Jon Rahm: «En golf, lo importante no es cómo, es cuántos»
Ahora que los campos de golf se encuentran atestados de jugadores con la llegada del buen tiempo y de los periodos vacacionales, ofrecemos unas píldoras de la entrevista publicada por Influencers con Jon Rahm, el que para muchos puede convertirse en uno de los grandes deportistas españoles de la historia, con las claves para practicar este complicado deporte.
Es una realidad: el que fuera considerado uno de los deportes más elitistas de nuestra sociedad, se ha democratizado y está al alcance de gran parte de la población. Ya no es necesario invertir un capital para equiparse (se puede encontrar material de calidad a un precio razonable en los grandes almacenes de nuestro país), ni tampoco comprar una de las codiciadas acciones de los clubes de golf de renombre para poder tener acceso a la práctica del golf. De hecho, es más barato salir a jugar a un campo de golf que asistir a una gran parte de los partidos de fútbol de LaLiga.
«Yo, de pequeño, aprendí cómo hacer los menos (golpes) posibles jugando mal, porque hay más días que juegas mal con respecto a los que juegas perfectamente».
Has afirmado en alguna ocasión que si no fuera por Severiano Ballesteros, no habrías jugado al golf.
Fue por la Ryder del 97. Dos personas hicieron mucho para que así fuera: Seve y Emma Villacieros. Emma, como presidenta de la Real Federación Española de Golf, consiguió que esa Ryder se jugara en Valderrama. En mi familia nunca nadie había tocado un palo de golf y, en esa época, mi padre estaba con unos amigos por la zona. Fueron a ver y cuando volvieron a Bilbao decidieron probar esto del golf. Se engancharon y eso hizo que empezáramos a jugar el resto de la familia.
Te he escuchado que no es lo mismo darle a la bola que jugar al golf, ¿a qué te refieres exactamente?
Hay mucha gente que piensa que jugar bien al golf es hacer un buen swing estéticamente y pegarle perfecto a la bola todo el rato. El golf consiste en hacer los menos golpes posibles, como sea: bien, mal, bonito, feo, guarro… como quieras llamarlo. Lo importante no es cómo, es cuántos.
Para los golfistas más jóvenes es una lección que aprender. Yo, de pequeño, aprendí cómo hacer los menos posibles jugando mal, porque hay más días que juegas mal con respecto a los que juegas perfectamente. El golf no es darle a la bola, es jugar, es competir.
¿Qué supuso para ti ganar a Tiger Woods en la Ryder Cup 2018 de París?
Algo indescriptible. Que en mi primera Ryder en Europa, habiendo jugado mal tuviera esa oportunidad de conseguir mi primer punto contra Tiger Woods cuando acababa de ganar justo su victoria número 80 en East Lake (Atlanta) fue un momento único. Ese hoyo 17, meter ese putt… no creo que sienta lo que sentí en ese momento nunca más en mi vida, y te diré por qué: sabiendo lo importante que es para los españoles, por la influencia de Seve, y a nivel personal porque jugamos en septiembre y a finales de ese mes de agosto mi aitite Sabin había fallecido y sé lo que le hubiera gustado estar en ese hoyo para ver la Ryder. Justo antes de ir a dar el golpe, alguien del público grita: “¡hazlo por Seve!”. Claro, unes el sentimiento y la emoción que siento por Seve con la nostalgia de la falta de mi aitite y la oportunidad que tenía en ese momento… la atmósfera que se creó para mí fue única. Tuve una sensación de calma y pensé que no había manera de que no entrase ese putt. Nunca volveré a tener un momento como ese en un campo de golf.
¿Qué expectativas tienes para 2021?
Está claro que ganar un grande. Es lo que tenemos todos en mente y después de haber sido número 1 del mundo es lo siguiente. Ganar la FedEx Cup o la Ryder Cup en suelo americano sería increíble.
«Hay mucha gente que piensa que jugar bien al golf es hacer un buen swing estéticamente y pegarle perfecto a la bola todo el rato. El golf consiste en hacer los menos golpes posibles, como sea: bien, mal, bonito, feo, guarro… como quieras llamarlo. Lo importante no es cómo, es cuántos».