y es que la histórica firma de la automoción, que este año va a cumplir 120 años de edad, se va a separar en dos líneas de producto independientes: Ford Model, dedicada exclusivamente a la fabricación de coches eléctricos y Ford Blue, que amparará los últimos reductos de los modelos de combustión y electrificados.
Para Farley el objetivo es claro y evidente: «volver a ser una empresa verdaderamente grande que cambie el mundo, y eso requiere un nuevo enfoque«. También es un aviso importante (otro más) para la industria, ya que todavía está en los manuales de todo el mundo cómo fue Ford, a través de su primera cadena de fabricación (y la creación del Ford Model T), el sello que cambió todo para siempre. Ahora la intención es la misma, pero el reto puede ser incluso más difícil todavía.
El cambio ya se presumía no hace mucho cuando la compañía anunció que, a finales de la década, solo venderá coches completamente eléctricos en Europa. Además, preveía que para mediados de 2026 la totalidad de su gama de vehículos de pasajeros en Europa «será capaz de generar cero emisiones», es decir, eléctrica o híbrida enchufable, «pasando a ser totalmente eléctrica en 2030». Mientras, en cuanto a los comerciales, Ford estimó que lo conseguirá antes. En concreto, para 2024 también serán totalmente eléctricos o enchufables y pasarán a ser completamente eléctricos en 2030.
EL NACIMIENTO DE FORD MODEL: REINVENTANDO LA AUTOMOCIÓN
El centro de todo este cambio se ejecutará en torno al nuevo concepto de la firma: Ford Model. Y el motor serán los miles de millones de inversión que pretende mover. Sin ir más lejos, para el territorio europeo el grupo tiene la intención de inyectar cerca de 1.000 millones de dólares para modernizar su planta de producción en Colonia. El objetivo es que funcione a pleno rendimiento en 2023. Pero la intención del grupo va mucho más allá de su simple división, ya que el objetivo último es que funcione más como una startup que como un fabricante al uso.
Todo parte de la columna vertebral de Ford Blue. En el fondo es dónde están arraigados todos los conocimientos sobre todo lo relacionado con el automóvil. Pero para ser innovador hay que ir más allá, manteniendo la anterior base, y ahí es donde debe entrar esa capacidad de innovación que tienen las startups. Al fin y al cabo, una de las ventajas de este paso es que facilita los movimientos futuros en el terreno eléctrico y de servicios conectados, al ser más pequeña. Así, se podrán tomar más riesgos y los cambios de rumbo pueden ser más ágiles.
Por último, se debe crear el entorno propicio alrededor del vehículo eléctrico. Ford ha sido bastante escueto sobre su futuro, pero es evidente que la única manera de sobrevivir en el mundo del automóvil futuro es el de crecer en los servicios conectados. En otras palabras, los vehículos eléctricos no serán máquinas potentes que nos lleven de un lugar a otro, sino un software sobre cuatro ruedas cuyas funciones deben ir mucho más lejos que la simple movilidad. Ese, por ejemplo, es el concepto de Tesla y ahí quiere llegar Ford.