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Jancis Robinson: «Cómo hacerse experto en vinos en 24 horas»

Marketing| 16 de febrero de 2019

La critica de vinos inglesa con cuarenta años de experiencia y una opinión mundialmente respetada, escribe semanalmente en el Financial Times, asesora la bodega de la reina Isabel II y acaba de publicar Experto en vino en 24 horas, un impagable manual para todo buen aficionado.

¿Qué es el vino para usted?

La bebida más deliciosa, estimulante, variada y exasperantemente complicada del mundo. Te alegra, hace que tus amigos parezcan más simpáticos y está riquísimo con la comida.

¿Cómo se debe catar un vino?

Como los profesionales, y resulta fácil hacerlo en casa.

Paso 1: Observar el vino. Alejar la copa e inclinarla, a ser posible contra un fondo blanco o claro. Observar el color del vino en el centro y en el borde. En vinos tintos maduros, a menudo hay una clara diferencia de color.

Paso 2: Oler el vino, que es lo más importante de una cata. Todo sabor se percibe como aroma, porque nuestro mecanismo de cata más sensible se encuentra en la parte superior de la nariz.

Paso 3. Entrada en boca: Las papilas gustativas de la boca nos dan una idea de las dimensiones de un vino: acidez, dulzor, tanino, alcohol…

Una pista que se deba mirar en la etiqueta.

Buscar vinos embotellados lo más cerca posible del lugar donde se cultivaron las uvas. Hay que desconfiar, por ejemplo, de un vino de Nueva Zelanda embotellado en el Reino Unido. Mucho vino se distribuye a granel por el mundo, y eso puede resultar ecológico para vinos baratos, pero cualquier productor serio insistirá en embotellar él mismo sus vinos. En las etiquetas francesas, debe poner: «Mis en bouteille au domaine/château».

¿Y algo de lo que haya que desconfiar?

Sí, de las contraetiquetas demasiado específicas en su descripción del sabor y los maridajes recomendados. Puede ser un síntoma de exceso de marketing. Prefiero que detallen cómo se elaboró el vino.

¿Qué hacer para que un restaurante no nos time con el vino?

Históricamente, el mayor beneficio de los establecimientos procedía de la venta de bebidas alcohólicas porque se pensaba que era más fácil que la gente supiera el precio de un filete que el de una botella de vino concreta. Pero con la generalización de los smartphones, la web Wine- Searcher.com (con lista de precios al por menor de todo el mundo) y aplicaciones como Raisinable, a los restauradores les resulta cada vez más difícil embaucar a los consumidores.

Y no tiene que avergonzar pedir alguno de los vinos más baratos de la carta; solo los oligarcas y magnates del petróleo a los que no les importa tirar el dinero, optan por las opciones más caras.

Por último, denos un consejo para comprar sin equivocarse.

Hay grandes paralelismos entre las tiendas de vino y las librerías. Igual que podemos explicar a un librero lo que nos gusta y lo que no para que nos haga una recomendación personalizada, es buena estrategia explicar a un profesional del vino lo que nos gusta y pedirle que nos recomiende algo parecido pero mejor, más atrevido o a mejor precio. Por eso tiene sentido apoyar las tiendas especializadas, que de verdad entienden y se preocupan por cada botella que venden.

 

Por J.C de L.

 

 

 

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