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Instagram podría ser el verdugo de la fotografía editorial

Redaccion| 6 de abril de 2017
Chiara Ferragni (@blondesalad) para Vogue

La disrupción tecnológica ha tenido consecuencias en todos los sectores empresariales, en algunos de ellos ha sido integrada más rápidamente, mientras que otros aún buscan la forma de enfrentarse a ellas. Precisamente, en el sector de la moda, por haber estado siempre mucho más ligado a la creatividad que a la tecnología como tal, supone un gran reto, sobre todo con el auge de las redes sociales y de los influencers de moda, que pueden suponer tanto una ventaja como un problema.

La proliferación de firmas, cadenas y prendas en la Red han ayudado a dar visibilidad a infinidad de marcas, sin embargo, la producción editorial de moda corre peligro: sobre todo la fotografía. Instagram y las nuevas exigencias de sus usuarios reclaman más de una foto al día de sus influencers favoritos, este hecho ha generado que se tengan que hacer más fotos en menos tiempo. Este tipo de “fast fotos” en red compite actualmente con la fotografía editorial de moda, la cual requiere un mayor tiempo de producción y es mucho más costosa.

¿Qué tiene hoy en día más valor una foto editorial o un selfie? La crítica que está recibiendo actualmente el mundo de la moda por la utilización de prototipos no reales ligado a una búsqueda por los usuarios de redes sociales de frescura y autenticidad, ha provocado que una foto en instagram, un selfie, tenga una mayor repercusión que una foto editorial. María Lemus, diseñadora de la marca Maria Ke Fisherman, contaba a El País: “A mí una foto editorial bonita me parece que me sube el producto mucho más. Pero, al final, el típico selfie del baño muestra una forma más normal de llevar la ropa y en ventas eso te ayuda”. Como consecuencia, el valor de estas imágenes cotiza al alza.

Aunque la tienda física sigue siendo el principal punto de compra, los consumidores en España reclaman poder interactuar y comunicarse con las marcas a través de diferentes canales -como site corporativo, tienda online, apps, redes sociales…- De hecho, la omnicanalidad (a través de estos canales) ya supone el 40% de las compras del sector, según el Informe de la Asociación de Creadores de la Moda en España (ACMC). Apps como 21 Buttons, que permiten ganar dinero por compartir tus looks, ya que enlaza directamente tus prendas con la tienda de la que provienen, permiten que bloggeros e influencers puedan dar visibilidad a ciertas marcas de moda. Cuando se trata de alguien con muchos seguidores, puede llegar a ganar hasta 3.000 y 5.000 euros por una foto. Aún así, no todas las marcas pagan, ni todos los influencers cobran.

Ana Murillas, reconocida estilista del panorama editorial, se muestra muy crítica con este tema: “Da igual la calidad, solo quieren visitas y cada vez hay que hacer más fotos en menos tiempo: para Instagram, para la web… Y, al final, tienes 50.000 fotos de mala calidad en lugar de tener 4 que sean impresionantes. Es el fast food de la moda. Es horrible el poco valor que se le da a cualquier cosa artística, a algo bien hecho”, sentencia.

Patricia Lajara Camacho

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