Combatir el espionaje chino es una de las mayores obsesiones del presidente estadounidense Donald Trump. Por ello, incluso el país considerado como el modelo capitalista por excelencia está contemplando una posibilidad que marcaría un antes y un después en su política. La amenaza a la seguridad nacional se impondría a los principios económicos si finalmente se lleva a cabo el plan al que ha tenido acceso la web ‘Axios’.
Según unos documentos confidenciales presentados en PowerPoint, los altos funcionarios de seguridad nacional de Trump consideran que el país debe contar en los próximos tres años con una red 5G centralizada para protegerse contra China. Las dos opciones que se manejan son claras: o que el gobierno sea el encargado de pagar y construir una red única, «lo que sería una nacionalización sin precedentes de una infraestructura históricamente privada», o que sean los proveedores los que dejen de lado sus modelos comerciales y, en aras a luchar por el bien común, formen un consorcio para construir la red de manera conjunta. Esta segunda opción permitiría a las compañías seguir desplegando una red en la que ya estaban trabajando, pero no se considera suficiente para proteger al país de las amenazas externas.
Por lo tanto, aunque resulte contradictorio en el país del libre mercado, la única solución para luchar contra los enemigos de Estados Unidos es el control federal de la nueva red móvil, eso sí, alquilando el acceso a las operadoras.
En el propio documento se equipara la construcción de esta red 5G con el Sistema de Autopistas Interestatales de Eisenhower: una infraestructura única y muy protegida, que en el siglo XXI serviría para transportar información relevante.
Los expertos que han elaborado el memorando consideran que la construcción de esta red 5G debe acelerarse, ya que China es «un actor malicioso» que domina la información y ya ha logrado posicionarse en cabeza en el campo de la Inteligencia Artificial. Un alto funcionario estadounidense ha confirmado a Reuters que la idea es «construir una red para que los chinos no puedan escuchar nuestra llamadas» ni para que «los malos actores ingresen». En seis u ocho meses el propio Trump deberá evaluar la propuesta.
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