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Por encima de la mascarilla, tus ojos de siempre

Coche Echarren| 10 de agosto de 2020

Ya en 2018, la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética) decidió dedicar un congreso monográfico a las cirugías de rejuvenecimiento de la mirada. ¿El motivo? El ascenso de demanda de estas intervenciones había vivido un crecimiento del 15%. No hay datos de 2020 pero se prevé que el uso de las mascarillas, que dejan al descubierto más que nunca la mirada, provocará un nuevo e importante incremento. Nosotros proponemos un sustituto de la cirugía, de la mano de las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto.

Según datos de la SECPRE, la blefaroplastia (intervención quirúrgica de los párpados) es la tercera operación más demandada y la primera cuando hablamos de pacientes mayores de 55 años. Se trata de una operación muy solicitada por hombres y mujeres que en ocasiones no solo acuden a ella con un interés estético, sino movidos por las molestias que causa el exceso de piel en los párpados. Pero existen alternativas a la cirugía para la mayor parte de los casos, con resultados que se mantienen a lo largo de todo un año. Además, son tratamientos que se realizan en cabina, que no requieren tiempo de recuperación y que pueden hacerse ahora mismo, en pleno verano.

Para la elevación de la mirada suele utilizarse bótox. La toxina botulínica bien aplicada es, en cuanto a técnicas de rejuvenecimiento facial, la gran revolución de los últimos años. La primera finalidad de su aplicación es la de recuperar un estado anterior, no la de crear sobre el rostro algo que nunca haya existido. Lo que hace es evitar ciertas contracciones musculares. Las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz de Cueto son partidarias de su uso con infinidad de objetivos. Uno de ellos, el de la recuperación de la mirada abierta. Tras un diagnóstico exhaustivo, un estudio del rostro y la realización de unas fotografías del paciente, las doctoras proceden a la aplicación en las zonas exactas. Cuando basta con esto, el tratamiento dura solo unos minutos en cabina y el paciente puede reincorporarse a su vida normal nada más salir. Incluso si no se le ha formado ningún hematoma, puede tomar el sol ese mismo día. En caso de que le hubiera salido deberá protegerlo de los rayos solares hasta que desaparezca (días después).

Pero hay ocasiones en que el bótox no es suficiente para resolver el problema. La recuperación de esa mirada abierta que teníamos años atrás, es a menudo algo más complejo. “En muchas ocasiones el paciente viene cuando se han producido cambios estructurales que no sabe definir”. En estos casos no basta la aplicación de bótox en el músculo, “será necesario hacer también un trabajo sobre la recuperación de la estructura”. Pero ¿puede evitarse la cirugía? “Así es, con el uso de ácido hialurónico de diferentes densidades (según el caso a tratar) podemos trabajar la caída de la ceja, la laxitud de la piel, la marcación excesiva del reborde orbitario o el hundimiento del párpado (esqueletización)”.

La técnica, para la que suele aplicarse anestesia local, requiere de máxima precisión y un buen diagnóstico. “Cada caso es diferente pero por poner un ejemplo para levantar un párpado caído y recuperar el soporte perdido a nivel de la almohadilla grasa que hay debajo de la ceja, se usa un ácido hialurónico de densidad media. En este caso también se recuperará el soporte de la sien con un ácido hialurónico de alta densidad”. Todo se realiza con ayuda de finas agujas o cánulas, en cabina y el tiempo que se dedica a ello no suele superar los veinte minutos.

El resultado de una única sesión dura un año.

El precio oscila entre los 1.000 y los 1.500 €. En Clínica Mira + Cueto.

 

 

Por Coché Echarren

 

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