La contaminación reduce la eficacia de los paneles solares.
Los paneles solares no absorben el 100% de la radiación solar que llega a su superficie. De hecho, uno de los problemas de los que adolece la que muchos consideran la energía del futuro es precisamente su poca eficiencia. Y nosotros no se lo ponemos más fácil.
Un estudio de la Universidad de Duke y del Instituto Indio de Tecnología de Gandhinagar muestra que la contaminación atmosférica (el famoso y letal smog, por ejemplo) puede reducir la eficiencia de las células fotovoltaicas hasta un mero 25%. El estudio comenzó cuando uno de los científicos se dio cuenta de la cantidad de polvo que acumulaban los paneles situados en las azoteas.
Los investigadores descubrieron que solo con unas semanas de acumulación de polvo era suficiente para bloquear gran parte de la luz solar que llegaba hasta las placas. Solo con limpiarlos, los paneles recuperaron un 50% de eficiencia.
Un 8% de las partículas que obstruían las placas solares provenían de la contaminación humana (siendo el resto partículas de polvo ordinario). A pesar de no llegar al 10%, los residuos derivados de la contaminación bloquean mucho mejor la luz, por lo que tienen un peso mayor a la hora de restar efectividad a los paneles solares.
La contaminación en la atmósfera también influye, y combinada con las partículas sobre la superficie de las placas, hacen que la caída de producción de energía sea aún más acusada. Según el estudio, países como China e India, que están acelerando la producción de energía solar, pierden decenas de millones de dólares cada año debido a este factor.
Siempre se ha sabido que la contaminación del aire era nociva de manera directa para los seres vivos. Pero si también afecta a las fuentes de energía (renovables, en este caso) se crea una sinergia de efectos perjudiciales que, con más motivo, hacen necesarias más regulaciones de emisión de residuos contaminantes.