La Gran Familia Mediterránea de Dani García: de Ibai Llanos a las ‘cocinas fantasma’
Desde que en 2019 Dani García decidiese cerrar su laureado restaurante en Marbella, después de recibir la tercera estrella Michelin, el malagueño no ha parado de innovar. El cierre de Dani García Restaurante, según el chef, fue para acabar con el concepto de la alta cocina y acercar la gastronomía a muchas más personas.
“Mi sueño a partir de ahora es estar un domingo paseando por Marbella sabiendo que medio mundo está comiendo mi gazpacho de cereza o mi brioche de rabo toro”, afirmaba Dani García en 2019. Ahora, cuenta con varios restaurantes repartidos por todo el mundo donde da de comer a cientos de personas, tal y como quería García. Sin embargo, de todos sus proyectos, el más llamativo es La Gran Familia Mediterránea.
En 2020 vio la luz este novedoso concepto de comida a domicilio, que busca unificar los gustos de toda la familia. Con ese objetivo, aglutina seis tipo de cocina diferentes: cocina next-gen, brioches y baos, hamburguesas y parrilla, española e italiana, asiática y postres.
Aunque, sobre plano, La Gran Familia Mediterránea tenía todos los componentes para brillar por si sola, en los casi tres años de vida de este delivery, el chef malagueño siempre ha buscado nuevos colaboradores con los que hacer despegar su negocio. En un primer momento fue con Just Eat, que se encargaba de repartir los pedidos por Madrid, Barcelona y Marbella.
Para llevar LGFM al espacio físico se alió con Carrefour. De esta manera, el supermercado es el primer y único -de momento- lugar donde se pueden comprar todos los platos del delivery, además de su salsa Bull. Aunque por el momento solo está en San Sebastián de los Reyes, la idea de Dani García es expandirlo a todos los locales Carrefour de las ciudades donde opera.
La apuesta por los ‘streamers’, el gran impulso de LGFM
Sin embargo, si algo ha impulsado a La Gran Familia Mediterránea esto ha sido su menú next-gen, o lo que es lo mismo, The Gaming Family. Bajo este nombre se encuentran siete cartas de los streamers y creadores de contenido que más suscriptores tienen en España. Entre ellos figuran nombres como Ibai Llanos, Rubius o IlloJuan.
Los primeros que se sumaron a que sumaron a esta familia fueron Rubius, Vegetta y Wyllyrex con las ofertas ‘Dojo Rubius’, ‘Planeta Vegetta’ y ‘Willyrex Paradise’. En estos primeros menús destacan los perritos calientes y las hamburguesas. En estas primeras cartas no destacan platos demasiados gourmet, algo que sí que predomina en el resto.
Aunque también se han sumado DjMariio y Xokas, con quienes realmente Dani García ha conseguido batir récords ha sido con los menús de Ibai e IlloJuan.
El primero fue el del streamer malagueño, que basó su menú en una serie creada por Llanos llamada ‘Marbella Vice’ y que estaba basada en el juego Grand Theft Auto. En esta oferta sí se nota la mano del chef malagueño, ya que basándose en platos típicos de Málaga, como es bocadillo campero, García lo elevó a un bocado gourmet. La alianza entre IlloJuan y LGFM fue todo un éxito. Tanto, que en el primer fin de semana las ventas del delivery crecieron un 150% respecto a la semana previa a la comercialización del menú.
El último en sumarse a La Gran Familia Mediterránea de los citados ha sido Ibai Llanos hace apenas tres meses. Buscando repetir el éxito del malagueño, con el de Bilbao, además de recrear platos de País Vasco, también han querido darle un toque de sofisticación. Esto se puede ver en el perrito de Txuleta.
Los menús de todos los creadores de contenidos tienen el mismo precio. Las bebidas parten desde los 2 euros, las hamburguesas, perritos o bocadillos varían entre los 10 y los 15 euros, y los postres rozan los 10 euros.
Las cocinas fantasma: el gran problema de Dani García
Sin embargo, no todo lo que envuelve a La Gran Familia Mediterránea es positivo. Detrás de la luz de estos menús de celebrity, se encuentra un problema que ha dado más de un susto a Dani García: las cocinas fantasma. Aunque las tiene en otras ciudades, son las de Tetúan, en Madrid, las que más han molestado a los vecinos.
Tras meses de lucha, en agosto del pasado año los vecinos de la calle Morando, en el madrileño barrio de Tetuán, conseguían que el Ayuntamiento de Madrid ordenase el “cese y clausura” de las cocinas industriales de Dani García. Sin embargo, pocas semanas después, el chef malagueño volvía a la carga. Dentro de estas instalaciones es donde se cocinaban los menús que después Just Eat reparte bajo el logo de LGFM.
La normativa del Ayuntamiento de Madrid es clara: las cocinas industriales que se implanten en la capital en locales de uso industrial deben tener un máximo de 350 metros cuadrados, con la obligación de contar en el interior del establecimiento con zonas de espera, carga y descarga y estancia de los transportistas. El máximo de cocinas permitidas es de ocho y se prima su implantación en polígonos industriales, limitando su actividad en zonas residenciales para evitar un impacto negativo en el entorno.
Lo cierto es que García sí cuenta con licencia para poder disponer de estas dark kitchen, el problema es que, para tenerla en funcionamiento al lado de domicilios particulares, también debería de realizar una serie de obras para garantizar la salubridad y convivencia del vecindario; algo que, desde el Ayuntamiento, le pidieron que incluyese si quería volver a abrir.
Una de las medidas era elevar las chimeneas un metro, por encima del edificio, para alejar los humos. Sin embargo, los vecinos alertaron que esa obra perjudicaba al terreno. Es por eso que en el mes de noviembre, cuando LGFM quería comenzar esta obra, la policía comprobó que no tenía ni permiso ni declaración responsable para realizar esa obra, que tampoco contaba con la autorización de la comunidad de vecinos. Finalmente, los agentes impidieron que se ejecutase la obra.
Lo cierto es que desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid llevan desde 2021, cuando se instaló esta cocina, denunciando «el cúmulo de irregularidades» que rodean a este local de la Gran Cocina Mediterránea.