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Ibercaja prepara su futuro fuera de Aragón

Pedro Ruiz| 13 de mayo de 2025

Pocos sectores han cambiado tanto en los últimos años como el bancario. Si no, que se lo digan a Ibercaja. En pleno 2016, la caja de origen aragonés se congratulaba de haber aumentado notablemente su cuota de mercado, aprovechando el proceso de consolidación de la banca española. Incluso, su principal eje estratégico era seguir creciendo. Pero no sería así por mucho tiempo. Y es que otra revolución que precisamente empezó a consolidarse entonces, la banca digital, se convertiría en la principal amenaza del grupo y sus homólogos tradicionales. De hecho, casi una década después la cuota de mercado del banco se apaga de forma acelerada, especialmente en su propia casa, Aragón.

Tanto es así, que la entidad se ha visto obligada a actuar para cambiar el rumbo de su negocio. Hace unos días, Ibercaja anunció una vuelta a sus orígenes. Eso implicaba, por un lado, retomar su imagen y colores corporativos históricos que había abandonado años atrás. Por otro lado, la directiva del banco readaptó su mensaje con la intención de volver a percibirse como una entidad de cercanía. «Somos una de las dos entidades españolas —junto a Kutxabank— cuyo capital se distribuye íntegramente entre fundaciones procedentes de antiguas cajas de ahorro», explicó el consejero delegado, Víctor Iglesias, durante la presentación de su nueva campaña.

No obstante, las medidas parecen más bien un plan desesperado, que una realidad. Al fin y al cabo, la regionalidad que antes funcionaba muy bien porque permitía una capacidad fuerte de fijación de precios, ahora en un entorno digital pierde su lógica. De hecho, los datos de los últimos años muestran el difícil escenario al que se enfrenta.

IBERCAJA ESTÁ DESAPARECIENDO DE ARAGÓN

La principal fortaleza de Ibercaja sigue residiendo en su poder de mercado sobre unas pocas regiones españolas: las comunidades de Aragón, principalmente, y La Rioja junto a las provincias de Guadalajara, Burgos y Badajoz. En ellas, el banco acumula el 59% de sus clientes y de su volumen de negocio. Se podría decir que en ellas, la entidad se beneficia de una cuota de mercado elevada que le ofrece una ventaja comparativa respecto a sus competidores. No obstante, en los últimos años esa cifra ha ido cayendo. De hecho, en 2018 ascendía al 63%, lo que supone una caída del 6,3%. Eso se debe a que la cuota de mercado sumada en las regiones se ha hundido un 18,1% en depósitos y hasta un 20,8% en créditos.

En el mercado de crédito, la caída es del 21,2%, lo que ha provocado que caiga por debajo del 30% (hasta el 26%). Eso significa que Ibercaja ha perdido ‘su monopolio’ en Aragón.

No obstante, lo más preocupante para la directiva es que la caída más acusada es en Aragón, el punto neurálgico de Ibercaja. Incluso, los datos son sangrantes: en el mercado de crédito, la caída es del 21,2%, lo que ha provocado que caiga por debajo del 30% (hasta el 26%). Eso significa que Ibercaja ha perdido ‘su monopolio’ y con ello una parte importante de esa fortaleza en la fijación de precios.

En cuanto al mercado de depósitos, la caída ha sido menos brusca, con un 15,2%, al ser un mercado menos volátil, aunque también es preocupante por dos motivos: primero, porque un 15% es una cantidad importante. En segundo lugar, porque se está acelerando; de hecho, entre 2023 y 2024 se redujo el doble que entre el 2020 y el 2023.

¿CÓMO AFECTA AL NEGOCIO ESA DINÁMICA DE MERCADO?

Pese a que lo anterior ya de por sí es preocupante, hay un elemento todavía más perturbador: Ibercaja ha perdido más cuota de mercado que la reducción de oficinas realizada. Una de las consignas de las entidades tradicionales es la de ir cerrando sucursales a medida que gana peso su venta de productos por canales digitales. Con ello, no solo se compensa una y otra, sino que se gana eficiencia y rentabilidad. Pero en este caso contrasta que la caída de la cuota de mercado en crédito haya sido del 21,2%, pese a que ‘solo’ se ha reducido un 15,2% el número de sucursales en Aragón (de 388 a 329, con datos a 31 de diciembre). 

Lo anterior demuestra que es muy difícil replicar las bondades del modelo de banca regional en un contexto digital. Más si cabe, cuando ese modelo es de casi monopolio. Al fin y al cabo, la dinámica del crédito es muy volátil, mucho más que el mercado de depósitos. De hecho, todas las entidades están reforzando notablemente sus equipos de captación de crédito a través de canales digitales. 

Ibercaja

Y lo peor es que toda está dinámica no ha hecho más que empezar. Si bien es cierto que tanto algunos bancos digitales como otros tradicionales han incrementado notablemente la competencia en el mercado del crédito en los canales digitales, especialmente en hipotecas, también lo es que este fenómeno no ha hecho más que comenzar. Próximamente llegarán actores digitales muy potentes como Revolut o N26, entre otros, que tienen ya un número importante de clientes. Además, en unos años la competencia debería ampliarse a gigantes bancarios europeos y quizás los gigantes tecnológicos.

¿PODRÁ AGUANTAR IBERCAJA EN SOLITARIO?

En un contexto como el actual, la situación es difícil. Así, la directiva ha decidido dar portazo definitivo a la posible salida a Bolsa con la que llevaba jugando Ibercaja varios años. Un movimiento que se debe tanto a las dificultades de mercado que atraviesa el banco como por la competencia feroz que sigue lastrando la cuota de mercado del grupo. Y no es solo en Aragón, sino en toda España. Ese lastre podría afectar a la valoración de la entidad, lo que lleva al segundo gran problema: podría ser opada por otro banco (véase la situación de Banco Sabadell).

Por ello, la Fundación Ibercaja prefiere mantener el control, de tal forma que se garantice tener capacidad plena de veto ante cualquier operación. Eso es importante, porque hay que recordar que las fusiones bancarias todavía siguen una lógica de eficiencia a través del cierre de oficinas. En este sentido, la entidad sería una buena adquisición para cualquier otra con un encaje geográfico similar. Por último, en caso de fusión negociada, al tener la Fundación un porcentaje muy elevado del capital se aseguraría un fuerte control sobre el banco resultante casi en cualquier escenario.

En definitiva, con el paso de los años y el asentamiento del negocio bancario digital, las apuestas regionales de los bancos pierden cada vez más su lógica. Eso se ve, por ejemplo, en el caso de Unicaja, la entidad con peor evolución bursátil en España. En el caso de Ibercaja, muy probablemente le obligará a ir dejando de lado ese modelo y con ello su epicentro natal: Aragón

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