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Jorge Blass: “La ilusión permite al ser humano seguir razonando”

Redaccion| 30 de junio de 2019

A los 13 años era el mago más joven de España y hoy es el único español que ha cautivado a David Copperfield hasta el punto de venderle un juego original para su espectáculo de Las Vegas. Él es Jorge Blass.

Nos responde desde la nave donde está diseñando nuevas ilusiones y busca magias que aún no existan. Es la parte que más le apasiona de su trabajo, y si un chico de 13 años con sus inclinaciones le pidiera consejo hoy, le diría que la magia es una carrera de fondo y hay que disfrutar del camino sin prisas. «Lo más difícil de cualquier arte es crear algo que nunca se haya hecho, y ese es el reto diario. La mejor inspiración para crear nueva magia es conocer muy bien lo que se ha hecho en el pasado, aprender con honestidad y pasión, no imitar a otros y tratar de crear un estilo propio”.

Jorge defiende que en la magia no todo es mentira. Tiene una parte secreta que se oculta al público para lograr el misterio, pero lo que generan los magos en la mente del espectador es real. «Hay que tomarse la magia en serio porque la ilusión que produce permite al ser humano seguir razonando. La mente necesita dosis de locura y de fantasía para funcionar».

Inevitablemente hablamos de Houdini, el célebre mago histórico al que considera «un gran publicista con sentido del espectáculo, pero un pésimo mago. Hacía escapes que presentaba en la calle ante mucha gente, pero no era magia propiamente dicha, sino retos físicos. El importante fue Robert Houdin, considerado desde el siglo XIX el padre de la magia moderna por sus memorias Confidencias de un prestidigitador. Ese fue el libro que leyó aquel chaval búlgaro emigrante en Estados Unidos, y tanto le marcó que adoptó su nombre añadiéndole una «i». Pero algo tendría Houdini para haber quedado como el más famoso».

«Yo nunca he aprendido de un éxito. Los fallos son los que te hacen aprender y cada vez fallo mejor»

Hoy, el mago más popular quizá sea David Copperfield, y Jorge Blass actuó para él con solo 16 años… «En cada país se encuentra con magos locales y España le interesaba por nuestra potente tradición mágica. Organizamos una actuación para él como si fuera Mr. Marshall, me felicitó, nos hicimos una foto y nada más. Veintiún años después yo iba para Las Vegas y antes de viajar recibo una llamada suya…`Hola, soy David Copperfield´. Me dijo que había visto un vídeo mío en Internet que le había interesado mucho y quería saber si el truco era original y si le podía vender los derechos para hacerlo en su show. Me compró la idea y desde hace tres años tenemos una relación muy buena de amistad y profesional».

En directo, es duro fracasar. Jorge «teletransportó» una vez a una persona que no era la indicada por el público. ¡Menudo fiasco! Pero los fallos son imprescindibles, como él dice… «Yo nunca he aprendido de un éxito. Los fallos son los que te hacen aprender y cada vez fallo mejor».

Repasando su trayectoria, el recuerdo que brilla en su memoria como una película soñada es su primer premio internacional, la Varilla de Oro en Montecarlo a los 19 años. Se recuerda cenando después con el Príncipe Rainiero, haciéndole trucos de magia como en un cuento, y vislumbrando el despegue de una posible carrera internacional, que ya hace tiempo dejó de ser ilusión para convertirse en realidad.

Como buen mago, Jorge Blass no nos confiesa los trucos, pero sí las habilidades que comparte la magia con las estrategias políticas por culpa de la “inducción mental”, que es ya todo un “superpoder”. Si quieres conocer todas las respuestas y sus futuros proyectos, no te puedes perder el número de mayo-junio 2019 de la revista Influencers.

Por Juan Carlos de Laiglesia

Foto: Archivo personal de Jorge Blass

 

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