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Juan Vidal: «Amo y concibo la ropa más allá de la moda»

Marina Vazquez| 21 de mayo de 2024

Bajo el lema de querer “renovar todo el imaginario”, el diseñador alicantino nos habla de sus inicios, de sus inspiraciones y de cómo ha conseguido encontrar su verdadera pasión: el diseño de tú a tú. 

La infancia enmarca a la persona. Ni la clasifica ni la describe, pero sí sienta en ella una base; despierta y crea pasiones y matices de la personalidad. En el caso del diseñador de origen alicantino, Juan Vidal, las palabras ‘moda’ y ‘diseño’ no tardan en aparecer al preguntarle por ella. 

Sus padres poseían una tienda multimarca en la ciudad de Elda, localización donde creció, que en la actualidad se ha convertido en el buque insignia de su firma homónima. Pasó buena parte de su infancia entre esas cuatro paredes, jugando al escondite y contemplando cómo su madre atendía a los clientes que, buscando asesoramiento, acudían a ella. Una experiencia que, asimismo, le brindó la oportunidad de acompañarla en diferentes viajes de trabajo a visitar “showrooms de marcas de moda italianas y francesas” o “asistir a desfiles de los nombres más importantes de la profesión”. 

Citas que, reconoce, aunaron y favorecieron que, “al recibir desde muy temprana edad una educación en moda”, su interés por la industria textil creciese de forma un tanto inconsciente. Una inclinación que propició que quisiera convertirse en diseñador, objetivo que ha visto cumplido. Ahora bien, todas esas enseñanzas y vivencias lo han acompañado en su trayectoria y, por supuesto, en cada uno de sus diseños. Los cuales, cabe destacar, no han cesado de recopilar méritos. 

Juan, formas parte de la cuarta generación de sastres en tu familia, has visto la industria de la moda desde la niñez. ¿Cuánto te ha influenciado a la hora de diseñar? 

Es cierto que he recibido una educación centrada en la moda desde una edad muy temprana. Ahora bien, todas las experiencias y enseñanzas que he vivido, ya fuera acudiendo a múltiples desfiles o jugando en el taller de mis padres, se han convertido en la base de mi trabajo. 

Un trabajo que acumula méritos desde el año 2006, pero que obtuvo una mayor repercusión al ser proclamado ganador de la segunda edición del concurso Who’s on Next organizado por Vogue en 2013. Más allá del impacto que generó, ¿dirías que marcó o cambió tu forma de diseñar? 

Ese último premio llegó en un momento bastante decisivo; acababa de tener una crisis personal y empresarial y se convirtió en ese ‘empuje’ para continuar en la industria. Fue como una nueva oportunidad. Sí que es cierto que ha llovido mucho desde aquel premio, más de una década, pero no diría que mis diseños han cambiado en demasía. Siguen fiel a mis principios, a mis trazos, a mi estilo. Al fin y al cabo, con todo lo vivido, yo ya diseñaba de niño como una persona adulta. 

De hecho, si algo caracteriza desde tus inicios a las prendas que portan tu firma es el color y el volumen por el que abogan, pero ¿qué buscas despertar con ellas? 

Me considero una persona que ama y concibe la ropa más allá de la moda. Un vestido bonito me alegra el día; como si se tratase de un elixir para la mirada, es capaz de embellecer por sí solo el entorno, a quien lo porta y, por supuesto, a quien lo observa. Y es justo esa simple conexión el hilo fundamental de mi producto. En este momento, estoy muy enfocado e interesado en crear vestidos para momentos importantes. Ya sabes, vestidos que marquen una fecha señalada o que simbolicen algo importante para la persona que lo lleva. Un diseño que, al mismo tiempo, le haga sentir bien y, en consonancia, le © Jorge Buster ayude a mejorar el ánimo.

“Es importante saber qué mensaje quieres lanzar al mundo a través de tu aspecto”

Siguiendo ese planteamiento, siempre has señalado que la moda es una magnífica arma de empoderamiento, de ahí que, por ejemplo, tus diseños suelan responder a los nombres de la mujeres en las que te has inspirado para crearlos, pero ¿hasta qué punto crees que una prenda puede llegar a influir en la persona que la lleva puesta? 

Muchísimo, pero, como con todo, solo pueden beneficiarse de ese placer aquellas que ven únicamente la ropa de una manera objetiva o funcional. Si se trata de forma superficial e, incluso, si la sabes utilizar, ya no es solo que pueda cambiar tu estado de ánimo, sino que, incluso, puede influir en la forma en la que te miran o tratan los demás. Lo único importante es saber qué mensaje quieres lanzar al mundo a través de tu aspecto.

Y es justo esa visión la que ha promovido y atraído que múltiples estrellas —como, por ejemplo, Lady Gaga— se decanten por tus diseños para acudir y pisar las alfombras rojas con toda la visibilidad que eso atañe para la marca. ¿Cómo es verlas posar con ellas? 

Muy gratificante. Sin embargo, debo reconocer que me resulta más gratificante aún cuando tienes contacto con la persona que porta el vestido. Al final, cuando diseñas, se suele crear cierta conexión y resulta muy satisfactorio cuando esa persona, después de su puesta, te lo agradece o te reconoce lo bien que se sintió llevándolo.

En verdad, tus diseños obtuvieron bastante auge en el terreno internacional, pero reenfocaste la idea de tu negocio y, justamente, te centraste en el ámbito nacional buscando esa cercanía y esa relación diseñador-cliente de la que hablabas. ¿A qué se debió? 

El mundo cambia y tú con él. Por ejemplo, al principio, no quería crear o tener una marca con mi nombre. Quería prestar mi talento a otros, pero, tras pensarlo, me di cuenta de que, en realidad, deseaba que mi marca fuera como las grandes. No obstante, como en tantas otras cosas, con el transcurso del tiempo empecé a entender que es muy complicado lograr ese efecto o alcanzar esa dimensión sin una buena inversión económica externa. Hoy por hoy, he centralizado Juan Vidal. Me siento más cómodo. Sí que es cierto que lo ideal sería que creciese un poco más para disfrutarla el doble, pero en este momento lo primordial es el cliente. Uno que puedo y estoy conociendo personalmente. Algo que en la anterior etapa desconocía; no sabían cómo disfrutaban las prendas.

En ese proceso de cambio, también has lanzado dos colecciones cápsula bastante dispares entre sí y que renovaban la estética de tu firma. ¿Tenéis en mente hacer algún lanzamiento más? 

Sí. La idea es poder sacar tres colecciones al año. Todas ellas independientes de la colección nupcial que hemos estrenado recientemente. Este año, nos hemos propuesto renovar todo el imaginario.

Por curiosidad, ¿cuánto dirías que cambia tu proceso creativo de un vestido de novia o invitada al de estas llamativas colecciones cápsula? 

Se suele decir que hay elecciones imposibles, pero si solo pudieras quedarte con una… Es distinto, pero creo que se complementan. No es necesario elegir. Al fin y al cabo, cuanto más fino y artesano me pongo con el diseño de novia, más canalla me vuelvo en las cápsulas. De esa manera, además, puedo satisfacer varias facetas creativas sin necesidad de renunciar a ninguna de ellas.

Por otro lado, más allá de ser director creativo de tu firma, eres docente en la Universidad Politécnica de Madrid en el Centro Superior de Diseño y ejerces de director de proyectos de moda en el IED Barcelona. ¿Qué dirías que te aportan esas nuevas facetas a tu yo diseñador? 

Creo que verbalizar tu interior te ayuda a comprenderte. Y ese pensamiento se lo debo a la enseñanza. He tenido la oportunidad de ver o encontrarme con nuevos registros, realizar ejercicios rápidos de creatividad y escuchar las ideas o propuestas de personas de 20 años, con todo lo que ello conlleva. Es magnífico.

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