La torre de 8 metros se erige en un parque de la ciudad china de Tianjin. Allí, crea una burbuja de aire limpio de un radio de 20 metros. Es básicamente un purificador de aire gigante.
La torre, diseñada por Daan Roosegaarde en 2015, aspira el aire que la rodea. Puede eliminar hasta el 70% de las partículas contaminantes PM10 y hasta un 50% de las partículas PM2.5, ambas tremendamente nocivas para el ser humano y con capacidad para adherirse a los pulmones. Al filtrar estas partículas, el aire limpio expulsado se mezcla con el aire contaminado del exterior. Esto da como resultado un aire un 45% más limpio en las inmediaciones de la torre.
En 2016 fue instalada de manera temporal en Beijing. Los resultados arrojados por ese experimento no fueron muy prometedores, pero nuevos estudios sobre la efectividad de la torre, usando métodos de medición más avanzados, se han mostrado más optimistas.

Alcance efectivo del dispositivo
Si bien el corto alcance de la torre hace que su implementación a gran escala se poco práctica, es parte del proyecto del neerlandés Smog Free Project , una iniciativa más grande centrada en la eliminación de la contaminación atmosférica. El proyecto, pretende usar una serie de soluciones puntuales (como una bicicleta que se come el smog), o joyas fabricadas con la polución para concienciar) mientras se alcanzan soluciones a más largo plazo, como el mayor uso las energías renovables.
El creador muestra en un vídeo una bolsa llena con una sustancia negra. Afirma que eso es lo que están recogiendo del cielo, y que equivale a fumar 17 cigarrillos. «Es una locura, nunca dijimos que sí a esto ¿dónde está el futuro brillante que imaginábamos?» Ciertamente, la contaminación nos muestra la cara sucia del progreso, pero con iniciativas como esta, quizá haya esperanza.
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