Instagram perjudica seriamente tu salud (lo dice Facebook)
Un documento interno de Facebook revela que Instagram genera malestar en la salud mental de chicas jóvenes debido a la exposición que tienen a cuerpos perfectos e inalcanzables en la red social.
¿Es Instagram malo para la salud? La red social más popular del momento -con permiso de TikTok- es un álbum de fotos de vidas perfectas. En realidad, todo es perfecto en Instagram. Todo el mundo es modelo, todo el mundo es rico, todo el mundo está enamorado y todo el mundo es feliz. Es más, en Instagram todo el mundo se pasa el día viajando (y no de cualquier forma: se hospeda en los mejores hoteles y visita los lugares de ensueño). Y, por supuesto, todo el mundo desayuna, come y cena en los locales de moda. Y visten los últimos modelos disponibles. Entre yates, fiestas, chalés, cochazos, joyas, famosos…
Vidas perfectas, pero ¿reales?
Instagram es una oda al hedonismo. No es malo per se, pero sí cuando todo eso es, en realidad, falso. Porque esas vidas perfectas no existen. Los coches y yates son alquilados, muchos influencers online comen y se alojan gratis en esos lugares de moda y gran cantidad de las fotografías están retocadas hasta el extremo. El problema es que muchas personas, sobre todos los más jóvenes, no comprenden que esas vidas de ensueño no son reales.
Algunos trucos son tan sencillos como alquilar esos lujos. Otros, un poco más elaborados: hay influencers digitales, o aspirantes a serlo, que en su visita a Singapur reservan una noche en el Marina Bay Sands, el icónico hotel de lujo distribuido en tres peculiares rascacielos con una piscina en la azotea que los une. Aprovechan su estancia (por la que pagan alrededor de 300 euros) para hacerse decenas de fotografías con diferentes vestimentas, para que parezca que se han hospedado durante varios días. Después de su primera noche, continúan su estancia en Singapur en un hotel de menor entidad. Quizás un hostel, quién sabe.
Instagram podría estar perjudicando la salud mental de chicas jóvenes y adolescentes
El caso es que los documentos internos de Facebook demuestran que la compañía sabe que estas (falsas) vidas de lujo están generando problemas en algunos usuarios. Concretamente, en chicas jóvenes y adolescentes. Y es que el 32% de las mujeres que se sienten mal con su propio cuerpo, se sienten aún peor después de revisar su feed. La red social lo achaca a que se comparan. Es difícil no hacerlo, ya que esas vidas muestran lo aspiracional. ¿A quién no le gustaría pasar sus vacaciones en un yate, entre mariscadas, comprando la última moda o conduciendo un deportivo?
El problema más grave no es solo que Instagram genera ansiedad en estas personas, sino que otro documento, desvelado por The Wall Street Journal, destaca que hasta el 13% de los jóvenes que han pensado en suicidarse en el Reino Unido tenían alguna relación para hacerlo con Instagram. Pero es muy difícil probarlo, y aún menos culpar a la red social por un comportamiento humano cuyas causas están en otro lado: en la lucha por ganar seguidores y la rentabilidad asociada a ello. No en vano, son las marcas y anunciantes los que apuestan por perfiles con un gran número de seguidores. Algo lógico y obvio que se alía con la posibilidad de que cualquier persona se cuente entre los elegidos.
El problema de Instagram es que cualquiera podría terminar siendo famoso y todos arrancan en el mismo punto de partida. Después, simplemente se abre una competición para lograr llegar a la cima, donde solo importa ganar más seguidores en Instagram. Por el camino da igual el método, e inventarse una vida es uno de los más sencillos, aunque el coste a cambio de promocionar unos productos sea llevarse a otras personas por el camino.