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Iciar Bollaín: Consigo misma

Coche Echarren| 8 de octubre de 2020

Tal vez la lista de películas en que ha trabajado como actriz sea más extensa que la de su filmografía como directora. Pero es esta última faceta de su carrera la que le ha llevado más lejos. Sus películas han traspasado las fronteras de nuestro país y le han permitido mostrar su profundo compromiso con causas indudablemente justas. Iciar Bollaín está de estreno. Y esta vez, en La boda de Rosa, protagonizada por Candela Peña y con música de Rozalén, habla de un tema que ocupa, cada vez más, las páginas de los periódicos: la celebración de bodas en que uno se casa consigo mismo. O, dicho de otro modo, el problema de una sociedad que promueve el egoísmo, pero no el amor y el respeto por uno mismo.

¿Por qué elegiste este tema?
Fue por una noticia que vi en The Guardian, en la que se hablaba de una mujer que había realizado una boda de este tipo. Empecé a prestar atención y descubrí que había mucha más gente haciéndolo, en muchas partes del mundo. Me pareció que era un gran tema.

¿Por qué una boda con uno mismo se hace en un acto social?
Yo también me pregunté eso al principio pero es que esto es justo lo más interesante. Cuando uno -tras un autoexamen, un trabajo de análisis y descubrimiento de los deseos propios y las decisiones que en realidad se han tomado solo por contentar a los demás o cumplir con sus expectativas- decide dar el paso de prometerse a sí mismo respeto y amor, lo social es muy importante. Porque, igual que en la boda de dos, las palabras que se dicen en alto, las promesas que se hacen ante testigos, adquieren otro peso. Se trata de un ritual, con la trascendencia que tiene todo rito, con la fuerza del símbolo. Todo esto tiene una parte muy lúdica, es una celebración, pero tiene también otra muy seria.

¿Se están casando consigo mismas más mujeres que hombres?
No creas. Aunque en principio podía ser así porque nos ha caído el papel de cuidadoras y parece más fácil que nosotras necesitemos una revisión de nuestros verdaderos deseos, los hombres también sufren mucho el peso de las expectativas sociales, y las de sus padres… es algo universal.

¿También en las rutinas de belleza se está produciendo un cambio? ¿Estamos empezando a entenderlas como algo que se hace para uno mismo?
El papel de la mujer incluía la obligación de ser bella y esto está cambiando. Ahora hemos descubierto el placer de hacer las cosas que llevan a la belleza para nosotras mismas. Se está produciendo algo muy curioso y cada vez más común: una tendencia a las ‘autocitas’. Esto consiste en algo así como quedar con uno mismo para hacer las cosas para las que creías que debías estar acompañado. Invitarte a cenar a tu sitio favorito, vestirte con lo que te apetece, arreglarte… Toda esta corriente puede entenderse como egoísta pero sería una visión errónea. En realidad, en la base de poder hacer bien a los demás siempre ha estado el amor por uno mismo. Estar preparado para dar, exige un buen nivel de generosidad con uno.

¿Qué tal la vuelta con Candela Peña?
Habían pasado 17 años desde la última vez que trabajamos juntas. En el camino nuestras vidas han cambiado mucho, hemos tenido hijos las dos. Pero me ha parecido que sigue igual: fresca, directa… es un pedazo de actriz.

¿Qué es para ti la belleza?
Es algo que está en todo: en la naturaleza, en el arte, en las personas… es esa cosa extraterrenal que nos toca, nos alimenta y nos conmueve. Algo que aporta al espíritu.

Tu canción.
La cumbia de Rozalén para La boda de Rosa. Es un himno, un “vamos p’alante”. Ella flipó cuando la llamamos porque justo estaba escribiendo un tema sobre el amor por uno mismo cuando le hablamos de nuestro proyecto. Y así nació esta canción preciosa: Que no, que no.

¿Cuáles son tus trucos para manejar las inseguridades?
Ay, las inseguridades… Qué cosa tan complicada. Además, con la edad, algunas no se van. A mí lo que más me ayuda es imaginarme a mí misma dentro de tres años, mirar en perspectiva, salir de mi cabeza. Es un poco como ¿esto me importará mucho dentro de un tiempo? También me ayuda la naturaleza. Mirar una montaña y pensar: “pase lo que pase, ella seguirá ahí”. Realmente las únicas
cosas graves son no poder mantener a tu familia, la enfermedad y la muerte.

 

>>Podrás leer la entrevista completa a Iciar Bollaín en el número de septiembre de la revista Influencers.

 

Por Coché Echarren

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