IRENE VILLA: “De niñas todas queríamos ser princesas, pero yo conocí a una princesa y ya no quise serlo”
En 2005 había terminado tres carreras: Psicología, Comunicación Audiovisual y Humanidades («La Universidad fue la mejor etapa de mi vida»). Y hasta 2019 ha publicado cinco libros que ayudan a los demás a superar momentos difíciles y vive volcada en la motivación de los que sufren. Conferenciante de BCC Speakers, es perfeccionista cuando elabora sus ponencias que graba y escucha antes para aprendérselas de memoria. En los congresos sobre salud pone «fotos horribles de mis operaciones» y si participa en un congreso sobre valores, busca «motivar y dar fuerza a los que van a escucharme» y siempre acaba con un emotivo vídeo que resume su vida, porque «cada uno tiene su historia, pero todos tenemos en común algo que superar y no importa las veces que te caigas, sino las que te levantes».
Tienes una imagen de heroína sin fisuras, pero tendrás momentos bajos. ¿Cómo haces para mantenerte en positivo?
Claro, yo también lloro mucho… Nadie está libre de que le ocurra algo que mengüe su autoestima, pero lo que nunca falla son los valores humanos. Si haces las cosas con respeto, amor y comprensión, no te vas a equivocar. Hace poco tuve un problema grande, porque parecía que no iban a poder ponerme un tornillo que necesitaba en la pierna. Entonces, tú crees en los médicos, pero si los médicos no te salvan… pues cree en Dios, en una fuerza mayor. En ese caso tuve que usar otra fortaleza, que es la espiritualidad y la fe. En otros momentos me ha servido el deporte. Al final, los valores de toda la vida son los que nos hacen felices: perseverancia, constancia…
¿Hay algo infalible que siempre practiques?
Nunca salgo de casa sin la sonrisa. Con algo tan simple, pero tan contagioso y transformador de tu día como sonreír, lo tienes todo ganado. Lo básico es pensar que la vida es como tú quieres que sea: una tortura o un regalo.
Te habrás tenido que emplear a fondo en situaciones como tu divorcio.
Lo he superado porque creo que estamos en la vida para ser felices. Tuvimos claro que nuestros hijos eran lo principal, tenemos la custodia compartida y eso es lo que importa. El ejemplo de mi madre, que se divorció a los ocho años de casarse, me ayudó mucho. Divorciarse no es el fin del mundo. El fin del mundo es vivir la vida que no deseas, ser infeliz y no dar lo mejor de ti.
Dime algún caso en que hayas sentido que ayudabas de verdad a alguien en concreto.
Una persona me llegó a decir que, gracias a mi libro Saber que se puede, no se había suicidado, y eso ha sido muy fuerte. Lo escribí hace un montón pero ahora lo he actualizado hablando de mi divorcio y el otro día, en el baño de un restaurante, me dijo una mujer «No sabes lo que me estás ayudando con mi divorcio».
Yo, que no quería divorciarme, a lo mejor lo he tenido que hacer para ayudar a esa persona.
¿Cómo usas las redes sociales y qué significan para ti?
Me gusta contestar a la gente que me pide ayuda, pero me vuelvo loca con tantos canales. Los mensajes que me ponen en Instagram… que no se sienta nadie ofendido si no respondo algunos, pero es que no me da la vida.
Cuando empezó Twitter dije «¡qué bien, ya nadie va a manipular lo que diga!, ¡voy a elegir yo los titulares y a decir lo que quiera, que para eso soy periodista!». Y en Instagram me gustaba enseñar mi vida y a mis hijos, pero luego dejé de sacarlos y los seguidores me bajaron mogollón. Todos los días pongo un texto motivador para contagiar lo que a mí me sirve y ayudar, que es mi objetivo con las conferencias y en todo lo que hago. No entro en polémica ni he bloqueado a nadie y tampoco hablo de política o de otras personas. Respeto a todo el mundo.
¿A quién consideras influencer y quiénes lo han sido para ti?
Influencer es alguien que te toca el corazón de alguna forma y al que quieres imitar, como un buen líder en una empresa que inspira, ayuda, se arremanga y trabaja en equipo. Una persona que se entrega con pasión y con integridad.
En mi caso, he conocido tanta gente… Desde luego, mi madre, que es amor en estado puro y su fuerza interior y su alegría contagian a todo el mundo. También me impactó muchísimo conocer a Lady Di cuando yo tenía 13 años. De niñas todas queríamos ser princesas pero yo conocí a una princesa y ya no quise serlo, porque la vi triste. En el otro extremo, me encantó la Reina Sofía, que me pareció una tía muy sencilla y muy natural.
Y después, deportistas como el mallorquín Xavi Torres, que nació sin brazos ni piernas y es la leche como persona, como deportista y como entrenador. Un gran influencer que ha ganado todas las medallas del mundo en natación paralímpica y tendría que ser mucho más famoso de lo que es.
¿Qué mensaje podemos dar para que un adolescente no haga cosas como quitarse ropa por conseguir unos likes?
El hecho de que su autoestima dependa del número de likes es para hacérnoslo mirar todos. Los padres debemos vigilar su autoestima y decirle que ese mundo es irreal y lo que importa es mirarse a los ojos, hablar y jugar con la otra persona. Que no se conviertan en seres tan extremadamente digitales que luego carezcan de habilidades sociales.
Sí reaccionaste a cierto chiste de mal gusto sobre ti…
Puede encontrar la entrevista completa en el número de septiembre 2019 de la revista Influencers.
Texto: Juan Carlos de Laiglesia
Fotos: Fernando Bosch
Maquillaje: Coral Pacheco
Peluquería: Charly C. Jiménez
Vestuario: Teria Yabar