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Iberdrola vacía sus pantanos al nivel más rápido de su historia

Pedro Ruiz| 17 de agosto de 2022

Iberdrola es un caso curioso dentro del panorama eléctrico español. La compañía puede presumir de ser uno de los referentes mundiales en el sector. Además de una de las mejores colocadas en cuanto a desarrollo de capacidad renovable. Pero sus prácticas discutibles, en algunos casos ilegales, la han colocado en muchas ocasiones en el disparadero público y otras veces directamente en los tribunales. Y así, durante este verano, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán ha alimentado (una vez más) el temor al desabastecimiento de agua en muchas zonas, tras vaciar sus pantanos a toda velocidad, hasta niveles nunca vistos.

Así, la compañía informó de que el nivel de reservas hidroeléctricas -léase también agua en sus embalses- que mantenía a 30 de junio era de apenas el 39,5%. Una cifra excesivamente baja y que se debe, en su mayor parte, a la política de la compañía de consumir agua para acrecentar sus ganancias. De hecho, ese porcentaje del 39,5% era a 30 de junio hasta siete puntos básicos más bajo que la capacidad media de todos los embalses a nivel nacional. En concreto, a 28 de junio, el agua embalsada se situaba en el 46,3% de su capacidad con 25.968 hectómetros cúbicos, mientras que los pantanos explotados por Iberdrola estaban por debajo del 40%.

Para entender lo que supone ese porcentaje tan bajo se puede recurrir a la actualidad. No ha sido hasta mediados de agosto cuando el nivel medio de los embalses españoles ha caído al mismo nivel que tenía ya Iberdrola a 30 de junio. En otras palabras, los pantanos que siguen la política de la compañía llevan cerca de un mes y medio de adelanto en volumen de agua perdida frente al resto. Eso supone un problema importante, ya que las localidades aledañas a los mismos se han visto abocadas a limitaciones desde el comienzo del verano, mientras que en el resto ha sido más progresivo.

 

DE AQUELLOS POLVOS, ESTOS LODOS

Pero, ¿cómo es posible esa diferencia tan grande entre los pantanos que regula Iberdrola y el resto? Y más hasta el punto de que sea un nivel históricamente bajo. De hecho, ese 39,5% está por debajo de otros años con mucho estrés hídrico como el 2017, cuando esa cifra era del 40,5%. 

Para dar una respuesta solvente hay que retroceder un par de años. Además de no perder de vista otros factores exógenos que han forzado en cierto sentido a Iberdrola. Entonces, volvamos al 30 de junio de 2020. Para entonces, el precio de la luz no era excesivamente alto, por lo que no había necesidad de utilizar en exceso los recursos hídricos; al fin y al cabo, la demanda por la pandemia era bastante inferior a otros años. El resultado es que la producción hidroeléctrica apenas alcanzó los 7.808 GW en los seis primeros meses del año. Más tarde, pasó el verano y las lluvias rellenaron unos pantanos que estaban en niveles aceptables.

 

A 30 de junio, los embalses de Iberdrola apenas tenían el 39,5% de su capacidad, mientras que en el resto de España era del 46%.

 

Pero con el 2021 llegaron las primeras tensiones en el precio de la luz. Una oportunidad perfecta para hacer mucho dinero aprovechando que los pantanos tenían bastante agua. Así, a medida que la factura de la luz se disparaba Iberdrola tiraba más agua para generar electricidad. Solo en el primer semestre de ese año se llegaron a producir 15.942 GW por generación hidroeléctrica; eso es el doble que hacía un año. Para entonces, las reservas hídricas en los pantanos de Iberdrola eran del 56%, mientras que en el resto de España era del 59%.

 

IBERDROLA: RÉCORD EN VACIAR PANTANOS Y TAMBIÉN EN BENEFICIOS

Aunque eso sería solo una muestra de lo que estaba por venir. Las fuertes olas de calor en verano llevaron el precio de la luz hasta máximos no vistos nunca. Iberdrola, en ese momento, entendió que podía hacer el negocio de su vida y se lanzó a vaciar literalmente sus pantanos. En concreto, si la reserva hídrica en sus embalses a 30 de junio era del 56%, tan solo tres meses más tarde esa cifra era de un escueto 35%. Para entonces, la media nacional era del 41,8%, por lo que en ese intervalo de tiempo ya se explica la diferencia de por qué los pantanos de la compañía energética estaban mucho más vacíos.

Una vez visto de dónde parte ya la diferencia la siguiente pregunta es: ¿Por qué actuó (y actúa) así Iberdrola? Obviamente la respuesta es maximizar sus beneficios. A medida que el precio de la luz es más alto, mayores son las ganancias de utilizar generadores de electricidad sin costes de aprovisionamiento como el agua y el viento. En concreto, la firma que dirige Sánchez Galán obtuvo un beneficio neto récord de 3.885 millones de euros en 2021, lo que supuso un 8% más que en 2020. Unos beneficios récord que le auparon durante bastante tiempo a ser la empresa con mayor valoración bursátil de España, con un valor de 71.000 millones.

 

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola

 

Esos beneficios, sin embargo, atrajeron la mirada de políticos, reguladores y de la propia opinión pública. Primero, por su abusivo ímpetu en vaciar los pantanos. A medida que la compañía se obcecó en esa misión empezaron a presentarse investigaciones por “secar” literalmente algunos pantanos. Uno de los más seguidos fue la política seguida en el embalse de Ricobayo, en Zamora, en el que intervino el propio Ministerio de Energía, ahora llamado para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Pero también hubo otras, por ejemplo, en Galicia para los As Portas y Cenza.

 

LOS PANTANOS INVESTIGADOS DE IBERDROLA MEJOR QUE EL AÑO PASADO

Curiosamente, todos esos pantanos de los que se encarga Iberdrola y que están siendo (o han estado) investigados tienen un aspecto mucho mejor que hace un año. Además de estar cerca de la capacidad media de los embalses españoles. Así, por ejemplo, el del Ricobayo, que tantas críticas le valió a la compañía, tiene actualmente una capacidad hídrica del 38,95%, mientras que un año antes apenas llegaba al 12%. El de As Portas está en el 23,51%, mientras que en la misma semana de 2021 superaba ligeramente el 16%. Por su parte, el de Cenza está en el 32,5%, una capacidad que es más del doble de lo que tenía hace un año, cuando tenía el 15%.

En definitiva, pese a que en algunos casos las investigaciones se resolvieron a favor de Iberdrola, la compañía parece haber preferido no buscarse más problemas. Al menos, en los embalses en los que se le mira con lupa, mientras en otros sigue vaciándolos. Pero el agua, como todos los recursos, no son infinitos, y sin lluvias los excesos del pasado terminan pesando. De hecho, en 2022 la producción hidroeléctrica ha tenido que reducirse dramáticamente por la falta de agua, lo que supone un mayor coste para Iberdrola (en aprovisionamientos principalmente de gas) y la luz más cara para los españoles. Aunque la pregunta es: ¿Hasta cuándo podrá seguir así la situación?

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