La Navidad y el Vino
Se acercan las fechas navideñas y, con ellas, el ‘Gordo de rojo’, el aguinaldo –para quien lo tenga–, los Reyes Magos, que cada vez lo son menos, el otro Gordo –el de la lotería– y las ‘necesarias’ compras.
A pesar de toda la situación actual que estamos viviendo (la salida de una pandemia, la crisis energética y la subida de los precios), la Navidad es una época en la que parece que hacemos un paréntesis y nos tornamos un poco más generosos. En los regalos navideños encontramos el vino como uno de los elementos más regalados.
Gadgets para los amantes del vino
Parece obvio, pero no lo es tanto. Muchas veces regalamos una botella de vino, pero se nos olvida que, sin una buena copa, la experiencia es incompleta. Todos conocemos marcas de buenas copas y sabemos que, probablemente, nos encontremos ante uno de los elementos indispensables para disfrutar de un buen vino. Además de las copas, los utensilios como sacacorchos, medidores de temperatura o decantadores, son también parte de la lista de elementos ideales para regalar.
Regalar catas personalizadas
Una muy buena opción si encuentras el profesional adecuado. Poder organizar una cata a domicilio con familiares y amigos no solo propicia el encuentro, sino que asegura el momento y, sobre todo, el recuerdo. El aprendizaje pasa a un delicado segundo plano. Lo más chulo de este regalo es que tú también formas parte como ‘regalador’ y como ‘disfrutador’.
Las cestas o lotes de empresa
En los lotes navideños se reciben, entre dulces y latas de berberechos, varias botellas de vino. Normalmente, un espumoso, un rosado oxidado, un blanco sin Denominación de Origen y un tinto crianza que no lo conoce ni Dios, y que, luego al abrirlo, casi te arrepientes de haberlo conocido. Así, la cultura del vino reaparece en nuestras vidas en las fechas navideñas en forma de lote. Es cierto que ‘a caballo regalado no le mires el diente’, pero es que en las cajas o cestas meten de todo. Para el ciudadano de a pie, que no suele tener vino en casa –excepto en estas y otras pocas ocasiones–, no es de extrañar que no le guste el vino.
Los wine hunters y los vinos ‘raritos’
Existen en el universo de internet, muchas listas y rankings de vinos peculiares para regalar y que se apartan de las marcas más comerciales que, por otro lado, suelen ser una apuesta segura. Lo mejor es ir a una tienda especializada donde el personal cualificado nos recomendará dependiendo del perfil. Y cuando hablamos del perfil hablamos de quién regala, de a quién se le regala, del vino o del motivo.
El vino de celebración
Se compra vino para ‘celebrar’. Y con el panorama económico y político de este país, cada vez tenemos menos cosas que celebrar, con lo que cada vez se consume menos vino por falta de cultura de consumo y, sobre todo, por economía. Eso sí, en latas de refrescos o cervezas sí gastamos. En fin. Aunque las ventas de vino en general se disparen en Navidad (bendita sea), los que amamos el legado de Baco vemos cómo el consumo de vino disminuye. No es cuestión de hacer apología del alcoholismo, pero tampoco de denostar un producto convertido en cultura desde hace siglos.
Por qué vino
Probablemente, estas líneas sean más leídas por personas que tienen inquietud en el mundo del vino y menos o nada por quienes se preocupan más por la última aplicación de su smartphone. A los primeros, os invito a que regaléis no solo botellas de vino, sino su cultura. No solo a finales de diciembre, sino todo el año. Además, la Navidad es una fiesta cristiana y Jesús dijo con un cáliz de vino en la mano: “Tomad y bebed todos de él”, y cuando dijo todos, dijo todos.