Joaquín: «No hay cosa más bonita que hacer felices a los demás»
Es el jugador con la carrera más longeva –y con más partidos jugados– en la historia de la máxima categoría del fútbol español, sumando un total de veintidós temporadas hasta hoy. Joaquín Sánchez (El Puerto de Santa María, 1981) podría presumir de ser el único futbolista en la historia del fútbol español que ha logrado marcar goles en cuatro décadas distintas (90, 00, 10 y 20).
Posee un carisma y un desparpajo –dentro y fuera del campo– que lo han llevado a erigirse como ejemplo, no solo para jugar al fútbol, sino también para saber disfrutar de lo que de verdad es importante.
LA PLAZOLETA DE MORENO TORROBA
El pequeño ‘Joaquinito’ vio por primera vez la luz de El Puerto el 21 de julio de 1981. Es el pequeño de ocho hermanos en una familia humilde, y el que por fin haría realidad el sueño de don Aurelio —su padre— de tener un hijo futbolista. Un padre de familia numerosísima que sacaba a su familia adelante trabajando sin descanso en el bar que regentaba junto a su hermano, ‘El chino’.
Mucha culpa de que Joaquín tenga ese carácter tan divertido la tiene su tío, con el que pasó mucho tiempo y cuyo fallecimiento todavía lamenta. “Me habría encantado que me hubiese visto debutar con el primer equipo del Betis”, afirma quien llegó a celebrar algunos de sus goles mostrando una camiseta interior con la frase “Siempre contigo” y señalando al cielo.
A su madre, con cierta frecuencia se la podía ver perdiendo la paciencia en una humilde ventana de la calle Moreno Torroba, teniendo que llamar por enésima vez al pequeño a una abarrotada mesa en la que nunca faltó qué comer, ante la resistencia que este mostraba para abandonar una plazoleta que —para él— “lo significaba todo, porque es donde empecé a vivir y a jugar; y donde he disfrutado, reído y llorado”.
Fue “un niño travieso, y quería ser torero”, ha afirmado don Aurelio, pero su madre no lo permitió. Su hermano Ricardo, de quien Joaquín ha afirmado que era mejor futbolista que él mismo, fue testigo de cómo entraba ‘a matar’ con una espumadera al sofá de la casa. Pero no corren buenos tiempos para la tauromaquia, principalmente por la polarización que se está generando a su alrededor. “Actualmente está luchando y derribando barreras que se le habían puesto. Hemos vivido la tauromaquia desde pequeños, y yo me siento taurino. Está en un momento difícil ahora, pero tendrá que tirar adelante”, afirma Joaquín.
Del colegio prefiere no hablar: “¡Qué malo he sido siempre para el colegio! De eso sí que tengo malos recuerdos”. Todo lo contrario que cuando salía del mismo, ya que cada fin de semana se llenaban los campos para ver al pequeño ‘Joaqui’ hacer maravillas con la pelota.
SANGRE VERDIBLANCA
Joaquín inició su trayectoria como futbolista en el C.D. Los Frailes y, posteriormente, pasó al C.D. San Luis. Ya en 1997 entró en la cantera del Real Betis Balompié, club en el que nunca imaginó que se convertiría en un ídolo. “El Betis es mi vida”, sentencia su actual capitán.
Solo tres años después, Joaquín logró debutar en la máxima categoría del fútbol español con el Betis. Después de pasar por Valencia (2006-2011) y Málaga (2011-2013) —en España—, recaló en el club italiano de la Fiorentina (2013-2015). Permítame un inciso: si todavía no ha tenido ocasión, no se pierda al bueno de Joaquín respondiendo en un italiano sui generis durante una entrevista pospartido. El vídeo se hizo viral.
Volvería al equipo verdiblanco en el año 2015, recibiendo a su vuelta una bienvenida histórica, con más de 20.000 aficionados congregados en el estadio bético para recibirle.
Extremo derecho clásico, de los que ya no quedan, se ha convertido en historia verdiblanca. Por menos han retirado dorsales en otros lugares. El suyo, el 17, lo comenzó luciendo por no poder acceder al que de verdad le gustaba —el 7—, pero ahora se identifica totalmente con él. “A mí siempre me ha llamado mucho la atención el 7, porque en su fía lo llevaba uno de mis ídolos, Luis Figo. Y también lo llevaba Raúl, que me gustaba mucho. Siempre he intentado coger el 7, pero si no podía, cogía el 17. Al final me he quedado con este número y me gusta”.
Su don para fintar, junto a una velocidad endiablada en el regate y su facilidad para hacer gol le llevaron a ser convocado por la selección española; con ella disputó dos Mundiales y una Eurocopa, alcanzando con ello una soñada internacionalidad.
«No puedo pedirle más a mi carrera deportiva, no solo porque haya jugado siempre donde he querido, sino por lo que he disfrutado»
Perdona que sea tan directo, pero viendo algunos futbolistas que han pasado por los dos grandes clubes españoles, ¿cómo es posible que alguien como tú no haya llegado a jugar en el Real Madrid o en el Barcelona?
No se dieron las circunstancias. Es cierto que interés siempre hubo, incluso hoy no es ningún secreto que hubo negociaciones, pero no se dieron las circunstancias. En fin, que no estaba para mí. A veces las cosas no pasan y no hay que darle más vueltas. Gracias a Dios, no puedo pedirle más a mi carrera deportiva, no solo porque haya jugado siempre donde he querido, sino por lo que he disfrutado.
Resultaba extraño que un futbolista con tus cualidades recalara en un fútbol tan encorsetado como el italiano. ¿Por qué emprendiste esta aventura?
Porque necesitaba encontrar ese rol para sentirme importante y, al final, en lo deportivo, fue maravilloso. Me sentí muy querido en un equipo tan importante como la ‘Fiore’. Además, la ciudad es preciosa, para vivirla y caminarla. Desde el punto de vista familiar, a mis hijas les vino genial conocer otra cultura y otros idiomas (inglés e italiano). Nosotros nos sentimos muy cómodos allí.
¿Cómo era la afición allí?
Muy apasionados, igual que aquí. En Florencia, el tifosi es muy leal a su equipo y lo vive como si fuera su propia familia.
¿No te parece que a veces el exceso de pasión en el fútbol saca lo peor de ciertas personas?
Sí. Al final el aficionado va al fútbol, para bien o para mal, a desfogarse. Y lo vive a su manera. Es verdad que hay imágenes y momentos que no son nada agradables de ver, y que nadie quiere que los niños vean. Es muy triste que vayas con un menor de edad y vea ciertas cosas, pero es difícil de evitar porque el fútbol llega muchas veces a límites que desconocemos por la pasión con la que se vive.
Ya que hablas de menores, ¿te gustaría que alguna de tus hijas se dedicara al fútbol?
No me importaría. Daniela ha estado en el equipo de fútbol del colegio y le encanta. Vive el fútbol con una pasión desmesurada y, en concreto, el Betis, igual o peor que yo. Si ella lo decide, aquí estamos para apoyarla, por supuesto.
El fútbol femenino se está potenciando bastante desde las instituciones, ¿crees que llegará a ponerse al nivel del masculino?
El fútbol femenino ha crecido mucho y ha dado un paso importante. Hoy en día hay futbolistas que son buenísimas, como Alexia Putellas. Es verdad que el masculino está a un nivel estratosférico pero, ¿por qué no? Nunca pudimos imaginar que las mujeres se pondrían a este nivel futbolístico y mira dónde están. Tienen las mismas condiciones que nosotros, por supuesto.
En cuanto a los jóvenes, ¿crees que les cuesta un poco hoy en día engancharse al fútbol actual con la variedad de alternativas de ocio que tienen a su alcance?
El fútbol es un deporte universal, el rey del mundo. La ventaja que tiene es que un chiquillo con un esférico, aunque no sea una pelota, puede jugar al fútbol en cualquier lado. Y con dos objetos, poniendo uno a cada lado, ya tiene una portería para jugar. Creo que está bien que practiquen otros tipos de deporte, pero hoy no hay nada que se pueda comparar con el fútbol.
Jorge Valdano te ha definido como “uno de los últimos productos de la calle”. ¿Crees que los niños de hoy van a ser futbolistas diferentes por no haberse ‘criado en la plazoleta’?
Tú lo has dicho. Porque al final, afortunadamente y para bien de ellos, está todo mucho más profesionalizado y tienen armas a su disposición desde pequeños para llegar a ser grandes futbolistas. Cosas que cuando yo empecé no existían. Yo he jugado al fútbol en la calle. Hasta los 15 años, que me incorporo al Real Betis Balompié, yo no sabía lo que era jugar en un campo de césped, ni siquiera artificial. Imagínate lo que ha cambiado el fútbol. La calle nos ha enseñado esa picardía y esa manera de disfrutar del fútbol que Valdano explica de una forma absolutamente genial. Pero ahora los niños tienen afortunadamente a su disposición campos de fútbol, médicos, información acerca de la alimentación, el descanso, el cuidado… es brutal cómo ha cambiado esto. Yo llegaba, me cambiaba y entrenaba. Ahora, empiezas tu entrenamiento casi desde el desayuno, te pesas, vas al gimnasio a realizar ejercicios preventivos que reduzcan lesiones a las que eres más propenso… antes no había nada de eso.
«Este año intento aprovechar cada momento y al final de temporada tomaré la decisión»
Ya sé que soy el enésimo en preguntártelo, pero no puedo evitarlo. ¿Va a ser esta tu última temporada?
[Risas] Intento hacer un paréntesis en este tipo de preguntas porque el año pasado se me aflojó un poquito la lengua en El Hormiguero y al final salió la temporada redonda y tuve la oportunidad de poder continuar. Este año intento aprovechar cada momento y al final de temporada tomaré la decisión. No tengo ninguna prisa por decidir. Estoy disfrutando tanto, independientemente de que juegue más o menos, que me esfuerzo por disfrutar el día a día de lo que ha sido mi vida.
Una vez que dejes el fútbol, ¿tu actividad profesional transcurrirá en los medios de comunicación?
[Suspira pensativo] Bueno, me gustaría poder seguir disfrutando de este mundo de los medios. Me encantaría, la verdad. Hoy tengo la suerte de tener un programa en una cadena líder como es Atresmedia, donde no podía imaginarme tenerlo, donde la gente sigue disfrutando de lo que hago, donde yo me sigo divirtiendo teniendo la oportunidad de, siendo futbolista, poder hacer otras cosas y es lo que me encantaría seguir haciendo.
Si quiere leer la entrevista completa, pida la revista Influencers de marzo-abril 2023 en su quiosco.
Foto destacada ©María Villanueva