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¿Hacia una economía cuántica?

Miguel Ormaetxea| 7 de enero de 2021

Max Planck introdujo la teoría cuántica en 1900 y obtuvo por ello el Premio Nobel en 1918. Otros gigantes como Albert Einstein y Niels Bohr fueron extendiendo los trabajos sobre la física cuántica.

Lo esencial es anotar que en el mundo microscópico -los átomos, los fotones, etc.- no se aplican las leyes de la realidad macroscópica, que es la única realidad que conocíamos hasta ahora. Resulta que el universo es cuántico, lo cuál ha sido y está siendo una cura de humildad para el pensamiento científico. No somos observadores independientes y separados del universo, sino que somos parte íntegra de ese todo y cambiamos el objeto observado al hacerlo. Una partícula puede encontrase en infinidad de estados al mismo tiempo.

Es básico entender que la materia que forman las galaxias y nuestro universo supone tan solo una parte ínfima del Universo. El 99,999% del Universo es vacío. Muchos libros se han ido publicando en estos últimos años sobre las realidades cuánticas, desafiando y poniendo en solfa muchos saberes tradicionales. Por citar un libro, mencionaré a Henry Stapp en Universo Consciente, que afirma, entre otras cosas, que la conciencia humana crea la realidad.

Todo esto parece muy teórico, pero hay ya una base experimental muy robusta. Por ejemplo, la física cuántica ha entrado de lleno en la informática. Después de la revolución digital, la revolución cuántica puede ser la próxima etapa. La matriz de Google, Alphabet, está muy avanzada en sus investigaciones sobre la informática cuántica. También IBM tiene bastantes proyectos en marcha. Mencionemos también la National Science Foundation de Estados Unidos, que tiene fondos muy considerables para llevar adelante las computadoras cuánticas. Un bit cuántico es una especie de súper bit, de tal forma que 20 qubits cargan 20 millones de veces más que un bit. Se ha estimado que una computadora cuántica que usase 150 o 300 qubits tendría el poder de todas las computadoras convencionales que existen en el mundo ahora.

Después de la revolución digital, la revolución cuántica puede ser la próxima etapa

Por ahora, los ingenieros están trabajando para llegar a 30 o 32 qubits y parecen muy cerca de lograrlo. Incluso los 64 qubits están no demasiado lejos. Los expertos predicen un plazo no mayor de 5 años. China no podría quedarse atrás y su Internet cuántico se está construyendo en gran secreto. McKinsey informó en 2015 que, en ese momento había unos 7.000 investigadores en todo el mundo trabajando en la computación cuántica.

La economía dominante o neoclásica se basa explícitamente en la mecánica clásica del siglo XIX y cada vez más libros e informes piden una urgente actualización de la economía que domina el mundo, que ha demostrado tener muchos efectos perniciosos. Hay que subrayar que una persona económica cuántica debe colaborar desinteresadamente con otras personas para lograr una Nueva Economía donde la ética debe jugar un papel capital. Necesitamos urgentemente empresas que se planteen una actualización cuántica de sus metas. Esas empresas serían así como «compañías-luciérnagas». Alumbrarían y marcarían el camino a otras empresas o instituciones para recorrer o explorar el apasionante mundo de la economía cuántica. Todo un mundo por descubrir para los gerentes y los directivos más adelantados.

Recordemos que el 99,999% del Universo es espacio vacío y nuestro espacio interior es tan inmenso como el universo. Este Universo donde estamos tiene cerca de 2 billones de galaxias y está en plena expansión. Hay mucho espacio para explorar ahí fuera.

Los empresarios comprometidos con las vanguardias deberían empezar a investigar sobre las inmensas posibilidades de una economía cuántica.

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